Narcotráfico
Los narcotraficantes recuperan por piezas las lanchas incautadas por la Guardia Civil

El busto del general Castaños en el parque María Cristina de Algeciras

Observatorio de La Trocha

El histórico comandante general del Campo de Gibraltar, figura clave en la derrota del ejército de Napoleón en Bailén

La escultura llegó a la ciudad en 1948 y el sábado de Feria fue colocado en el eje de la mediana que precede a la entrada central del parque

Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: plaza de Joaquín Ibáñez (I)y (II)

Cuadro de Vicente López del general Castaños (d), que sirve de inspiración al busto del general Castaños de José Piquer.
Andrés Bolufer Vicioso
- Licenciado en Geografía e Historia. Especialista en Historia del Arte de la Asociación Cultural La Trocha, Historiador y miembro de la Sección 1ª (Historia) del Instituto de Estudios Campogibraltareños, del cual es Consejero de Número

Algeciras, 01 de mayo 2025 - 21:42

A la derecha de la entrada del paseo central del parque municipal, llamada desde 2008 Paseo de los Voluntarios de Algeciras en la batalla de Bailén (1808-2008), se encuentra el busto del general Castaños, el que desde 1948 presidía la mediana de la Avenida del Calvario, hoy Avenida Blas Infante, en Algeciras.

Algeciras tiene una deuda impagable con el vencedor del general napoleónico Dupont el 19 de julio de 1808 en Bailén (Jaén), el general Castaños. La victoria que sorprendió y conmocionó a toda la Europa sepultada por el yugo revolucionario y napoleónico. Napoleón podía ser y fue derrotado, allí donde nadie lo esperaba, en España.

Francisco Javier Castaños Aragorri Urioste y Olavide (Madrid, 1758-1852), I duque de Bailén, fue un militar español que provenía de una familia vasca relacionada con el mundo de las finanzas, la diplomacia y la milicia.

En su amplio currículum de servicios a la patria, destaca sobremanera su crucial nombramiento en 1802 como comandante general del Campo de Gibraltar, en sustitución de Juan Ordóñez, siendo sustituido en 1808 por Juan Ordóñez. Este nombramiento le permitió en la gran encrucijada patria de 1808, levantar el único ejército capaz de hacer frente al invasor, llamando al ardor patrio a todos aquellos que deseaban vengar el dolor de la patria humillada.

Su encuentro con la zona venía de lejos. Durante el Gran Asedio de Gibraltar(1779-1783), estuvo destacado en su frente, por lo que ya tenía un amplio conocimiento de lo que a partir de 1802 sería su gobierno militar. Fue él quien en 1804 trasladó la comandancia militar de San Roque a Algeciras, dándole la preeminencia militar que se le venía concediendo de manera oficiosa y ahora de manera oficial, desde que se refundara tras la pérdida de la Roca y su restauración en 1704, justo un siglo después.

A él se le debe que en 1807 se urbanizara lo que era el llano central de la nueva Algeciras, la Plaza Alta, aunque su primer nombre fuera plaza del Almirante, en honor del valido real Manuel Godoy, con el que sin duda querría congraciarse, dada su problemática relación con quien lo desterró de la corte en 1799 a la plaza de Badajoz.

El busto del general Castaños, 1948-1971.

Algeciras lo ha recordado públicamente con varios homenajes, aunque en vida del insigne militar ninguno se materializó. En 1827 se pensó colocar su busto sobre la columna triunfal que, sustituyó al desaparecido monumento central de la plaza del Rey, en aquel momento; pero el insigne Alférez Mayor de la ciudad, el heroico ídolo patrio, lo rechazó por su gran humildad.

El callejero local lo recuerda a partir de 1892, en el centenario cuarto de la fecha clave de la nacionalidad española de 1492, en dos de los itinerarios más transitados de la nueva urbe de aquellos días: las callesGeneral Castaños y Bailén. La primera hasta aquella fecha se llamaba Carretas y la otra de las Damas.

Pero también lo tenemos entre nosotros a través de dos obras de las artes mayores, la pintura y la escultura. A la primera le corresponde el retrato del comandante general del Campo de Gibraltar, el teniente general que durante cuatro años gobernó con gran talento y acierto su demarcación, en buena armonía con su homólogo de la colonia y con el que selló un acuerdo que le permitió partir para encontrarse con la esperanza de detener la invasión del gran dictador del momento, Napoleón.

