El café de San Telmo y cadetes en Algeciras
El Sexenio Democrático en Algeciras (1868-1874)
En aquellos días de primavera en 1871 se aprobaron las obras del puente sobre la garganta de Valdeinfierno
El comandante general del Campo de Gibraltar, Juan N. Servet, propuso la creación de un batallón de cadetes con instrucción en Algeciras que no encontró respaldo
El acta de Algeciras y demás enjuagues
Al mismo tiempo que los algecireños reseñados en el capítulo anterior afrontan con su patrimonio sus necesidades económicas, el Consistorio sanroqueño en bien de la cárcel del Partido de Algeciras remite a las autoridades provinciales un oficio que genera la siguiente resolución: “Viéndose una comunicación del Alcalde 1º de San Roque, en que se solicita se designe la cantidad con la que el pueblo de La Linea debe contribuir para el sostenimiento de la Cárcel del Partido, ordenándose al Alcalde (de la Línea) la abone inmediatamente en aquella Depositaría municipal (de San Roque); y teniendo en consideración la explicación del negociado referente á que el Ayuntamiento de la Línea funciona solamente con carácter provisional percibiendo únicamente para cubrir sus atenciones parte de un impuesto local, pues todos los demás recursos municipales figuran en el presupuesto de San Roque, así como por completo la partida del gasto carcelario, se acordó desestimar la pretensión del Alcalde de dicha Ciudad, lo cual se le participa para su conocimiento manifestándole al mismo tiempo que según el padrón formado por el Delegado del Cuerpo provincial la población de la Línea la componen 650 vecinos y 205 residentes con un total de 3.315 almas”.
El pleno otorgamiento de competencias al nuevo municipio de La Línea por sospechosas razones parece no tener fin. La decisión que se tomó por las autoridades liberales no deja de contar con obstáculos para su completo desarrollo. Desde la republicana Algeciras, población que podría haber generado legítimamente tal requerimiento por su condición de Cabeza del Partido, se guardó un silencio que beneficiaba claramente a la iniciativa de creación del nuevo municipio al otro lado de la bahía.
Pero no todo han de ser noticias negativas para la zona: “Verificada ante la Comisión la subasta de contratación de las obras del puente denominado de la Aogis en la Carretera provincial de Cádiz á Gibraltar, sección de Medina a Los Barrios, fué adjudicado el remate á favor de D. Manuel Yacosa y León, vecino de Cádiz, como único postor por la cantidad de 27.600 escudos [...] para la construcción de las obras del puente sobre la garganta de Valdeinfierno en el tercer trozo de la tercera sección de la Carretera provincial de Medina al Campo de Gibraltar”.
Siguiendo con los procedimientos legales, en el Juzgado de Instrucción de este Partido con sede en Algeciras se siguió auto de jurisdicción voluntaria a instancia de “Dña. Inés Morales Santillana, viuda de D. Hilario Gamito, como tutora de sus hijos Doña Isabel y Dña Matilde, cuyo cargo le fué conferido por el padre de estas en el testamento bajo que falleció y se le discernió por el Juzgado de 1a instancia de este partido en doce de Diciembre de mil ochocientos sesenta y siete [...] en solicitud de que se le autorice para la venta del mobiliario del Café de San Telmo, propio de dichos menores y sustanciado el expediente por sus trámites se dictó el siguiente Auto [...] El Sr. D. Rafael Rozo, Juan de 1ª instancia de este Partido, habiendo visto estos autos [...] Dijo debía autorizar y autorizaba á Dña Inés Morales Santillana, para que, como tutora de sus hijos [...] lleve á efecto la venta del mobiliario del Café de San Telmo”.
