La propuesta alternativa al uso del Llano Amarillo en la Operación Paso del Estrecho (OPE) que hace este periódico -destinar a esa función la dársena de El Saladillo, conectándola con el resto del recinto interior del puerto con un nuevo vial sobre el suelo que liberará el varadero El Rodeo- cumple, en principio, los dos requisitos que los responsables de este dispositivo requieren: superficie suficiente y conexión directa con el puerto que no perturbe a la ciudad.

De hecho, con la propuesta, el dispositivo actual de la OPE apenas variaría respecto al actual, salvo que cuando hubiese un momento de saturación y fuese necesario usar el Llano -lo que ocurre con el buen funcionamiento que ha cosechado los últimos años apenas unas horas de escasísimos días-, los coches de los viajeros se desviarían a la dársena de El Saladillo sin perturbar a la ciudad.

Este periódico planteó la propuesta al coordinador de la OPE, Salvador Merelo, para preguntar si, como responsable del dispositivo y con su experiencia, la considera viable.

La respuesta fue negativa. Merelo reconoce que la superficie libre en El Saladillo se asemeja a la del Llano, aunque matizó que tendría que estudiar con detalle si se dan las condiciones para ordenar el tráfico dentro de la dársena durante su ocupación. Sí reconoció que esa ocupación "sería mínima como ahora lo es en el Llano Amarillo, pero tenemos que tener previsión para no colapsarnos en caso un imprevisto, un temporal o una avería de algún barco".

También expuso que llevar a los viajeros a El Saladillo obligaría a sacarlos del puerto y afectaría a la ciudad. Al insistirle en que la propuesta incluye un vial interior sobre el suelo que liberará el varadero, esgrimió un argumento distinto: "Eso lo solucionaría, pero no de forma completa. Lo ideal es tener un tratamiento integral, que los flujos estén concentrados". Para Melero, la alternativa de El Saladillo al Llano es "una solución no completa que obligaría a una gestión más compleja".

Preguntado por cuál sería esa complejidad, puesto que todo el flujo de vehículos, como ahora, quedaría dentro del puerto, el coordinador de la OPE arguyó una razón, en la que puso más énfasis, que hace que considere inviable la propuesta: "Existe otro componente que debemos tener en cuenta; al alejar a los viajeros de la zonas de preembarque más próximas a los buques crearíamos un efecto psicológico que puede ser negativo y hacer más compleja la gestión de los flujos", explicó Merelo.

Fue más concreto al detallar que esos "efectos no deseados" se fundamentarían en la desconfianza que alejar a los viajeros generaría en la población, mayoritariamente magrebí, "una desconfianza que puede bloquear los flujos, porque se negaran a ir hacia esa zona creyendo que son engañados y que otros se saltarán el turno y embarcarán antes".

Ante ese argumento se le cuestionó que si ese "efecto no deseado", esa "desconfianza" no se generaría mucho más si algún día, como ha prometido la Autoridad Portuaria sin fecha confirmada, se traslada todo el dispositivo fuera del puerto a otra zona alejada a muchos más kilómetros que la dársena de El Saladillo. Opinó que no. "En ese caso todos estarían allí y no debería haber problemas", afirmó.