Muchas son las cosas que el tiempo cura. Pero un mes no es, quizá, suficiente. Bajo las luces apagadas del Carnaval, en plena Cuaresma, Algeciras ha vuelto a recordar este sábado a Diego Valencia, el fiel sacristán de la parroquia de La Palma atrozmente asesinado en un ataque yihadista contra varios templos de la ciudad.

Apenas un centenar de personas se ha reunido al borde de las doce del mediodía en la Plaza Alta, en el mismo lugar en que Valencia se desplomó por las heridas del machete de Yassine Kanjaa. En realidad, pocas cosas han cambiado desde entonces: las políticas de deportación no prometen ser más ágiles ni tampoco más eficaces los acuerdos de colaboración con los países de origen de individuos como Kanjaa.

Sobre el incremento de medios humanos y materiales en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no se ha concretado nada. Para ciertas cuestiones, Algeciras y el Campo de Gibraltar continúan siendo lugares demasiado remotos. Al menos, para los dirigentes de Madrid. 

Por no cambiar, incluso el piso donde habitaba Kanjaa junto a otros compañeros ilegales, en la calle Ruiz Tagle, continúa okupado, a pesar de las denuncias de su propietaria. 

Así que, frente a la inacción generalizada, no queda más que el recuerdo. 

Concentración en la Plaza Alta un mes después del asesinato de Diego Valencia.

La gratitud de la familia

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, fue quien convocó esta concentración a las puertas de La Palma, a la que han acudido numerosos miembros de la Corporación municipal; representantes de diversas formaciones políticas; el subdelegado de la Junta de Andalucía, Javier Rodríguez Ros, y el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Pacheco, entre otras autoridades.

También el párroco de La Palma, Juan José Marina, y por supuesto, familiares y amigos de Diego Valencia, vecinos, agentes de policía, miembros de la iglesia y medios de comunicación.

Su hermano, Pepe Valencia, ha tenido la gallardía de quitarse las gafas de sol y mostrar públicamente su emoción. Al finalizar los minutos de silencio, ha declarado: "La familia está desbordada de cariño. Ahora nos damos cuenta de lo que querían a Diego en Algeciras". 

La hija del sacristán asesinado también ha dado las gracias públicamente, con la voz entrecortada, en el único momento del acto en el que ha descosido sus manos de las del párroco Marina, que todavía evita atravesar la Plaza Alta camino de su iglesia. Este viernes por la tarde, sorprendía el escaso número de feligreses congregados en el principal templo de la ciudad a la hora del rosario, igualado, prácticamente, al de agentes de Policía Local que custodiaban el exterior. 

La hija de Diego Valencia se abraza al párroco Juan José Marina.

Bajo las luces del Carnaval

"Tratamos de acompañar a la familia en el dolor, echándole una mano dentro de nuestras posibilidades", ha declarado Landaluce. "Diego era una persona buena, un hombre de fe que fue asesinado por sus creencias" y ha añadido que este aniversario coincide con el del fallecimiento de Paco de Lucía, que murió un 25 de febrero en Playa del Carmen, en México. "Se hace todavía más grande este día", ha señalado el primer edil. Ha asegurado que Algeciras seguirá recordando al sacristán y que, pronto, una plaza pública frente al Centro Documental José Luis Cano llevará su nombre.

No obstante, el alcalde también ha lamentado que el Senado haya rechazado emitir un comunicado de repulsa por los atentados y de apoyo a la familia. Según sus palabras, los grupos minoritarios piensan "en su tierra y no en España. Piensan en sus intereses de ideología en vez de pensar en lo importante, que es lo humano, la vida y la libertad".

Estos Carnavales también están honrando la figura de Valencia, muy aficionado a esta fiesta. El premio que se concede al mejor tipo del Carnaval Especial de Algeciras va por él. No en vano, muchas agrupaciones locales ensayaban sus repertorios en la floristería que regentaba en la calle Tarifa, donde recalaban antes de actuar en el Teatro Florida camino del concurso.

Y, entre tanto, bajo la alegría de las comparsas, el proceso judicial contra Kanjaa sigue su curso. Además de la Fiscalía, la familia de Valencia ha decidido estos días ejercer su derecho de personarse como acusación particular. Según ha podido saber Europa Sur, la esposa del que fuera sacristán de La Palma y sus dos hijos participarán como representantes de la víctima.

Autoridades presentes en la concentración de este sábado.

A Diego Valencia lo asesinaron en la noche más gélida del invierno. Este sábado, un mes después, el frío volvía a descarnar a los presentes en la Plaza Alta. Esta tarde, en La Palma, se celebrará una misa por su eterno descanso y tocarán las campanas de duelo a las siete y media, hora de la desgracia.

Si toda la tragedia vivida ha servido para algo, sólo el tiempo lo dirá.