Historia de Algeciras

El Trienio Liberal en Algeciras: Algecireños para la marina y corrida de novillos

  • Numerosas peticiones fueron realizadas en la liberal ciudad: hombres para el servicio de la armada nacional, una universidad de segunda clase, el reparto de tierras, la necesidad de socorrer expósitos y corridas

La calle Real, donde María de las Mercedes tenía un inmueble.

La calle Real, donde María de las Mercedes tenía un inmueble.

Y así, mientras las progresistas políticas liberales tienden a crear un inexistente tejido industrial en la fernandina España, intentando hacer realidad la frase del ingenioso Basilio -cervantino personaje enamorado de la bella Quiteria- quién expresó en el capítulo dedicado a las bodas de Camacho: -¡¡No milagro, sino industria, industria!!, el jefe político del Partido de Algeciras, remite un oficio a las altas instancias provinciales doceañistas acompañando la lista de: "Los hombres de mar para engrosar los cuatrocientos veintinueve hombres pedidos a esta provincia para el servicio de la armada nacional, proponiendo que [...] contribuya Algeciras con sólo treinta hombres de los treinta y cuatro que se le han señalado".

Y mientras nuestro comarcal jefe político estaba preocupado por los campogibraltareños que debían enrolarse en la nacional armada, pasa por su mesa un oficio de gran importancia para el desarrollo social y educativo de la zona sin que tuviera mayor repercusión, expresando su contenido: "La Dirección general de estudios acerca de que se le designe el pueblo de esta provincia en que pueda establecerse una universidad de segunda clase". Desgraciadamente los liberales pensamientos de los dirigentes comarcanos de entonces, no alcanzaban horizontes mayores que la misma subsistencia del sistema.

En otro orden de asuntos, el consistorio algecireño recibió el siguiente oficio: "Instancia presentada por Manuel Delgado que se dice Sargento primero del Cuerpo de Artillería retirado con dispensos en aquella ciudad; pidiendo ser agraciado en el reparto de tierras, para que en vista de dicha instancia y documentos que la acompañan, informe con devolución lo que se le ofrezca y parezca".

Los ideales, al parecer, si son premiados mucho mejor; parafraseando una futura consigna libertaria: ¡La tierra para quién la luchó!. Y así, mientras el artillero sargento espera la resolución a su 'agraciada' solicitud -fundamentada en norma aprobada en 1813- en el despacho del subalterno jefe político del distrito se recibe una importante resolución sobre mejorasen las infraestructuras de la comarca, expresando la citada:

"En vista de los informes que ha remitido el Gefe Político Subalterno del Partido de Algeciras, evacuado por el Ayuntamiento de aquella ciudad y el de Los Barrios, en el expediente que también acompaña con oficio de cuatro de este mes, relativo a la obra del puente del arroyo llamado de los Cachones, incluyendo el croquis y presupuesto de los gastos [...] estimada útil y conveniente y necesaria la obra proyectada del citado puente, y en su consecuencia se aprueba por razón de la urgencia y en uso de las facultades que le concede el artículo trescientos veinte y dos de la Constitución a que se proceda a su ejecución en los términos que propone el Gefe político del Partido".

Y así, con la alegría de facilitar el paso a sus respectivos vecinos entre ambos municipios, el progresista subalterno funcionario emprende otra nueva lucha administrativa para socorrer a uno de los sectores más tradicionalmente olvidados de aquella España disfrazada de liberal pero con alma absolutista, resultando:

"En vista de los expuesto por los ayuntamientos del distrito de Algeciras, en oficio de 25 de Enero, por medio del Gefe político de aquel Partido, y hecho cargo esta institución provincial de lo que manifiestan acerca de la necesidad de socorrer a los Expósitos del Partido, que muchos de ellos son víctimas de la escasez y falta de alimento que están experimentando; siendo este un objeto que reclama la humanidad y el bien del Estado [...] y atendiendo esta institución el arbitrio que propone de 4 rv (reales de vellón) sobre cada carga de carbón que se extrae para Gibraltar gravita sobre los habitantes de aquella plaza y por esta razón es el menos gravoso que puede adoptarse en las actuales circunstancias, en su consecuencia se acordó la aprobación de dicho arbitriose emplee para socorro y alimento de los niños Expósitos, encargándose los Ayuntamientos cuiden con el mayor esmero de su recaudación e inversión para que se verifique el digno objeto de aliviar el estado de miseria y abandono en el que se encuentran los niños expósitos; comunicándose así al Sr. Gefe Superior de la Provincia que se sirva trasladarlo al del Partido de Algeciras, y dar cuenta oportunamente a las Cortes de la urgencia y motivo de la concesión de dicho arbitrio afín de que recaiga su aprobación".

