Crimen yihadista en Algeciras

Lágrimas por Diego, el alma máter de La Palma

  • Quienes conocían al sacristán abatido destacan de él su carácter afable y su gran devoción por la Patrona de Algeciras

  • La hermandad de La Palma coloca un crespón negro a los pies de la Virgen en señal de luto por este florista de 63 años que llevaba ocho años colaborando en la principal parroquia de la ciudad

  • Cronología del ataque a las iglesias de Algeciras

Lágrimas por Diego, el alma máter de La Palma

Lágrimas por Diego, el alma máter de La Palma

"Diego era el alma máter de La Palma. Así de claro. La parroquia pierde muchísimo sin él". Abatido por los hechos sucedidos la tarde del miércoles, el hermano mayor de La Palma, Ismael Villa, sólo habla maravillas de Diego Valencia, el sacristán que perdió su vida en este atentado yihadista.

"De él hay muchas cosas buenas que destacar, porque era una persona muy afable, un gran padre y un abuelo ejemplar, pero sobre todo era un gran devoto de la Virgen de La Palma. Se le podía ver muchas tardes rezándole a la Patrona. La parroquia y todos nosotros perdemos muchísimo sin él", resume Villa, quien la tarde del miércoles sufrió un ataque de ansiedad tras enterarse en su puesto de trabajo del ataque yihadista y de sus terribles consecuencias.

Según algunos testigos, Diego Valencia le plantó cara a su agresor para defender así a la parroquia y a la feligresía que había entonces en el templo, donde había terminado la eucaristía apenas cinco minutos antes de que irrumpiera en su interior, machete en mano, Yassine Kanjaa. Al parecer éste pudo confundir a Diego con el párroco, de ahí que se cebara con él y le persiguiera hasta el exterior de la iglesia, para rematarlo cuando ya estaba en el suelo, en plena Plaza Alta.

Diego Valencia sumaba unos ochos años como sacristán de la Parroquia de La Palma. Él era de la zona del Carmen, aunque jamás disimuló su cariño por la Patrona, la Virgen de La Palma. Y cuando llegó a la parroquia de la Plaza Alta para colaborar, contribuyó de manera decisiva a su realce. "Gracias a Diego la parroquia recuperó muchas cosas, y la hermandad siempre tuvo en él una ayuda muy importante", explica el hermano mayor de La Palma.

El sacristán asesinado tenía 63 años de edad y regentaba una floristería en la calle Tarifa. Estaba casado, era padre de dos hijos y tenía dos nietos a los que en no pocas ocasiones había llevado a la Parroquia de La Palma y a la sacristía para que le hicieran compañía.

La pérdida de Diego originó gran desolación en toda la feligresía de La Palma que le conocía y también en las cuatro hermandades que tienen su sede canónica en el principal templo de Algeciras. Todas ellas trasladaron el pésame a la familia de la víctima mortal de los ataques del miércoles y la hermandad de La Palma dispuso la colocación de un crespón negro a los pies de la Patrona en señal de luto.  

 

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