El instituto más joven se va haciendo mayor

¿Han pasado ya diez años?. Parece que fue ayer cuando el instituto Getares de la barriada de San García abría sus puertas por primera vez. Entre una maraña de mobiliario que nunca había sido utilizado aquellos alumnos de entre 15 y 16 años estrenaban las aulas. Ahora son adultos que han proyectado sus vidas, algunos estudiando lejos de Algeciras otros, sin embargo, continuaron su formación en la ciudad o se aferraron con fuerza al camino que marca la vida, cuando aún eran dueños del reloj sin pensar en lo rápido que pasa el tiempo.

Visitar el instituto actualmente es disfrutar de unas instalaciones educativas en las que prima el bienestar con un equipo docente que ha aprendido, tanto como los alumnos, en esta década de clases y más clases. Los interminables pasillos han sido testigos de miles de risas, han forjado grandes amistades que hasta hoy perduran, e incluso han unido a jóvenes que, posteriormente, han unido sus vidas formando familias. Diez años que han pasado "volando" pero demuestran que, pese a la juventud del centro, ya se puede decir que tiene su solera.

Al principio los cuatro módulos y el edificio circular central se encontraban "casi" en campo abierto. El cerramiento exterior era tan débil que hasta los alumnos accedían al instituto por las roturas del vallado metálico que delimitaba la salida al exterior. Su moderno diseño hizo sentir a la comunidad educativa que se encontraba en un espacio privilegiado, pero pronto se percibió que la masificación del alumnado jugaba en contra de la estabilidad de todos. Como se suele decir: los comienzos fueron difíciles.

El paisaje también cambió en estos diez años. Era un campo lo que rodeaba a la zona frontal del instituto y hoy sólo hay viviendas. Lo que antes eran vistas a la bahía ahora son vistas a urbanizaciones, el desarrollo interno y externo del edificio ha sido directamente proporcional al crecimiento de San García. Un instituto que al principio congregó a menores de toda la zona sur mezclando puntos tan dispares como San García y El Cobre, un instituto de barrio que ha crecido aprendiendo de muy buenos maestros.