Y mientras la más alta representación liberal en la comarca lucha por mejorar la vida de los desamparados menores, el día a día de los algecireños prosigue con su rutina diaria y en función de su clase social, según el siguiente legal texto:

"DñaTeresa Elice vecina de esta ciudad, casada con Nicolás Martín, precedida de la licencia y venia marital que el derecho previene [...] el día 5 de Marzo del año pasado de 1816 prestó a DnJosé Aragón de este mismo vecindario la cantidad de 28.000 rv para atender a sus urgencias, y quién constituyó obligación de pagarselos en el término de dos años [...] y habiendo pasado el plazo con mucho le demandó judicialmente y siguiendo el litigio ejecutivamente y después de sentenciado se satisfizo en parte de pago algunas cantidades de la citada deuda [...] sobre el resto se arreglarían y convendrían amigablemente, según juicio verbal extrajudicial que celebraron ante Dn Ventura Fita [...] con efecto de esta fecha ha sido pagada enteramente la principal cantidad de 28.000 rv".

Al mismo tiempo que, según fuentes judiciales, se satisface la deuda del vecino Sr. Aragón con la también domiciliada en nuestra ciudad Sra. Elice, un clérigo destinado en Algeciras, se dirige a través del subalterno jefe del Partido a las autoridades doceañistas de la provincia en los siguientes términos:

"En vista de la solicitud de DnPedro de la Peña y Santander, presbítero y vecino de Algeciras por sí y á nombre de su hermano Dn Juan y de los informado sobre ello por el Ayuntamiento de los Barrios relativamente á el hecho de vacas que tienen en aquella población en el sitio nombrado de la Zorrilla del que piden se les deje en posesión [...] se acuerda que no habiendo más posesión ni acción en los hechos que el establecimiento ó albergue para el ganado con la servidumbre de colada, abrevadero y majada, si hubiese tierras de pasto en las inmediaciones de los hermanos Peña y estos se hallasen en el caso del artículo quince del Decreto de las Cortes [...] dejándoles en todo caso expedita su colada y demás servidumbres del citado hecho".

Y siguiendo en el mismo contexto de majadas, abrevaderos y coladas, comentar que desde nuestra ciudad se realiza la siguiente petición:

Petición permiso para corrida de novillos (1822) Petición permiso para corrida de novillos (1822)

Petición permiso para corrida de novillos (1822)

"Dióse también cuenta del mismo Gefe Político subalterno de Algeciras de cuatro de este mes e informe que acompaña de aquel Ayuntamiento sobre el permiso pedido por DnFrancisco Contilló, comandante del tercio de la milicia nacional de caballería de dicha ciudad para hacer diez corridas de novillos para con su producto proveer de monturas, armamento y vestuarios á los individuos de dicha milicia y resultando del expresado informe del Ayuntamiento, proponen este adaptar la propia medida para cubrir sus atenciones municipales y en primer lugar las mencionadas monturas y armamento [...] se acuerda se diga al mencionado Comandante Contilló que por ahora no há lugar á su solicitud, sin perjuicio de que si la escasez de fondos que tiene dicho Ayuntamiento le imposibilita de hacer los adelantos oportunos para las corridas que indica, que habrá de verificar por subasta, podrá tener lugar lo que por las razones alegadas no se le conceda de presente".

