Entrevista | María de Grandy, violinista y compositora

"Siento el premio Joven Talento del Ateneo como un abrazo de mi tierra"

  • La violinista algecireña cita a José María Sánchez Verdú como uno de sus referentes creativos

La violinista algecireña María de Grandy.

La violinista algecireña María de Grandy. / Jorge del Águila

La violinista algecireña encara en Valencia un horizonte que tiene su ciudad natal como lugar de regreso. Acaba de recibir el premio Joven Talento del Ateneo José Román de Algeciras. María de Grandy cumplirá en enero veintiséis años. Compositora, poeta, licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Granada y reciente máster en Ingeniería de Sonido por la Universidad de Valencia. Empezó su aprendizaje musical con tres años en la Fundación de Cultura José Luis Cano, ya desaparecida.

-En noviembre de 2022 presentó en Praga su primera composición. ¿A partir de ahí qué ha ocurrido?

-A partir de ahí ha ocurrido algo más interno que externo. Para mí fue un momento en el que me di cuenta que se pueden hacer más cosas. Entonces empecé a probarme en casa con más instrumentos, pensar que puedo tener más confianza en mí misma en muchos momentos. Cuando se celebró el Orgullo en Algeciras, el verano pasado, decidí componer con mis dos mejores amigas. Comprobé que puedo expresar en letra y también en música.

-¿Quien quiera aproximarse a su música, cómo se lo explicaría?

-Realmente no creo que tenga algo claro que me defina. En el mundo de la composición soy novel todavía, no he desarrollado un imaginario de lo que es María de Grandy como compositora. Ahora mismo es todo ensayo y error, creo, y me parece que lo será durante mucho tiempo.

Los estándares en los que se ha basado la música clásica en los últimos doscientos o trescientos años, se pueden quemar, pueden desaparecer

-Recuerdo su perfomance músico-poético en El Querido en diciembre de 2019, con Marta Álvarez

-Justo. Ahí se empezó a entrever ya por dónde iban los tiros. He aprendido mucho en estos años, yendo a República Checa, que las reglas no están escritas y si lo están se pueden romper. Todos los estándares en los que se ha basado la música clásica en los últimos doscientos o trescientos años, se pueden quemar, pueden desaparecer; se puede hacer música con ruidos, con objetos básicos que usamos cada día. Hay muchos que pueden ser elementos sonoros dentro de una estructura musical.

-¿Cuáles son sus referentes?

-Están más en Centroeuropa y en Estados Unidos. Más cercano a nosotros todavía, José María Sánchez Verdú. Él sí que es un maestro de la experimentación.

-Si entráramos en su discoteca, ¿qué veríamos?

-Pues música clásica lo que menos. Soy muy camaleónica en ese aspecto. Puedo escuchar reguetón, trap, soul, funky, jazz. Para escuchar música clásica contemporánea en casa soy muy cinematográfica. Lo que me pregunto es cómo quiero salir hoy a la calle: si quiero sentirme empoderada, a lo mejor uso música urbana; si quiero tener un día más tranquilo, a lo mejor me pongo clásica cinematográfica.

-Como poeta tiene dos libros, Arcilla y Cuaderno Rojo.

-Son textos con los que me sigo sintiendo muy identificada. Pertenecen a tiempos vitales un poco complejos, pero que a día de hoy abrazo mucho. Ahí hacía mucho escritura automática. Al final son lenguajes que se nutren entre ellos, el sonoro musical y el sonoro poético. También considero la poesía como un elemento performativo, como un elemento de escenario, no tanto como una poesía leída. Mi sentido principal es el oído, todo entra por ahí. Tengo la poesía más como un recuerdo que un presente, pero si vuelvo a ella es ligada a la música.

-¿Puede ser porque ha encontrado en la ingeniería de sonido la confluencia de los dos lenguajes?

-Puede ser, puede ser. Al final me he vuelto un poco más analítica. El hecho de estar en un estudio es como que te hace desgranar mucho más las cosas, porque te pones detrás de todo el proceso creativo, más todavía en el inicio. Ahí, gracias al máster de dos años que he hecho en Valencia, me he dado cuenta que todos los elementos de una canción, por ejemplo pop, una estructura sencilla, pueden cambiar con una palabra que se pronuncia de una manera u otra, con un instrumento que acompaña.

María de Grandy, premio Joven Talento del Ateneo “José Román” de Algeciras María de Grandy, premio Joven Talento del Ateneo “José Román” de Algeciras

María de Grandy, premio Joven Talento del Ateneo “José Román” de Algeciras / Jorge del Águila

-El Ateneo le reconoce como Joven Talento. ¿Cuál es su sensación?

-Al principio, porque es una noticia que salió hace un año, fue abrumador. Siento que ha tenido un poco de calado mi trayectoria artística aquí. Ahora me siento muy arropada, muy querida. Es como un abrazo de mi tierra, real. Me da mucho orgullo.

-Siempre ha demostrado ser una mujer muy comprometida en lo social, con diferentes causas

-Sí. Evidentemente, es difícil permanecer indiferente a un contexto sociocultural tan complejo como el del Campo de Gibraltar. Cuando escribía Arcilla se ve claramente, y mira que tenía 16 años tontos. Me crie en un colegio religioso y justo cuando salí entré en otro contexto, que era la Escuela de Artes y Oficios. Se me abrió un campo de estímulos que yo no había vivido, que fueron complicados de procesar porque había crecido en un ideal contrario, no extremo, pero contrario. Darme cuenta de que tenía cosas que me removían por dentro, al final se reflejó en mi escritura. No me declaro una hiperluchadora contra las injusticias, porque cada uno lucha y vive como puede, pero sí tenemos una voz que tenemos que usar.

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