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Utrera, punto de desegue de la Balona para su ascenso de 1999

Real Balompédica Linense | Tercera Federación

Los albinegros regresan 26 años después al San Juan Bosco, donde ganaron 0-4 en el debut de Argmiro Márquez en el banquillo

Jugadores de la Balona festejan uno de los goles del 0-4 en su última visita a Utrera

La Real Balompédica Linense acude este domingo (12:00) al San Juan Bosco para enfrentarse al CD Utrera. Los de La Línea no visitan ese escenario desde el domingo 2 de mayo de 1999. Los albinegros vencieron 0-4 en el que fue el debut como primer entrenador de Argimiro Márquez, que había relevado al comienzo de aquella semana a Rafa Escobar, destituido por Ángel Serrano.

Nueve mil setecientos treinta (9.730) días, o lo que es lo mismo, 1.390 semanas, 319 meses o 26,66 años, habrán transcurrido el próximo domingo desde la última visita de la Balona a Utrera. Allí, los que ahora entrena David Sánchez acuden con la obligación imperiosa de ganar para cerrar 2025 en los puestos de play-off del grupo X de Tercera Federación. Lo que se les pide es que conviertan este duelo, como aquel de 1999, en el punto de inflexión para asaltar el liderato.

La Balompédica, que había comenzado la campaña de manera aplastante, venía de perder 1-5 ante el desaparecido CD San Fernando. Este marcador acentuaba una racha de una victoria en siete jornadas. La situación propició que el añorado presidente Ángel Serrano tomase la decisión de relevar de sus funciones a Rafa Escobar (ahora al frente de Egabrense) y entregar las riendas de la plantilla, en principio de manera eventual a quien había sido hasta ese momento su ayudante, Argimiro Márquez.

El técnico albaceteño afrontaba aquel primer reto con las bajas de Miguel Rodríguez y Alfaro (lesionados), y Antonio Pacheco (sancionado).

El Utrera, por su parte, trataba de sacar la cabeza de los puestos bajos de la clasificación. Recibía a la Balona después de cortar con dos triunfos (Tomares y Montilla) una racha muy negativa. “Nosotros nos jugamos mucho más”, sostuvo en la previa el técnico local, Salvador Sosa.

El certero debut de Márquez

El partido, jugado en horario matinal y arbitrado por el cordobés Alejandre Choflés, no tuvo historia. Márquez alineó a: Requena; Moyano, Javi Torres, Camacho, Raúl Procopio (Raúl Castiñeira, 27’), Rafa González, Perico (Negri, 74’), Agustín, Adolfo, Colin, Juan Manuel (Juan Antonio, 67’).

Ángel Serrano desea suerte a Argimiro Márquez sobre el césped del San Juan Bosco

El Utrera por su parte, formó con: Rodri, Valle, Alberto (Evangelista, 78'), Edu, Aurelio, Orlando, Manolín (Valverde, 72'), Andrés, Valentín, Raúl Domínguez (Javi, 62') y Miguel Ángel.

El conjunto mostachón soportó los arreones visitantes en la primera mitad. Tras el descanso, los goles fueron cayendo para deleite de los muchos aficionados de La Línea que se habían desplazado. Hasta el punto de que se reunieron en las gradas unos 3.000 espectadores, algo casi insólito en aquel recinto. Marcaron Adolfo Hodas (53’ y 81’), Rafa González (59’) y Juan Antonio García León (90’). Los mostachones jugaron con un hombre menos desde el 55' por la expulsión de Aurelio, lo que sin duda condicionó el resultado.

“El fútbol ha vuelto para quedarse”, titulaba Europa Sur su crónica. “Márquez debuta y la Balona consigue la victoria más amplia a domicilio de la temporada. Los linenses rompen grilletes y anotan todos sus goles en la segunda parte”.

El texto de aquel relato empezaba: “Está escrito que en el fútbol no existen los milagros ni las pócimas curativas, pero si no fuera porque existen causas palpables, habría que recurrir a lo sobrenatural para explicar que una Balompédica que la pasada semana alcanzó el ridículo más espantoso, bailase ayer al Utrera y se adjudicase ¿casualmente? su triunfo más amplio”.

“El relevo en el banquillo que ocupa eventualmente Argimiro Márquez -lo del carácter temporal puede quedarse sin validez mucho antes de lo que algunos piensan- no ha podido dar sus frutos con mayor celeridad”, añadía.

“Es cierto que el Utrera es infinitamente menos equipo que el San Fernando que visitó La Línea hace nueve días. Pero no es menos verdad que también lo eran San Roque de Lepe, Tomares, Pozoblanco o Montilla, y que la hinchada albinegra había acabado por acostumbrarse a pedir la hora con el rosario en la mano o, como sucedió frente al Rácing, a ver escaparse los puntos cuando el enemigo jugaba medio partido en inferioridad numérica”, reflexionaba el autor.

Aficionados de la Balona, en Utrera en mayo de 1999

El punto de despegue

“Esta victoria que puede y debe suponer el punto de despegue definitivo hacia el perseguido ascenso tiene diferentes claves”, aseveraba. “Y la primera es que la Balona no se contentó con ganar. No basta el 0/1. Ni el 0/2. Ni el 0/3. Un goleador como Márquez, consciente de que su equipo jugaba con uno más y era, además, muy superior, llegó a colocar hasta tres delanteros/delanteros -sin medias palabras- y les dejó hacer para que ellos solitos completasen la maniobra”.

Tras un primer tiempo en el que los de La Línea no certificaron las ocasiones: “En el descanso, unos retoques y todo listo para la exhibición, que pudo comenzar en el 47' con un remate de Juan Manuel a la media vuelta, pero cuyo comienzo se hizo esperar hasta el 53' cuando Camacho rompió el fuera de juego y cedió a Adolfo para que este marcase a puerta vacía al tiempo que levantaba los brazos”.

“Dos minutos después, Aurelio vio la segunda amarilla y el Utrera, en inferioridad numérica, lanzó la toalla”. A partir de ese momento llegaron tres goles más de los visitantes y la dedicatoria de Márquez a quien había sido su jefe hasta una semana antes.

Del San Juan Bosco, al ascenso

La Balompédica acabó proclamándose apenas un mes después campeona del grupo X de Tercera División, tras mantener una dura pugna precisamente con el que antecedió al que ha sido su último rival en la presente liga, el Dos Hermanas CF. El Utrera perdería la categoría tras no pasar del empate en la última jornada.

Después vendrían la recordada liguilla (porque aquello era una liguilla) con Maracena, Villafranca y Hellín Deportivo, que catapultó a los linenses a la Segunda B y convirtió a Márquez (que tuvo como asesor a Gabriel Navarro Baby) en la única persona que, al día de hoy, ha podido celebrar un ascenso de la Balona como jugador y otro, como preparador. Pero eso forma parte ya de otra historia.

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