Real Balompédica Linense

Malagueño-Balona: y parece que fue ayer

  • La Balona visita mañana al Malagueño por primera vez desde 1982 

  • Los albinegros llegaron a La Rosaleda acompañados por un millar de hinchas y vencieron con goles de Quirós y Borrell

La plantilla de la temporada 1982-83 de la Real Balompédica Linense.

La plantilla de la temporada 1982-83 de la Real Balompédica Linense. / E. S.

La Real Balompédica Linense visita mañana (12:00) al Atlético Malagueño. Será la primera vez que el equipo de La Línea acuda a una cita liguera con el filial del Málaga (con cualquiera de sus denominaciones) desde un inolvidable 12 de septiembre de 1982 en el que los que entrenaba Quimet Carrera se impusieron 0-2 con goles de Juan Manuel Quirós y Vicente Borrell.

Aquel triunfo supuso casi el punto de partida a una campaña que aún está en la retina de los buenos aficionados, un temporadón que acabó con el ascenso. Un partido que los balonos que ya peinan canas recuerdan con especial cariño porque se produjo en un escenario tan especial como La Rosaleda.

La Balona, bajo la presidencia de Samuel Fernández, consiguió en el verano de 1982 que la Federación Andaluza le incluyese en el grupo IX al amparo de un desajuste en el número de participantes en los dos grupos autonómicos que hoy no podría producirse.

Al bloque de jugadores de la casa, excelente, con el que ya contaba la entidad (Tinajero, Lorenzo, Noly, Torremocha...) y los obligados sub-23 (Lameira, Bruñas...) se sumaron otros como los de Eliseo Garrido (Mérida), Caro (Real Jaén), Vicente Borrell (Caravaca), el recientemente homenajeado Paquito (Almeria) y el goleador Argimiro Márquez, que al día de hoy sigue siendo el único que ha logrado ascender con la Balona primero como jugador y más tarde como entrenador.

Después de una pretemporada que había disparado todas las expectativas y en la que produjeron varios desembarcados masivos de aficionados en diferentes puntos de la comarca y de la Costa del Sol para presenciar los amistosos llegó la Liga.

La competición encendió aún más los ánimos. En la primera jornada la Balompédica desarboló al Vélez Málaga, de manera que el primer desplazamiento de la temporada, el de Málaga, se constituyó en una auténtica peregrinación.

Tanto es así que la directiva malacitana, que en principio había fijado el precio de las localidades a 300 pesetas (1,8 euros) las subió a 400 (2,4) al observar la masiva presencia de linenses.

Los que habían viajado no tuvieron más remedio que aceptar la subida, pero era curioso ver como muchos malagueños se daban la vuelta en la misma puerta del estadio al considerar la subida desproporcionada, como recuerda José Luis Lima en su libro Una hazaña blanquinegra.

El triunfo, del que el paso del tiempo deja un recuerdo casi idílico, no fue nada fácil. El filial malacitano se empleó al límite del reglamento para frenar a un equipo que le desbordaba por banda con un Paquito estelar y el árbitro no fue capaz de quedarse con las riendas del partido. De hecho, los locales acabaron con nueve por expulsión de Ramos y Paquito (el del equipo de casa) y los albinegros con diez, ya que Noly también se fue a la caseta tras ver la cartulina roja.

Abrió el marcador Quirós en el minuto 22. El extremo se lanzó en plancha después de que se produjese un rechace tras un tiro de Bancalero. Borrell hizo el 0-2 en el 46.

Jugaron por el Malagueño en aquella ocasión: Toni, Pirri (Juan Jesús), Gil, Juan Carlos, Parra, Azque, Navas (Diego), Juani, Ramos, Paquito y Jiménez.

La Balompédica alineó a Diego Tinajero, Charlo, José Manuel García, Antonio Bautista, Lorenzo, Garrido, Borrell, Noly, Paquito, Alfredo y Quirós. También jugaron Bancalero y Márquez.

Aquella temporada la Balompédica perdió la condición de invicto en la jornada 31 en el San Fernando de Estepona en un partido que finalizó con una monumental tangana. Los albinegros acabarían proclamándose campeones de grupo con 56 puntos (el triunfo se recompensaba con solo dos), seis de ventaja sobre el Marbella, segundo clasificado.

En la fase de ascenso, después de eliminar al Sabiñánigo, los albinegros dieron por primera vez el salto a la Segunda división B en el estadio Ipurúa de Éibar el 19 de junio de 1983. Para entonces el duelo con el Malagueño que se reedita este domingo no era más que una anécdota. Ahora, 37 años después, es un entrañable recuerdo.

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