Días más tarde, en aquel final de abril de 1871 y con el beneplácito judicial, la señora Morales Santillana procedió en nombre de sus hijas menores a la venta de dicho mobiliario del Café de San Telmo, sito en la calle Real y que les fue legado por su tío Francisco Gamito Troyano a Pedro Marín Cortés, casado y de profesión industrial, en la cantidad de 1.250 pesetas. Diecinueve años más tarde, en 1890, el industrial Marín Cortés y en la misma cantidad por la que había adquirido tan popular establecimiento (1.250 pesetas) recibió un préstamo del también industrial y propietario Francisco España Pardo que “habría de devolver en un año y rédito de 12’50 pesetas mensuales. Y para lo cual puso en garantía “un establecimiento de madera y lienzo, junto a su mobiliario nombrado de San Telmo, destinado á su colocación en el Real de la Feria de esta ciudad”. A dicho préstamo contribuyó el propietario y viudo Joaquín Ibáñez Palop, que para entonces contaba la avanzada edad de 70 años, aportando “la mitad del importe de su capital y deseando obtener este y darle el señor España el correspondiente documento que así lo acredite”. Declararon: “Que de la citada cantidad pertenece a Joaquín Ibáñez 625 pesetas y en esta proporción recibirá los intereses y oportunamente la suma de que es acreedor cuando sea satisfecha por el deudor”. El citado Ibáñez Palop había nacido en 1801, año en el que en nuestra ciudad acontecieron hechos tan importantes como la finalización de la torre-campanario de la iglesia parroquial de la Palma o la célebre batalla naval de Algeciras. Perteneciente a la rama del comercio, poseía negocios y propiedades en la población de La Junquera (Gerona), de donde era originario, siendo su hombre de confianza en aquella localidad Vicente Fillol Domínguez. También ejerció -cosa habitual en aquella época- la actividad de prestamista: “Prestó a Manuel Morillo Morales de esta, 750 pesetas hipotecando casa en calle Torrecilla 18, dando su frente al levante”. En Algeciras su hombre de confianza era el procurador Federico de la Torre Cataño a quién “otorgó poder suficiente y bastante para que le defienda ante los tribunales”.
De regreso a la realidad política -digna también de ser inventariada- en aquella primavera del 71 las autoridades provinciales progresistas y liberales en relación con la actividad municipal procedieron a: “Algeciras.- Subasta arrendamiento del derecho de pasaje en la Barca del río Palmones. Ídem de derecho de degüello de reses, reduciéndose á 15 días el plazo pª.el anuncio de la subasta. Ídem del suministro de raciones á los presos pobres de la Cárcel por igual término”. También y en el mismo contexto de visto bueno a la algecireña gestión “se acordó aprobar las diligencias preliminares formadas por el Ayuntamiento de Algeciras para la subasta del arbitrio del uso voluntario de pesos y medidas en el próximo año económico con la reforma en la condición 7ª que propone el negociado previniéndose al Municipio que al tenor de lo mandado por el nº 2º del artº 130 y 9 del mismo de la ley 23 de Febrero, puede imponer un arbitrio que no exceda del 25% de la tarifa de contribución á los que traten de hacer competencia al arrendatario”.
Para finalizar con la intensa actividad de control de los ayuntamientos desde la capital de la provincia se tomó una decisión que si bien y en un principio incumbía solamente al municipio de la comarca señalado no era menos cierto que afectaba muy directamente al resto de corporaciones que mantenían relaciones comerciales con la vecina colonia inglesa: “Resolviendo una consulta del Alcalde de la Línea, se acordó manifestarle que proceda desde luego á instruir las diligencias preliminares para la subasta del arbitrio de un real en carga de las que se exportan para Gibraltar, que es uno de los recursos con que ha de cubrir su presupuesto de cuya formación deberá ocuparse, dando conocimiento al Alcalde 1º de San Roque”. Se ha de suponer que la aún dependencia administrativa con respecto al municipio matriz, estaba motivada por la falta de presupuesto propio.
El mes de mayo comenzó en nuestra ciudad con una buena iniciativa por parte del Gobernador Militar, proyecto que en modo alguno tuvo el respaldo que podría esperarse: “El Excmo. Sr. D. Juan N. Servert, comandante general del Campo de Gibraltar, ha enviado al Excmo. Sr. ministro de la guerra, una memoria proponiendo la creación de un batallón de cadetes de la promoción de los 300 que habían educarse en las capitanías generales; cuyo batallón propone el general Servet se eduque é instruya, teórica y prácticamente bajo su inmediata dirección en Algeciras, conforme á las bases que en su memoria se establecen”. Tal iniciativa difícilmente habría de contar con el apoyo de las autoridades civiles locales, muy contrarias a la militarización de la ciudadanía, como se ha podido observar en el caso de las quintas.
Y si aquella magnífica iniciativa de creación de una posible “seudo-academia militar” que hubiese significado un auténtico revulsivo económico para la ciudad quedó en un cajón guardado y sin público respaldo, no tanto ocurrió con la noticia siguiente: “Ha sido contratado para torear en la Plaza de Toros de Algeciras los días 4 y 5 de Junio próximo el espada Antonio Carmona (Gordito), con toda su cuadrilla”. Una vez más el escurridizo progreso quedaba relegado al silencio, mientras que la anclada tradición seguía gozando de los tan socorridos… Tres cuartos al pregonero.
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