La Virgen de Fátima se encuentra con los vecinos de La Bajadilla
También procesiona el Simpecado de la hermandad del Rocío, que luce por las calles del barrio de la Cuesta del Rayo
La Señora del Rosario de Fátima se encontró ayer con sus devotos en la barriada de La Bajadilla.
Salió a la calle tras la eucaristía de las 9:00 horas que se celebró en la parroquia de Santa María Micaela. Después recorrió la calle San Sebastián y la calle Ávila y descansó en la plaza de Antonio Rubio, en la avenida de La Cañá. Fue allí donde fue agasajada con ofrendas de flores, oraciones, bailes y canciones.
Esta celebración rememora aquellos días cuando la imagen de Fátima recorría las calles de la feligresía y sus devotos montaban altares y le dedicaban sus mejores galas y oraciones.
Sucedía los meses de mayo, el tiempo en el que la Señora descendía desde la Capelina -lugar habitual de residencia de la Virgen de Fátima- hasta las calles de esta barriada algecireña. Residía durante este mes en la parroquia de Santa María Micaela. Esta tradición fue iniciada en los años 60 por el isleño Padre Galtier, párroco de esta zona.
No fue la única procesión que se celebró ayer en la ciudad. Por la tarde el Simpecado de la hermandad del Rocío de Algeciras marchó por las calles de la barriada de la Cuesta del Rayo. Fue un acto incluido en la Semana Mariana 2011 y que concluyó con la denominada misa de los Estatutos. Posteriormente hubo una convivencia en la hermandad.
Será el próximo 8 de junio cuando esta imagen procesione por las calles céntricas y visita a la patrona. Es el acto previo que realiza esta hermandad antes de peregrinar hacia la aldea del Rocío.
Ha sido una semana intensa para este colectivo religioso. Fue el pasado domingo cuando el ex concejal Felipe Mediavilla interpretó el XXVII pregón rociero. El lunes fue la celebración del aula rociera El Tamborilero, el martes tuvo lugar la oración mariana con la vigilia de los jóvenes y el miércoles fue el solemne triduo. La culminación llegó ayer con el rosario, la procesión del simpecado y la convivencia.
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