La comparecencia del consejero de Turismo, Arturo Bernal, para dar explicaciones sobre las denuncias que desde el PSOE se han vertido durante los últimos días sobre el director gerente de la empresa Pública para la Gestión del Turismo y Deportes, Lisardo Morán y del director de Innovación de la misma, Adrián Gómez Sola a quienes se acusa de firmar convenios con una empresa de juegos electrónicos a la que pertenecían con anterioridad, fue uno de los puntos calientes de la reanudación de la actividad en el Parlamento de Andalucía. Tanto que obligó al presidente de la Cámara, Jesús Aguirre, a llamar la atención a parlamentarios incluso de su propio partido por las interrupciones durante los turnos de palabra.

La comparecencia concluyó con la falta de movilidad de las respectivas posturas entre el PSOE, que acusó al consejero de “pelotazos” y éste que repitió de manera reiterada que “espero que cuando todo esto se aclare, tengan ustedes la misma vehemencia en pedir disculpas a dos magníficos profesionales que cuesta mucho trabajo que trabajen para la administración pública”.

Bernal defendió con datos (muchos) la gestión de la empresa pública porque a su entender “han conseguido cifras históricas tanto de visitantes, como de gestión y, de manera especial, en la celebración de los eventos deportivos más importantes del mundo”. Sobre el trabajo de los señalados por el PSOE, se limitó a decir que “en la época en la que trabajaban para la empresa Giants Gaming E-Sports, ninguno de ellos tenía responsabilidades directivas como hemos solicitado para que se acredite y como ustedes –dirigiéndose directamente a la bancada socialista– conocen”.

Respondía así a la parlamentaria del PSOE, Isabel Aguilera, quien no dudó en comparar la consejería de Turismo con “la cueva de Alí Babá”, llegando a poner en cuestión si el consejero es el “guardián” que tiene “la llave de los cofres”, al mismo tiempo que equiparó la actuación del responsable de la Junta con la película El Padrino “una historia a la siciliana. La respuesta de Bernal fue la de acusar a su interlocutora de decir “mentiras”, la “dialéctica perversa y maquiavélica” y la intención de “embarrar” y “enguarrar” la política del PSOE por directriz de Madrid.

La denuncia del PSOE ante la Oficina Anticorrupción por presuntos “conflictos de intereses” se dirige contra el gerente de la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte, Lisardo Morán, por un contrato de patrocinio de 350.000 euros a su antigua empresa, Giants Gaming E-Sports, y se amplió a Adrián Gómez, con otro contrato de 1,8 millones de euros.

Bernal lamentó que el PSOE “azuce” a los medios con mentiras, cuando se trata de dos de los “mejores profesionales”, a los que ha defendido a ultranza, avanzando que tendrán que reponer su “prestigio”. “Quieren hacer creer que nos manejamos con sus mismas armas. Piensa el ladrón que todos son de su condición, pero nosotros no lo somos”, sostuvo la parlamentaria.

El consejero defendió que los contratos de patrocinio son privados pero legales, como “cualquier otro”, y que se rigen por la ley de contratos del sector público. Además, han tenido una “doble verificación”, de la intervención y a nivel europeo. La diputada Aguilera, en su réplica, calificó a Bernal como un “maestro de la escuela malagueña” y un “alumno aventajado de Moreno Bonilla y del gran Bendodo”.

Obras en La Cartuja

La socialista exigió al consejero que despeje “todas las dudas” sobre el contrato que se firmó con la RFEF para las obras del estadio de la Cartuja, que “sigue sin hacerse público”, por lo que ha cuestionado por qué “lo ocultan”, qué otras empresas se presentaron y qué oferta económica hicieron. El PSOE habló de “pelotazo de oro” porque el atestado de la investigación contra Rubiales dice “que el dinero de los andaluces ha podido acabar en el bolsillo de Rubiales en forma de mordida”.

Bernal expuso el éxito de la gestión del estadio, que el PSOE “iba a demoler por 40 millones” y ha recordado que el líder del partido, Juan Espadas, apoyó los convenios cuando era alcalde de Sevilla. De hecho, mostró uno con su firma para celebrar las finales de la Copa del Rey: “El señor Espadas estaba en el Consejo de Administración igual que los demás, no deben tener pena, yo lo diría con orgullo”.