Gabriel González Siles | Director de la Politécnica de Algeciras

"El trabajo en la Politécnica de Algeciras nunca se acaba"

  • El director de la Escuela Politécnica Superior de Algeciras, Gabriel González Siles, hace balance del curso a uno de terminar su mandato e insiste en colocar al estudiante como centro del sistema

El director de la Politécnica de Algeciras, Gabriel González, en la puerta del centro

El director de la Politécnica de Algeciras, Gabriel González, en la puerta del centro / Erasmo Fenoy (Algeciras)

-¿Cómo ha ido el curso?

-Bien, sin incidentes reseñables y con normalidad absoluta. 

-¡Pero si ha habido hasta elecciones a rector!

-Eso sí, sí ha conllevado una movilización electoral que es muy importante para la universidad. Además, también ha habido cambio de gobierno en la Junta de Andalucía y es cierto que estamos expectantes. No es previsible que en poco tiempo se note un cambio de estrategia grande, pero sí que haya un nuevo análisis de los datos. En el campus Bahía de Algeciras estamos muy pendientes de la oferta de títulos, que es algo que depende de las administraciones nacional y autonómica. La realidad es cambiante y tenemos que adaptarnos constantemente a ella.

-¿Cuántos alumnos tiene ahora la Politécnica de Algeciras?

-Estamos en unos setecientos. Hemos sufrido un descenso desde 2011. Y la caída más dura ha sido en la Ingeniería Civil por culpa de la crisis tan fuerte que incidió especialmente en el sector de la construcción como todo el mundo sabe. El número de matriculados en este título puede haber caído entre el 70-80 por ciento, a nosotros en Algeciras aún más. Hay también cierto desconocimiento sobre esta titulación, que intentamos paliar desde la Conferencia de directores con labores de difusión e información, sobre todo, acerca del gran prestigio de la Civil y de las salidas profesionales que tiene. Somos cinco centros los que en Andalucía la ofertamos y ha bajado la demanda. Se han juntado las dos cosas. Llevamos dos años haciendo talleres con institutos de Secundaria. Vienen a nuestros laboratorios y hacen aquí sus propias prácticas. Por ejemplo, con Isla Verde y Getares.

-La Politécnica sigue embarcada en obras de reforma.

-Sí, hubo una primera fase, iniciada en el verano de 2016 y terminada en enero de 2017, que importó 950.000 euros y es la que ahora han premiado los colegios de arquitectos de Sevilla y Cádiz. Parece que no nos equivocamos mucho con la propuesta que elegimos. El edificio estaba antiguo, casi sin tocar desde los ochenta. Y llegó la modernización. La característica principal que se ha logrado es la integración de la escuela con la ciudad. Queda resolver bien la conectividad entre el nivel del vestíbulo y el aulario con el del aparcamiento y salón de actos que dan a la avenida Ramón Puyol, que están más altos. No es fácil, aunque ahora sí hay un ascensor que salva esa altura. Actualmente se está revisando el proyecto de ejecución de la segunda fase de obras, ya está terminado y entregado el básico y hasta solicitada la licencia para los trabajos. Conllevará 2,6 millones de euros. La biblioteca supone la inversión de 2,7 millones. La tercera completará zonas que quedaron sin reformar en primera y segunda y la urbanización del aparcamiento. Todo este proceso comenzó en 2015.

-¿La nueva biblioteca es el salto de calidad?

-Sí, y no solo ella, también el salón de actos. Éste lo necesita y se invertirán en su remozamiento 300.000 euros. La biblioteca es para el campus, no solo para la Politécnica, y tendrá unos 2000 puestos de estudio y lectura.

-¿Cuál es la oferta actual de titulaciones de este centro?

-Ofertamos 4 grados de Industriales, el de Ingeniería Civil que comentábamos antes, 4 másteres oficiales que dependen exclusivamente de la Politécnica y uno más de Logística y Gestión Portuaria, que es bianual y en el que estamos implicados.

-¿Cuánto tiempo le queda como director?

-Pues un año, estamos terminando mandato. Los directores tenemos un máximo de ocho años y estoy en la dirección desde 2012, así que vamos ya concluyendo. 

-¿Qué balance hace?

-Es positivo, la verdad. El trabajo en la Politécnica nunca se acaba. Cuando entré quise poner el centro de nuestra atención en el alumno. Que el estudiante fuese el motivo principal de nuestra preocupación.

-¿Se ha conseguido?

-Sí, pero siempre queda por hacer porque eso lo que conlleva es una mejora en la calidad docente, en la metodología, en los recursos. Las obras de reforma también están pensadas en el alumno, creando un espacio de aprendizaje para él. En definitiva, hemos vivido un periodo, en el que aún estamos, que es de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. No solo en las palabras, también en los métodos, en los sistemas de evaluación, la mentalidad del profesorado...

-Sí se observa, desde fuera, un cambio de la relación profesor-estudiante.

-Eso ha cambiado radicalmente en los últimos veinte años. El profesorado es otro y el alumno que quiere estar más cerca lo encuentra más accesible que en tiempos pasados. La renovación sigue. Las jubilaciones te suponen la pérdida de un capital humano muy bien formado pero, por otra parte, te traen otras cosas positivas. En estos ocho años hemos acreditado doce profesores nuevos tras un plan de áreas deficitarias que se hizo para reforzar el cuerpo académico. Ha sido un gran esfuerzo, un trabajo muy importante por parte de los docentes. Ahora somos unos setenta profesores a tiempo completo.

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