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El teniente Ovidio es condecorado por rescatar a dos personas en el mar

Recibe la medalla al mérito de Protección Civil por socorrer cuando pescaba junto a otras personas a un padre y a su hijo a la deriva · Destaca la experiencia del Servicio Marítimo de la Guardia Civil

Francisco Domínguez conversa con el teniente Manuel Ovidio Corredor.
David Lendínez / Algeciras

22 de abril 2009 - 01:00

Francisco Domínguez ni se acuerda ni quiere saber ya el nombre de la embarcación en la que estuvo a punto de perder la vida con su hijo. Dijo ayer que hoy tiene dos cumpleaños, el 14 de enero y el 28 de agosto, es decir, cuando nació y cuando fue rescatado cerca de Tarifa por un grupo de personas. En este grupo estaba el teniente del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, Manuel Ovidio Corredor, que ayer recibió en la Comandancia algecireña la medalla al mérito de la Protección Civil, categoría bronce, distintivo azul.

Francisco aún se emociona cuando relata aquel incidente junto a su hijo. Tenía claro que a tierra no llegaban. Llegaron porque por aquella zona estaba Manuel con unos amigos que venían de pescar. El teniente recordó que había empezado a soplar el poniente y que la marea había arrancado con fuerza. Decidieron regresar a puerto y de camino se encontraron con varios artículos, entre ellos una nevera. Ovidio intuyó que había dos personas en el agua y lo primero que pensó fue que se trataba de una embarcación de inmigrantes que había naufragado. Sus 17 años en el servicio le pusieron en lo peor y no descartó la posibilidad de comenzar a ver cuerpos flotando. Cuando se acercaron vieron a Francisco y a su hijo, ambos exhaustos porque llevaban tres horas a la deriva. Estaban asidos a una tabla que era el asiento de su embarcación, que no pudo resistir una fuerte marea del Estrecho de Gibraltar. Fueron subidos a bordo e hidratados con zumos y agua. "Otras embarcaciones habían pasado allí anteriormente y nadie reparó que se encontraban en el agua. Quiero pensar que algo más aparte de la casualidad es la que propició este rescate, algo que hizo que nosotros observáramos algo extraño donde el resto de navegantes habían visto normalidad. Ese algo es la experiencia ganada en los 17 años de servicio", relató Ovidio. Dijo que sus compañeros, el resto del Servicio Marítimo y las familias merecían también esa condecoración. "Es paradójico que nuestras ausencias posibilitan que familias como las de Francisco puedan disfrutar de sus seres queridos". Añadió que la medalla también pertenecía a las personas que le acompañaban ese día.

Un día después del incidente, Francisco regresó a la mar. "La respeto, pero no le tengo miedo", matiza. Lo que sí tiene claro es que ya no irá más acompañado de su hijo, que se acaba de comprar una zodiac.

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