El Mercado Central de Abastos de la capital gaditana está viviendo una etapa de reconversión y de transformación que se inició hace unos años con la rehabilitación del edificio de la plaza de la Libertad y la construcción en su interior de un nuevo edificio para acoger los puestos del pescado. El cambio fue bastante notable, pero el avance más llamativo se está dando en estos últimos meses. La puesta en marcha del llamado Rincón Gastronómico está suponiendo un verdadero revulsivo para este equipamiento municipal y, en general, para el centro histórico gaditano.

La iniciativa tiene la peculiaridad de que se hace en un edificio y una actividad municipales. Se ha logrado ir convirtiendo un mercado limitado a la venta de pescado, carne y fruta y verduras a otro en el que estas especialidades conviven con otras delicatessen gastronómicas que está favoreciendo la presencia de numeroso público.

La asociación de detallistas de mercados, Asodemer, recuerda que la idea de habilitar este Rincón Gastronómico dentro del Mercado se remonta a unos dos años y medio atrás. El conocido mercado de San Miguel en Madrid fue el claro referente de esta actividad. Así, tras una visita de varios técnicos y detallistas a la capital de España se decidió plantear la fórmula al Ayuntamiento. "En principio no se veía", recuerdan.

El progresivo cierre de negocios que empezó a producirse en el Mercado Central, cada vez más preocupante, dio paso a que el proyecto finalmente fuera tomando forma. "Hombre fuerte para poder llevarlo a cabo fue el director de Mercado, José Antonio Castro; y también el concejal José Blas Fernández. Ellos apostaron por la idea y colaboraron en todo lo que fue posible", recuerdan fuentes de Asodemer.

Tras un primer intento fallido de abrir el primer negocio dedicado a la gastronomía, llegó el puesto dedicado a los quesos. Y luego vinieron los demás: zumos, comida japonesa, cervezas del mundo, comida argentina, productos para celíacos y diabéticos, etcétera.

Hay un factor característico en esta iniciativa empresarial centrada en el mundo de la gastronomía. Los locales, al ser de propiedad municipal (al igual que el Mercado en su conjunto, su apertura y su funcionamiento), son bastante accesibles para aquel que quiera abrir un nuevo negocio. Un total de 177,25 euros se paga en el Mercado Central mensualmente por la titularidad de cada uno de los 175 puestos existentes. En esa cuota se incluye, además del alquiler, la limpieza o la vigilancia del recinto, quedando únicamente al margen el gasto de luz y de agua que genere el local en cuestión. Es decir, que los precios son bastante asequibles para iniciar una nueva aventura empresarial, de ahí el enorme interés que ha levantado entre los empresarios, debido también al éxito que hasta el momento está teniendo la iniciativa.

Para conseguir la titularidad de uno de los puestos del Mercado y sumarse a este Rincón Gastronómico, el cauce establecido hasta ahora es presentar la propuesta de negocio a Asodemer, que hace un primer filtro. Si esa propuesta convence (porque no pise ninguna otra actividad ya en funcionamiento en el Mercado) se eleva la petición al Ayuntamiento, que es quien siempre tiene la última palabra. "Pero por parte del Ayuntamiento no suelen poner inconvenientes a nada de lo que proponemos", destacan desde Asodemer.