El día que Franco depuró la Medicina

Francisco Franco recibe, de mano de los alcaldes de las localidades de la comarca, el título de hijo predilecto, en una imagen de archivo.

Terminada la Guerra Civil (1936-1939), Francisco Franco comenzó un intenso proceso de eliminación de sus enemigos. A aquellos que no mataron las balas durante la contienda y que lucharon por el bando de la República sólo les quedó entonces el exilio o la cárcel. Aunque, ellos no fueron los únicos represaliados. Y es que cualquier actividad desempeñada durante los años 30 se convirtió en un arma de doble filo para los españoles, que fueron investigados a fondo para conocer su pasado y saber si tenían lazos con el régimen derrocado por el golpe militar. Evidentemente, ningún sector se salvó. De hecho, en 1941 el dictador inició un proceso de depuración de todo el personal sanitario que ejercía su labor en el Campo de Gibraltar.

Tras recibir las órdenes precisas de Franco, las instancias colegiales de la provincia crearon una comisión que estudiaría caso por caso a todos los doctores y matronas de la época. Un trabajo que arrancó en 1941 y se prolongó hasta 1946, según recoge un artículo de Juan Rafael Cabrera-Afonso y Francisco Herrera -incluido en la obra La medicina ante el nuevo milenio y basado en las actas recopiladas del archivo del Colegio Oficial de Médicos de Cádiz-.

"La simple lectura de la lista de profesionales investigados nos lleva a la reflexión del trance tan doloroso que tuvieron que pasar, en los ya difíciles años de la posguerra, estos hombres y mujeres que fueron depurados por sus ideas políticas", apuntan los autores. Y es que cualquier relación con la República o con Estados considerados enemigos levantaba sospechas. De hecho, en el expediente de Francisco García Ramos (que ejercía su labor en Algeciras) puede leerse tal resolución: "De acuerdo con la propuesta del juez se le depura favorablemente. Ahora bien, haciendo constar en el oficio que se le envíe, la inoportunidad de su viaje a Gibraltar sin causa grave suficiente precisamente en los primeros días del Alzamiento Nacional".

Así, numerosos médicos de las localidades de la comarca fueron suspendidos -de forma temporal o indefinidamente- de empleo y sueldo por motivos como pertenencia a la Masonería; otros doctores, inhabilitados para ejercer cargos directivos. Eso sí, se dejó muy claro quién apoyó el Golpe de Estado, con la siguiente frase: "persona adicta al Glorioso Movimiento Nacional".

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