El escritor Francisco Muñoz colma de recuerdos el arranque de la Feria

Cae el sol y comienza la diversión. San Roque emprendió anoche sus fiestas mayores con la coronación de sus reinas, Tania Téllez y Miriam Escobar, y la lectura del pregón a cargo del escritor Francisco Muñoz que animó a sus convecinos a compartir jornadas de reunión en torno a la explanada de El Ejido. Pasadas las nueve y media, la centenaria plaza de toros se convertía en epicentro de la actividad en el casco urbano. Trajes de fiesta y muchas cámaras de fotos para recoger las primeras imágenes de la Feria.

En el escenario, multitud de rostros de sanroqueños en imágenes de ferias antiguas que despertaron por unos momentos la nostalgia de los presentes que esperaban pacientemente el arranque del acto. Dionisio Castilla y Beatriz Terol, presentadoras de la gala, subieron al escenario para luego ir llamando a las damas de honor y reinas de los festejos, recibidas entre aplausos del público y una breve reseña personal. Todas vestían trajes en tonos turquesa, un color muy veraniego, salvo las reinas que lucían vestidos en rosa.

Una vez instaladas en sus asientos, en la parte alta del escenario a la que se accedía por una escalera roja, los presentadores llamaron al escenario a Francisco Muñoz, escritor y miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Además, Muñoz es autor de varios libros, entre ellos la novela Las colinas del Edén, finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2007.

El pregonero llenó la noche de recuerdos de niñez sin caer en la nostalgia ni la melancolía. Es más, en toda su intervención flotaba un mensaje de esperanza en un futuro prometedor para San Roque desde el convencimiento de que llegarán tiempos mejores.

Muñoz comenzó definiendo a San Roque como un pueblo tranquilo que descansa indolente a lomos de una colina que mira al mar y al bosque para luego recordar sensaciones de juventud. "Mi infancia son recuerdos de este pueblo, de San Roque, de sus calles empinadas, de cierros y balcones en los que se apiñaban las macetas de begonias, geranios y claveles que convivían junto a plantones de romero y alhucema de olorosas hojas usadas después para ahumar las alcobas y los corredores de las casas, un pueblo que, cuando la luna aparecía, cantaba para despertar el perfume de las madreselvas y damas de noche que dormitaban en los arriates de los patios", ensalzó.

Tras llamar a los sentidos con esta frase, Muñoz llevó al público hacia las calles del centro, con especial atención a Siglo XX, donde se instalaba un mercado y, en él, el puesto de su padre que el pregonero ocupaba frecuentemente cuando niño. También se paseó por lugares como la Plaza de Armas y su veteado suelo, la Alameda Alfonso XI o el atrio de la Plaza de la Iglesia sin obviar la empinada y empedrada cuesta de San Felipe. En uno de los momentos también se detuvo en su familia y amigos, instante en el que la emoción hizo tambalear su voz aunque recuperó fuerzas de inmediato gracias al sentido aplauso del público que escuchaba su intervención.

"Recuerdo con particular viveza las excursiones hasta el pinar del Rey. Siempre me pareció un lugar lleno de magia donde la imaginación del niño que entonces era veía duendecillos y hadas encargados de cuidar de la arboleda. En algunas de mis novelas no he podido resistir la tentación de inventar leyendas basadas en aquellos paseos por el pinar", reconoció.

"Hemos de pelear por ese futuro que se vislumbra difícil pero no imposible para que el día de mañana nuestros hijos puedan decir con orgullo: Este pueblo lo levantaron nuestros padres con su sudor para que fuese nuestra mejor herencia. ¡Entre todos empujaremos para que San Roque recupere el lugar que le corresponde!", arengó el académico.

Su intervención estuvo seguida de la actuación del grupo municipal de baile Albarracín, prácticamente recién llegado desde la República Checa, con el tradicional fandango de punta y tacón, una de las señas de identidad del pueblo sanroqueño.

Cumplida con esta parte del protocolo y entregado un obsequio al pregonero por parte del alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, llegó uno de los momentos más esperados de la noche. La pequeña Tania Téllez recibió la tiara que simboliza su efímero reinado de manos del concejal de Fiestas, José Antonio Rojas. Las damas infantiles obtuvieron sus bandas de manos de los diferentes concejales de la Corporación que tuvieron que hacer algo de ejercicio subiendo la escalera para alcanzar el segundo nivel del escenario.

Así, Araceli Coca, Nadia Zariquiegui, Alicia Hinojosa, Noelia Campoy, Diana Soto, Paola Tirado, Rocío García, Natalia Casas, Laura Orrán y Ana Pérez fueron llamadas una a una y acogieron con ilusión la banda que simboliza ser representantes de los niños sanroqueños. Los presentadores hicieron alusión, precisamente, a que las bandas terminan la Feria llenas de firmas de amigos y familiares para ser guardadas como recuerdo de unos días felices.

Seguidamente, el alcalde coronó a Miriam Escobar como reina juvenil que, emocionada, saludó a su pueblo y deseó unos felices días de fiesta además de agradecer el trabajo de Fiestas y Juventud así como de todos los que trabajan por hacer posible la cita anual con la Feria Real. Su corte de honor está compuesta por las jóvenes Azahara Saborido, María Teresa Valencia, Rebeca Villanueva, Sofía del Carmen Pérez, Margarita Téllez, Rosa María Quirós, Jessica García, Sara Palma, Nazaret Gómez y María Olalla León. Las jóvenes representan a diferentes colectivos sociales y asociaciones locales y recibieron sus bandas de manos, igualmente, de los concejales.

Un brindis y la actuación de la cantante cordobesa India Martínez, que desgranó temas de sus discos Azulejos de lunares y Despertar, pusieron fin a una noche agradable en el coso sanroqueño.