Romerito: el optimismo hecho entrenador
Real Balompédica Linense | Segunda Federación
"Jugador por jugador hay un buen equipo, de bastante nivel", sostiene el 'nuevo' entrenador de la Balona
"Quedan puntos suficientes para alcanzar la permanencia", recalca
Ismael Chico regresa al vestuario para formar parte de su equipo de trabajo junto a Carlos Guerra
Romerito vuelve a la Balona

Parece que el tiempo no hubiese pasado por él. Si acaso tiene alguna cana de más que cuando aquella primera temporada como futbolista de la Real Balompédica Linense, la 2011-12, en la que acarició el ascenso a Segunda. Y que más que estar tres años fuera desde su destitución como entrenador, da la sensación de que se haya marchado unos días de vacaciones. Antonio Ruiz Romerito está de vuelta en casa. Y se le nota que está en su hábitat natural. Desprende seguridad en sí mismo. El ¿nuevo? entrenador de la Balona, que llega para relevar a Javi Moreno, se pasea a primera hora de este miércoles con su chándal subido hasta casi las rodillas por las entrañas del nuevo estadio (lo han dejado chulo ¿eh?, es un espectáculo), abraza a Pepe El Masa (“que no se te olvide que yo fui el último que te multé”) y no deja pasar un segundo, se cruce con quien se cruce, para trasladar optimismo: “Que yo he venido a salvar esto ¿eh? Que no se os olvide que ésta es la Balona”.
Después de un paso por el gimnasio, llega esa primera sesión que tiene tanto de simbólica. Es curioso, esta semana, al contrario de lo que sucedía en las precedentes, nadie necesita de los fisios. Todos están en el campo. Sólo Fran Carbià, visiblemente mejorado, se entrena al margen de sus compañeros. “Aquí va a a jugar el que se lo merezca”, grita Romerito, como si nadie le oyese, nada más saltar al césped. “A ver, los porteros, que nosotros vamos a presionar, hay que estar atentos”. Y así toda la mañana.
La primera medida (o casi) que tomó Romerito nada más estrechar la mano del presidente, Andrés Roldán, fue solicitar que el director deportivo, Ismael Chico, trabaje lo que resta de temporada en la caseta. Para formar un grupo con Carlos Guerra -que desempeñará el papel de segundo entrenador- que dé impronta a un equipo que ha carecido de ella toda la temporada. “Siempre me he llevado muy bien con los dos, fuimos compañeros”, recuerda el míster.
Fiel a su estilo comparece en rueda de prensa con la misma indumentaria con la que había entrenado. “Yo qué me voy a cambiar para esta gente”, dice, riendo, en referencia a los representantes de los medios de comunicación, a los que saluda afectuosamente. “Hay que ayudar ahora, que esto de es de todos”, aprovecha para deslizar.
Durante su intervención deja claro que, por lo que ha visto en vídeo y por sus primeras sensaciones sobre el terreno de juego, hay motivos para el optimismo, porque , recuerda, "sólo tres puntos" -y pone especial énfasis en el sólo- separan a la escuadra de La Línea de las plazas de permanencia en el grupo IV de la Segunda Federación.
“Yo, jugador por jugador, creo que hay un muy buen equipo, que hay bastante nivel”, sostiene con vehemencia. “Otra cosa es que no está dando el rendimiento que se esperaba. Por eso hay que intentar sacar rendimiento máximo a todos los jugadores. Porque el barco lo tenemos que sacar nosotros. El futbolista que te rinda es el que tiene que jugar”.
Romerito explica que se encontró el vestuario afectado tras la despedida de su predecesor, Javi Moreno, que se produjo este mismo miércoles, momentos antes de su llegada. “Pero yo he entrado a la caseta y les he pedido que se activen” porque en estos primeros días va a producirse un “intercambio de información” muy intensa. “Hay que conseguir que la gente suelte el lastre que tenga”.
“Quedan puntos suficientes para conseguir la permanencia y el equipo tiene que dar un cambio, pero no hay otra gente que pueda hacerlo”, siguió. “Yo estoy con mucha ilusión, con ganas de demostrar que el equipo tiene capacidad para sacar los puntos que necesitamos”.
Romerito sostiene que afronta su tercera etapa en la entidad, la segunda como técnico, con “la misma ilusión”. “Siempre me he sentido muy identificado con este club, es como si fuese mi casa”, reivindica, antes de aclarar que no tiene espina alguna clavada por la que considera injusta en su salida de la entidad en febrero de 2022, cuando el equipo era décimo en Primera Federación.
“Es verdad que me hubiera gustado continuar, porque creo que el objetivo nuestro se estaba cumpliendo, pero en diciembre se cambiaron esas metas y...”, recuerda en lo que no deja de ser una crítica al anterior propietario Raffaele Pandalone. “No cuestiono a nadie, el dueño es el manda y toma decisiones que hay que respetar”.
“Ni quiera tengo la sensación de que tenga que reivindicarme”, insiste. “Siempre que me llame la Balona, acudiré. Lo primero que le dije a Mario [Galán] fue que conmigo no iba a haber problemas con el dinero”, defiende, al tiempo que explica que su contrato es sólo por los siete encuentros que restan del presente curso, aunque en caso de alcanzar la permanencia ya existe una cláusula, sin especificaciones ni cantidades, que llama a las partes a ponerse de acuerdo para prorrogarlo.
Ser protagonista en los partidos de casa
Una de las mayores rémoras de la Balona en la presente campaña son los partidos en el Ciudad de La Línea. De hecho es el peor equipo del grupo en ese apartado. Y de los siete duelos que aún restan, cuatro los tendrá que jugar en ese escenario.
“Mis equipos siempre han tenido buenos números en casa”, apunta. “Tengo claro que persigas el objetivo que persigas, para alcanzarlo tienes que ser fiable en casa. Muy fiable”.
“¿Y para eso qué tienes que hacer? Pues ser tú el protagonista. Igual llega un rival muy bueno y no te lo permite, pero tiene que ser tu intención. ¿Qué pasa ahora? Pues que estamos en una situación complicada y le tengo que hacer llegar al futbolista la información sobre lo que queremos poquito a poco, pero cada uno de ellos debe tener claro que tiene que mejorar su nivel”.
“El equipo está bien trabajado en el aspecto táctico, pero cada entrenador requiere aspectos diferentes y eso es lo primero que estamos trabajando”, abunda. “Es obvio que vamos a manejar la información del rival, sus virtudes y sus defectos, pero yo me preocupo más de mi equipo que del adversario”.
“El apartado defensivo lo tenemos que mejorar, llevamos muchos goles en contra”, continúa. “Estamos trabajando para ser el domingo un equipo correoso”, dijo en referencia a la visita de un rival directo, el Orihuela, el próximo domingo (18:30). “Y también sabéis que me gusta que mi equipo llegue muchas veces al área”, añadió en referencia a la falta de llegadas de los linenses en las últimas jornadas.
Y apenas terminó su comparecencia, Romerito se encerró con todos sus auxiliares en una de las dependencias de la parte baja de Tribuna para explicar cómo será el funcionamiento durante estas siete últimas de competición. Da la sensación de que por trabajo no va a quedar. “Esto lo salvo yo, ya te lo digo”, se despide.
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