Por segundo año consecutivo, la Real Balompédica Linense ha puesto nombre a una de las perlas de su cantera. Si el curso pasado era Javi Méndez el que hizo parte de la pretemporada –incluso la concentración en Marbella- con la primera plantilla, este sábado se sumó a las sesiones de trabajo que comanda Antonio Ruiz Romerito otro jugador aún en categoría cadete, el atacante Antonio Canilla.

La apuesta de la Balona por su cantera, muy discutida en algunos sectores, es cada vez más incontestable. A fin de cuentas, el movimiento se demuestra andando. El director deportivo, Ismael Chico, el coodinador de cantera, Juan Mari Sánchez, y Carlos Guerra han puesto en marcha un trabajo cuyos resultados no se van a ver a corto plazo, pero que tanto ellos como el presidente, Raffaele Pandalone, están convencidos de que acabarán por dar fruto.

Esta inversión a largo plazo necesita de paciencia, dentro y fuera de la casa. Es imprescindible no forzar a chavales que aún están en su etapa de formación tanto personal como futbolística. Si algo ha quedado demostrado en estos Juegos Olímpicos de Tokio es lo contraproducente que puede ser el exceso de presión para un deportista.

La presencia de Romerito en el comienzo de la pretemporada del filial tuvo mucho de simbólica. El primer entrenador quiere que los cachorros albinegros que pretenden ganarse una oportunidad sepan que le tienen cerca. Y este sábado el club ha hecho otro guiño a sus bases, sumando al entrenamiento que tuvo como escenario la instalación de Arroyo Enmedio, en Estepona (Málaga) a Antonio Canilla, natural de La Línea, un futbolista cadete que, cuentan quienes le conocen, acumula un montón de virtudes.

Canilla, que se desenvuelve de nueve pero también como segunda punta, se forjó desde que se calzó por primera vez las botas en la inagotable cantera del Atlético Zabal, aunque hace un par de años se sumó al proyecto del CD San Roque.

Ahora, en su regreso a la casa albinegra, se marca como objetivo -a corto plazo se entiende- seguir los pasos de Javi Méndez, que la pasada campaña logró debutar en la ya extinta Segunda B cuando solo contaba 15 años y nueve meses. Méndez, por cuestiones personales, se entrena en este arranque estival con el equipo juvenil del Atlético Zabal, pero más pronto que tarde volverá a la dinámica del primer equipo.

Juan Mari Sánchez destaca “la definición”el nuevo inquilino del vestuario albinegro, mientras que Ismael Chico índice también en que desde pequeño “ha hecho muchos goles en todas las categorías”.