Casañ: "No lo hice por el estado del campo, quería empezar aunque nos cayese un rayo"
Real Balompédica - Unionistas | Entrenadores
El míster del Unionistas comparte la decisión del árbitro de suspender
"No queda otra que venir cuando nos digan y jugar lo que queda", asevera
Raúl Casañ, entrenador de Unionistas de Salamanca, se mostró, como Rafa Escobar,partidario de la decisión del colegiado Manuel García Gómez de decretar la suspensión del encuentro de Primera Federación que su equipo jugaba con la Real Balompédica en el Municipal de La Línea a los 18:40. Casañ aseguró que la decisión de su equipo de solicitar que el choque arrancase no tenía nada que ver ni con el estado del campo ni con las semivacías gradas del estadio.
“Nosotros quisimos que se empezase el partido”, admitió. “Al final todo lo que se pueda jugar soy partidario, desde que era futbolista, de hacerlo. Hay que tener en cuenta que nosotros lo vemos desde un prisma diferente, porque nos obliga a repetir un desplazamiento largo y vienen unas fechas de vacaciones de Navidad y suspender este partido condiciona que tengas que jugar entre semana, con un viaje de por medio, con otra semana de tres encuentros y todo eso nos puede afectar negativamente. Ya que estábamos aquí [en el Municipal de La Línea] queríamos competir”.
“No lo hicimos pensando que el estado del campo con tanta agua nos pudiese favorecer”, aseguró. “Yo no me fijo si el terreno de juego está mejor o peor, lo que quiero es jugar me da igual el campo que sea y no estoy pendiente de tonterías de si el campo, la grada, el público...”
“Cuando nos ponemos a jugar nos ponemos a competir y a mí me da igual que el campo estuviese como estuviese, si está lleno de gente también quiero empezar, aunque nos caiga un rayo”, abundó.
“Al principio parecía que estaba un poquito mejor, pero después llegó una racha de agua y aire y la verdad es que el campo se puso impracticable”, asumió el preparador del conjunto charro. “Sucedió lo que habíamos previsto que podía pasar, que en el momento que lloviese un poquito más el balón ya no podría rodar, no se podía jugar al fútbol y al final dependes de una suerte aleatoria de que se resbale uno y el balón le caiga...”.
“Ya no es fútbol y si ya de por sí en un partido puedes controlar pocas cosas porque hay infinidad de factores, con la lluvia, aire... puedes controlar menos”, acabó. “Comparto la decisión del árbitro. Sabíamos que podía ocurrir y no queda otra que venir cuando nos digan y jugar lo que resta”.
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