Recordemos que la familia Contilló estuvo muy ligada al liberal movimiento no solo desde la responsabilidad sobre el citado tercio de Milicia Nacional, también dejó su impronta en el desarrollo de la libertad de imprenta (Todos los Españoles tienen la libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas. Art. 371 CONST.) a través del algecireño periódico Las Columnas de Hércules, recogiendo entre otras noticias: Londres 13 de Agosto. El Marqués de Londonderry puso desgraciadamente fin ayer a su existencia degollándose [...] se presume que se había fatigado tanto en la última acalorada sesión que sus facultades intelectuales no pudieron resistirlo (Crónica de Gibraltar). Todos saben que este Marqués ha influido mucho en el sistema servil que ha adoptado la Europa después del destronamiento de Napoleón [...] No hemos podido dar inserción en este núm.º á varios Comunicados que nos han sido remitidos, pero lo haremos en los siguientes según lo permitan las circunstancias. Algeciras. Por la Viuda de Contilló. Año de 1822.

Extracto del periódico Las Columnas de Hércules, impreso por la Vda. de Contilló (1822) Extracto del periódico Las Columnas de Hércules, impreso por la Vda. de Contilló (1822)

Extracto del periódico Las Columnas de Hércules, impreso por la Vda. de Contilló (1822)

En el núm.1 Año I del citado liberal periódico, además de la referencia a la libertad de imprenta expresada, también recogía: Este periódico que publicamos sin señalar días determinados y sin anuncios ó prospectos que ofrecen demasiado y cuyas ideas rara vez se desempeñan con exactitud y á gusto de todos, no lleva por objeto la especulación de poner el plato diario á costa del sistema constitucional, sino de esparcirlo gratis á la benemérita guarnición de esta Ciudad y á los Ayuntamientos de la Sierra.

De regreso a la diaria y liberal realidad de nuestra ciudad, otro héroe de la revolución constitucionalista solicita su derecho: "Instancia de DnAntonio Ponce, vecino de Algeciras [...] en el cual hace presente que como subteniente disperso y en consideración á sus méritos y servicios se le incluya en el repartimiento de tierras, cuya reclamación no hizo en tiempo oportuno por hallarse ausente [...] se acuerda se diga al Ayuntamiento de Algeciras que presentándosele dicho interesado se le incluya en el número de aspirantes á suertes de premios patrióticos siempre que se halle comprehendido en las circunstancias que previenen los artículos nueve y doce del decreto de las Cortes de cuatro de Enero de 1813".

Y puestos a pedir, otro vecino de Algeciras procede en consecuencia sobre la subasta del producto de montes del Común: "El Gefe Político del Partido de Algeciras acompaña expediente [...] sobre rebaja solicitada por Dn Manuel Miciano de una suerte de leñas. El Ayuntamiento considera injusta la solicitud y propone la subsistencia del primer remate". Recordemos que Manuel Miciano era capitán de la Milicia y estaba casado con María de las Mercedes Jiménez, quién poseía varios inmuebles repartidos entre las calles Sacramento, Real y Gloria. Esta última casa se la había comprado al también algecireño Antonio Rodríguez Tapia.

En otro orden de asuntos, el Juez de primera Instancia del Partido algecireño envía al responsable político del distrito el siguiente oficio: "Manifiesta gran necesidad de dotar de subalternos al juzgado". Ante la citada demanda de personal, las altas instancias liberales de la provincia responden: "Hallándose agotados los fondos públicos de los pueblos en términos que muchos de ellos no pueden pagar á sus más precisos e inmediatos dependientes, é impidiendo la exorbitancia de las contribuciones el conceder nuevos arbitrios, no es posible por ahora acceder á lo solicitado".

En el mismo contexto judicial y ante las mismas autoridades constitucionales, el último Alcalde absolutista algecireño presenta la siguiente queja: "Dn Pedro Juan Barte, Juez interino cesante de la ciudad de Algeciras, quejándose de los Ayuntamientos de la misma y pueblos de su partido por no satisfacerle la cantidad de diez mil y más reales que se le adeudan por sus sueldos de Alcalde mayor y Juez interino que fue de primera instancia desde primeros de julio de 1820 [...] se acuerda que el Ayuntamiento de Algeciras informe los motivos que haya tenido para no verificar el pago que reclama dicho Juez cesante". En un futuro, cuando el régimen del Deseado le devolviera su puesto en la algecireña alcaldía, se habría de enfrentar al difícil equilibrio entre la conciliación de justicia y libertad.

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