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El tiempo para el puente en el Campo de Gibraltar

La novela 'Como el viento de Levante' renace entre aplausos, historia y revelaciones del asedio de Gibraltar

La presentación de la novela de Ángel J. Sáez Rodríguez llenó el centro documental José Luis Cano en un acto marcado por la emoción, las claves históricas inéditas y el interés del público por una obra que llevaba años agotada

El asedio hispano-francés a Gibraltar de 1704-1705

El viento soplaba manso en Algeciras este martes por la tarde, aunque no era de levante, sino de poniente. Sea como fuere, dentro del centro documental José Luis Cano lo que se respiraba era expectación. Desde antes de las siete ya se había formado un pequeño remolino de lectores, historiadores, alumnos, curiosos y seguidores de Ángel J. Sáez Rodríguez, todos deseosos de presenciar el regreso de Como el viento de Levante, la novela agotada desde hace más de una década y ahora renacida en una edición remozada e ilustrada.

Cuando el autor entró en la sala, ya prácticamente llena, el murmullo se transformó en un aplauso sostenido, de esos que no pertenecen solo al protocolo, sino al reconocimiento. Ildefonso Sena, encargado de comentar la obra, abrió el acto con un guiño cómplice: “No todos los libros que se agotan regresan… pero algunos vuelven porque los lectores no los dejan descansar”. El comentario arrancó sonrisas y dio paso a una intervención que combinó análisis histórico, humor sereno y una clara admiración por el trabajo de documentación que sustenta la novela.

Luego tomó la palabra Nuria Sáez, encargada de presentar al autor, quien ofreció un retrato cercano y cálido: el del profesor incansable, el historiador minucioso, el investigador que persigue papeles polvorientos en archivos remotos, pero también el narrador que sabe convertir esos documentos olvidados en relatos vibrantes. Fue un preludio perfecto para lo que vendría después: la voz del propio Ángel J. Sáez, que alternó anécdotas de investigación con pasajes de la novela y reflexiones sobre un episodio bélico que, como insistió, “sigue mal contado porque se mira solo desde la superficie”.

Con serenidad y una notable capacidad pedagógica, el autor subrayó la importancia de los zapadores, de las tripulaciones de las baterías flotantes, de todos esos “protagonistas silenciosos” a los que dedica su homenaje literario. Algunos asistentes tomaban notas; otros asentían al escuchar cómo parte de la documentación consultada permanece inédita y puede cambiar la forma de comprender el gran ataque de 1782. “Fue el tercer asedio al Peñón, sí, pero también un capítulo de una auténtica guerra global del siglo XVIII”, recordó. La sala guardaba un silencio casi religioso.

Hubo risas cuando se mencionaron los “deliberados dislates históricos” que el autor introduce con humor —como la resurrección narrativa del almirante Byng— y emoción contenida cuando habló de Marco y Lucía Agnelli, los personajes que sostienen el corazón de la trama. Una lectora, casi en susurro, confesó: “Yo lo leí en 2008… y llevaba años buscándolo”.

Al terminar la charla, se produjo el ritual inevitable: largas colas para la firma, preguntas improvisadas, ejemplares recién estrenados con olor a tinta y tapas que relucían bajo la luz del salón de actos. La reedición se agotó en minutos en la mesa de venta instalada en el vestíbulo. Algunos asistentes se marchaban ya hojeando los primeros capítulos; otros debatían sobre historia militar, sobre Carlos III, sobre los cien barcos de guerra que rodearon la bahía.

La sensación general era la misma: la novela había vuelto… y lo había hecho por la puerta grande. Un renacer esperado que confirma la vigencia del relato y el atractivo de un episodio histórico que aún guarda secretos. A partir de ahora, Como el viento de Levante podrá adquirirse en librerías del Campo de Gibraltar y pronto también en plataformas digitales. Pero quien estuvo esta tarde en el José Luis Cano se llevó algo más: el privilegio de presenciar cómo la historia, cuando se cuenta bien, puede llenarlo todo —una sala, una ciudad e incluso una memoria colectiva que empieza a reclamar lo que creía olvidado—.

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