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La otra cara de la OPE se vive en el mercado

Los comerciantes de la plaza de abastos y el centro tradicional sufren los daños colaterales del cierre del Llano Menos afluencia de la prevista y caída en ventas

Un hombre empuja un carro de compra en el interior del mercado de abastos entre dos puestos cerrados.
M. E. Selva Algeciras

04 de agosto 2016 - 01:00

El pasado 30 de junio Algeciras se quedó sin 600 aparcamientos gratuitos en el Llano amarillo como consecuencia de la Operación Paso del Estrecho (OPE). Indiscutiblemente, pasado algo más de un mes, las consecuencias para los vendedores del mercado de abastos y para la propia zona del centro tradicional es evidente: negativa. La afluencia de público y las ventas en algunos casos han bajado hasta un 30% y los clientes habituales se despojan de la paciencia cuando dan dos vueltas con el coche y no encuentran dónde aparcar.

El mercado de abastos Ingeniero Torroja aglutina, tanto dentro como fuera del edificio, unos 250 puestos. El presidente de la asociación de empresarios, Fernando García, sabe que el Llano es uno de los "puntos de aparcamiento" para la zona del mercado, por lo que el cierre "nos perjudica en el sentido que resta gente que pueda venir en verano". Reconoce que el cierre de la explanada les afecta desde finales de junio hasta principios de agosto, mes en el que se prevé la reapertura. Aunque en verano se supone que debe haber más afluencia de clientes que en invierno, la realidad es que llegan menos de lo esperado.

"Se podrían aumentar mucho más las ventas si hubiera más aparcamientos. Nuestra competencia con los grandes supermercados es que ellos tienen aparcamiento y nosotros no". De hecho estima que económicamente sufren un 30% menos de ventas. Algunos vendedores el mercado de abastos tienen convenios con aparcamientos privados de alrededor, bonificando media hora de estacionamiento gratuito, "pero hay gente reacia a los privados".

García no deja pasar el hecho de que haya líneas del autobuses públicos que no lleguen a los aledaños del mercado, como ocurre con los vecinos de La Granja. Pero sí se ha dado preferencia al centro comercial Puerta Europa. Se hace eco de las quejas que recibe de los ciudadanos, que le recuerdan que hacen "un esfuerzo muy grande por acudir". No obstante, hay mucha clientela fiel de todas las barriadas.

Juan Pozo, charcutero con más de 25 años de experiencia en su puesto del mercado, respalda estas quejas porque el público busca aparcar en el Llano por cercanía: "No cuesta dinero y está cerca". Esto se traduce en el trasvase de clientes a los supermercados. Sus clientes se lo hacen constar, incluso cuando no está la OPE. Su negocio, sin embargo, se mantiene en un equilibro de ventas por clientes habituales y por el turismo familiar que compra productos de la tierra como regalo en estas fechas.

En la zona exterior del mercado está el hijo de Alfonso Criado, con el puesto de su padre de verduras y fruta desde 1940. "Se nota el cierre porque han quitado una cantidad impresionante de aparcamientos y nos afecta". Las ventas caen y el género tiene menos salida por la falta de público. "No se vende con la alegría habitual", problema coyuntural que considera generalizado. "El público quiere venir con su coche, aparcar cerquita y hacer dos compras, pero al no encontrar aparcamiento se van". La época estival tampoco juega a favor porque hay mucho público que compra en el mercado exclusivamente los sábados pero cuando ven el clima óptimo se van a la playa.

Desde la asociación de comerciantes del casco tradicional, Francisco Soto, refuerza la teoría de una menor afluencia y la que hay no se traduce tampoco en ventas reales. Cada vez hay menos aparcamientos en la zona y se resiente el público. Reconoce que el mercado y los comercios de la zona tradicional se influyen unos a otros, el mercado por las mañanas ayuda a la actividad comercial y quienes van a las tiendas se pasan por la plaza de abastos. Apuesta por la realización de un estudio exhaustivo para mejorar el mercado de abastos, en vista del crecimiento de los pequeños supermercados en las barriadas. Una medida favorable para la zona comercial baja, según Soto, sería la presencia del mercadillo de los martes en el Llano.

El debate sobre el uso del Llano cuando transcurre el periodo de la OPE choca de frente con las necesidades de los propios algecireños. Ahora bien, es una necesidad justificada que la explanada esté preparada y disponible como zona de preembarque en previsión de la gran afluencia de viajeros que cruzan el Estrecho de Gibraltar. La situación geográfica de Algeciras, puerta de entrada y salida de Europa a África, requiere de este dispositivo y de unos controles más exhaustivos que cualquier otro puerto de España. Como ejemplo de su utilidad el Llano ha canalizado un total 241.105 viajeros de la OPE en nueve días de uso.

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