"La inexistencia de una política de Estado sobre Gibraltar es una enorme deficiencia"
Jesús Verdú, vicerrector del Campus Bahía de Algeciras de la UCA | Entrevista
Sostiene que el control de los militares británicos o, incluso, americanos sobre el Peñón envenena las negociaciones entre la UE y Reino Unido
"La UCA debe de ser un importante factor de transformación del Campo de Gibraltar", defiende
España rechaza la propuesta de Gibraltar de tener un impuesto de solo el 10% frente al 21% del IVA
Jesús Verdú, nuevo vicerrector del Campus Bahía de Algeciras de la UCA
Jesús Verdú Baeza, nuevo vicerrector del Campus Bahía de Algeciras, es profesor titular de la Universidad de Cádiz en el departamento de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales. Colaborador de Opinión en Europa Sur, es considerado un experto en todo lo referente a Gibraltar, con cerca de veinte años de experiencia en la investigación sobre la materia.
-La nueva Biblioteca del Campus Bahía de Algeciras y el Centro de Investigación Marítima de la Universidad de Cádiz y la Universidad Europea de los Mares son dos instalaciones recientes de la UCA en Algeciras. ¿Qué potenciales observa en estos proyectos?
-La nueva biblioteca es un edificio singular que ha recibido varios premios de arquitectura y una de las mejores bibliotecas universitarias de Andalucía. El actual equipo rectoral ha trabajado por mejorar las instalaciones, en cuanto a que estamos convencidos que la UCA debe de ser un importante factor de transformación del Campo de Gibraltar, que tiene muchísimos problemas, pero también muchas potencialidades.
-¿Se ha marcado marcado algún objetivo como vicerrector? ¿Prevé presentarse a las nuevas elecciones?
-Yo asumo este cargo hasta el final de su mandato. El objetivo es dar continuidad a los trabajos que comenzamos hace cuatro años con la vicerrectora María del Mar Cerbán. Lo más importante ahora es cerrar esta etapa, todavía es prematuro considerar las opciones de futuro.
-En la nueva biblioteca se ha inaugurado también el Centro Documental del Estrecho, ¿prevé colaboración con otras instituciones como el Instituto de Estudios Campogibraltareños?
-En el Campus Bahía de Algeciras tenemos una institución especial, el Aula Universitaria del Estrecho. Desde este aula se potencian todas las relaciones académicas, culturales, de investigación con varios proyectos y fomentos de la investigación. El Centro nace con la aportación bibliográfica de este aula y también se enriquece con instituciones clave, como el Instituto de Estudios Campogibraltareños.
-La UCA dispone de un Máster Universitario en Relaciones Internacionales y Migraciones bilingüe con sede en Jerez. ¿La importancia de Algeciras en la gestión de la crisis migratoria y su cercanía a Gibraltar y Marruecos, no hace que cobre más sentido que se imparta en este Campus?
-Ese máster es complejo, requiere todo un aparato administrativo y de profesores que no tenemos aquí. Yo soy profesor de ese máster y hemos realizado varias actividades desde Algeciras. Por ejemplo: visitas a este campus, visitas a la Universidad de Gibraltar y viajes a Ceuta para que los estudiantes internacionales conozcan la realidad de ese territorio y las vallas, que presentan problemas políticos y jurídicos. Es decir, este campus tiene que ser participe y protagonista de muchísimas de las actividades que se hacen y mientras esté como vicerrector trabajaré duro para ello.
-¿Cuál es la relación entre la Universidad de Cádiz y Gibraltar en términos académicos?
-Es una relación positiva. Las universidades son puentes entre territorios diferentes y entre estados diferentes, a pesar de las controversias. La universidad siempre proporciona lazos y vínculos de comunicación. El ultimo congreso internacional del INDESS (Instituto de Investigación para el Desarrollo Social Sostenible, sito en Jerez) lo inauguró una investigadora de la Universidad de Gibraltar. En los cursos de verano es muy habitual, cuando se tratan temas relacionados, que vayamos a la Universidad de Gibraltar a celebrar las actividades académicas.
-¿Y con Marruecos?
-También son muy buenas. Hemos otorgado becas doctorales a investigadores marroquíes que estudian en nuestro campus. Además, estamos trabajando con la universidad hermana, la Universidad Abdelmalek Essaâdi, que abarca el territorio de Tánger, Tetuán y Alhucemas.
-Las elecciones generales dejan grandes frentes abiertos. Uno de ellos es la presidencia rotatoria del Consejo de la UE ¿Cómo puede cambiar la situación después de la cita electoral?
-Se nos abre una etapa de enorme incertidumbre. Respecto a la presidencia española del Consejo de la UE, hay un duro trabajo diplomático detrás. Cualquier gobierno que salga de las elecciones tiene ya preparado por un equipo de Exteriores los principales temas que van a tratarse durante estos seis meses. Posiblemente no haya realmente un quebranto o una desviación de los puntos clave, aunque es cierto que, en función de uno u otro partido en el poder, se dará más o menos importancia a algunos temas, como la transición energética.
-¿Y las negociaciones con Gibraltar?