El retrato del General Castaños, el gran líder de la España insumisa, a la que le dio esperanza y vida, lo representa como un maduro hombre, tenía 40 años en 1808, con una mirada clara y despierta frente a su interlocutor, al que quiere trasmitirle tranquilidad y firmeza frente al destino turbulento de la patria, a pesar del paisaje poco tranquilizador que tiene a su espalda.

Él es el eje de la composición de ese óleo sobre lienzo y nos muestra en su mano derecha la capitulación de Andújar, por la que el general Dupont reconoce su derrota frente al ejército de la España libre.

El cuadro, antes de formar parte de las colecciones del Museo Municipal a partir de 1997 y ser restaurado en 2012, se encontraba en las dependencias nobles del Ayuntamiento de la ciudad, carece de autoría conocida y tal vez no sea un cuadro hecho por las manos más diestras del arte de la época, pero nos deja la impronta del héroe nacional y local, porque fue desde Algeciras de donde partió uno de los gritos de indignación patria frente al invasor.

 José Piquer Duarte, escultor, autor del busto del general Castaños, pintado por Vicente López.

A la pintura decimonónica de su retrato, conservado hasta no hace mucho en las dependencias oficiales de la primera autoridad local, la acompaña, a nivel urbano, con un claro destino público, un busto que es una réplica del vaciado en escayola del retrato delGeneral Castaños anciano (1848, 75 x 56 x 33 cms), obra del escultor de Cámara José Piquer y Duart (Valencia, 1806- Madrid, 1871), que a su vez se inspiró en el cuadro de igual título que le hiciera al héroe de Bailén, el pintor valenciano Vicente López Portaña (Valencia, 1772- Madrid, 1850) pintor de Fernando VII e Isabel II, hacia 1848. Con lo que tenemos una réplica del arte oficial de la corte isabelina.

El original en yeso fue modelado en 1850 y fundido en la fábrica de Trubia en 1855, junto a otros cuatro, ése es el caso del conservado en el Senado, donde se conserva en la galería de sus presidentes, ya que Castaños fue el primer presidente de la Cámara del Estamento de Próceres del Reino, antecedente de la cámara alta y otro localizado en el Museo del Ejército en el Alcázar de Toledo. De ellos el busto algecireño es una de las mejor conseguida.

El busto llegó a la ciudad en 1948 y el sábado de Feria fue colocado en el eje de la mediana que precede a la entrada central del parque María Cristina, con ello se quería poner de relieve la importancia capital que para el destino de la ciudad y de la nación, tuvieron sus decisiones.

Vicente López Portaña, pintor, autor del retrato del General Castaños, copia de un autorretrato por su hijo Bernardo López Piquer.

José Piquer Duarte, de padre escultor, se formó en la Academia de San Carlos de Valencia y tomó como referencia para su busto el retrato del General Castaños anciano que en 1848 le hiciera Vicente López Portaña y conservado en la colección del ducado de Bailén.

Vicente López fue el pintor por excelencia de la corte isabelina y la alta sociedad española de la época. Hizo el retrato del General Castaños anciano hacia 1848, siguiendo las mismas características de los que hiciera en 1820 para el Retrato Félix Máximo López, del organista y compositor de la capilla real y el más reconocido Retrato de Goya anciano en 1826, del que también se haría famoso su busto, como galardón de los premios Goya. Vicente López no quiere falsear sus retratos alagando al personaje. Retrata la edad tal como es, cargada de años, entregada a una vida tocada un por un claro carácter personal, con la fortaleza de dar sentirse protagonista de su propia historia, con independencia de los achaques, que llegan inexorablemente, a partir de cierta edad.

Vicente López fue un pintor academicista que retrató tal cual a los personajes de su época fueran los reyes (Fernando VII, María Cristina de Borbón o Isabel II), los personajes de la alta sociedad, cuyo mérito eran sus rentas o influencias o los verdaderos protagonistas de su tipo, como los aquí relacionados con nuestro protagonista, el general Castaños.

Vicente López y José Piquer compartieron intereses y se influyeron mutuamente, de ahí la correlación tan cercana entre el cuadro que hiciera del general, 4 años antes de su muerte, y el busto minucioso, cargado de honores como el collar del Toison de Oro, las medallas y el peso de la edad, que llevó a cabo José Piquer.

Retrato del general Castaños, anónimo, siglo XIX Museo Municipal de Algeciras.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último