-También hay un duro trabajo diplomático de dos años de negociaciones, pero aquí sí soy más cauteloso. Desafortunadamente en relación con Gibraltar, no hay una política de Estado. Es una deficiencia enorme en nuestra política exterior. Por lo tanto, las incertidumbres son mayores. No obstante, tenemos que tener en cuenta que la negociación la lleva la UE, aunque España desempeñe un papel clave. La presencia europea puede contribuir a que, independientemente del resultado electoral, haya un interés en buscar un acomodo para Gibraltar.
-Las posturas de los principales partidos son muy distintas.
-Es un territorio muy delicado donde se solapan visiones ideológicas muy diferentes y en el que por parte de uno de los partidos en liza, como recoge en su programa electoral, se antepone una ideología "decimonónica", si se me permite la expresión, con importantes déficits jurídicos y una enorme ignorancia histórica. Por ello, pueden llegar a ser preocupantes las relaciones en el futuro.
-Desde el Peñón dicen estar preparados para un escenario postbrexit sin tratado. ¿Cuáles serán las consecuencias?
-Una de las partes tiene preparado un escenario postbrexit y otra no, y esa otra es España. Es absolutamente sorprendente que después de tantos años desde que se celebró el referéndum sobre la salida del Reino Unido de la UE, España y Andalucía, como comunidad autónoma, no hallan preparado de manera coordinada un plan postbrexit sin tratado, siendo este territorio uno de los que más directamente enfrenta los resultados de este. Las consecuencias no serán extremadamente negativas. En cualquier caso, un acuerdo es mejor que un no acuerdo, aunque sea de mínimos.
-¿De mínimos, en qué sentido?
-Gibraltar, a pesar de salir de la UE, sigue siendo un territorio europeo con vocación europeísta y con un vínculo muy estrecho con el territorio circundante, en términos sociológicos, familiares, económicos y políticos. Sería importante un acomodo que proporcione un marco de seguridad en las relaciones jurídicas.
-Picardo baraja recurrir a trabajadores extracomunitarios si no hay un tratado. Reino Unido experimentó problemas por falta de mano de obra en su momento. ¿Es Gibraltar capaz de atraer y suplir tanta mano de obra?
-Picardo ha puesto sobre la mesa, de una forma valiente, un problema al que deben buscar una solución. De manera natural, la mano de obra española y comunitaria actual en Gibraltar satisface la demanda del territorio. En caso de un no acuerdo, se complicaría mucho y habría que buscar las formulas para canalizar esas necesidades. Lo que ha planteado es una medida, que no es fácil, pero ya lo hicieron cuando se cerró la verja en 1969, recurriendo fundamentalmente a trabajadores marroquíes. Es complicado, pero tendrán que afrontarlo si no hay tratado.
-Gibraltar habla a veces de "provocaciones españolas" pero recientemente ha escenificado una "operación de soberanía" en la que políticos británicos, disfrazados de militares, rodearon las aguas de la Roca, que son españolas. ¿No supone esto y la presencia de militares una verdadera provocación?
-Particularmente no me gustó nada esa performace castrense. Más que un acto de provocación, me pareció un acto irresponsable en el que no midieron bien las consecuencias y no tuvieron en cuenta que causan una ofensa importante. Si los diputados británicos están preocupados por la defensa respecto a sus vecinos españoles, no es precisamente el mejor ejercicio. La mejor defensa es la diplomacia, el diálogo. Entre socios, es impensable cualquier escenario de confrontación.
-Usted ha trabajado mucho la idea sobre la necesidad de establecer protocolos ambientales ¿Se están tratando en las negociaciones?
-Desde hace muchísimo tiempo ese es un tema prioritario de mis investigaciones. De hecho, hace casi veinte años realicé mi tesis doctoral, que versaba sobre estos aspectos que destaca. Uno de los memorándums de entendimiento se ha dedicado a temas medioambientales, pero no sabemos realmente cómo se ha avanzado en estos temas. Creo que es deseable una mayor transparencia, es un tema prioritario para los habitantes a un lado y al otro de la Verja.
-¿La presencia militar en el Peñón se está tratando?
-Directamente no es un tema que esté en la agenda de las negociaciones, pero este aspecto impregna el resto de temáticas que se tratan. Por ejemplo, cuando hablamos de la libertad de circulación de personas con la aplicación del "acervo Schengen" en el interior de Gibraltar hay un tema envenenado, que es el control de los militares británicos o, incluso, americanos que trabajan en las distintas instalaciones. Es un aspecto muy sensible y finalmente puede resultar uno de los factores condicionantes de la negociación, para bien o para mal.
-En el contexto de la guerra del Golfo, el político belga Mark Eyskens dijo que la UE era "un gigante económico, un enano político y un gusano militar", ¿Vale esa misma descripción para la Europa de hoy y sus retos actuales?
-Sin duda, lo estamos viendo con la Guerra de Ucrania. Se observan debilidades en el proceso de integración europeo, que no ha eliminado algunas competencias soberanas. No obstante, hay que destacar que el comportamiento de la UE en los últimos meses ha sido muy eficiente, con una capacidad de adaptación muy rápida y en búsqueda de esa autonomía estratégica que señalaba Borrell. La situación actual con la guerra, la crisis climática y los desafíos de China sirven para que la UE reconsidere su papel en el mundo y deje de ser ese "enano político" para pasar a ser un actor clave de futuro.
6 Comentarios