Descubridores del mangostán
El algecireño José Antonio Ríos contactó tres años atrás con una empresa norteamericana que vende el jugo de esta fruta. Fue el precursor de los 1.200 distribuidores que hoy en día hay en España
El mangostán no es una fruta conocida en España. Por eso hizo falta que una persona se atreviera a introducirla en el mercado. Hace tres años que José Antonio Ríos quiso que el zumo se vendiera y contactó con la empresa norteamericana encargada de hacerlo. A la idea se sumaron luego Pedro Fernández, también de Algeciras, y Carlos Pérez, de Estepona.
La venta de XanGo, así es como se llama el producto, se realiza por Internet y gracias a estos emprendedores que no tuvieron miedo ya hay 1.200 personas que a modo de franquicia lo venden en España. Ríos dice que no hay riesgo y que como se compra a precio de mayorista se obtienen beneficios. En definitiva, el germen nació en Algeciras aunque el producto es más famoso cuando se cruza Despeñaperros, bromea José Antonio. En casa de herrero...
Estos emprendedores viendo cómo estaba la situación apostaron por un negocio que funciona muy bien. "Es una herramienta muy buena, una opción de trabajo en definitiva", precisan.
José Antonio Ríos y Pedro Fernández han sembrado el mangostán en España, figurativamente hablando. "Fuimos los primeros en contactar con Estados Unidos y hace dos años fuimos a Bruselas, donde están las oficinas centrales en Europa para recibir el apoyo de los fundadores y ponernos al día en cuestiones del negocio", explican.
El mangostán apenas se conoce en Occidente aunque el mensaje está calando en la sociedad. Ningún comercio de Algeciras o de la comarca lo vende ya que es una fruta cara. Su árbol da fruto cada mucho tiempo y la fruta es muy perecedera, se estropea muy pronto. El kilo de fruta fresca puede llegar a costar más de 25 euros, una cantidad prohibitiva en los tiempos que corren. El mangostán se parece a una castaña y su interior es carnoso.
La compra del magostán embotellado sólo es posible a través de distribuidores. Y según estos visionarios, los que empiezan como clientes suelen terminar como distribuidores, aproximadamente un 80%. "Las comisiones son altas y el plan de negocio es rentable", asegura Ríos.
Estos emprendedores insisten sobre todo en los estudios médicos como la mejor garantía del producto. Ríos y Fernández subrayan al respecto que hay el doble de estudios realizados del mangostán que del aloe vera. Concretamente unos 1.500 estudios en comparación con los del aloe vera que ascienden a 700. "La clínica Mayo asegura que las xantonas que posee, antioxidantes, previenen el cáncer y otros estudios apuntan incluso a que ayudan a superar las depresiones", dicen convencidos.
Una prueba es que ellos mismos lo consumen y también sus familias. "No hay ninguna fruta que se le parezca. La gente cree que tiene que ver con el mango por el nombre pero no tienen nada que ver", aclaran sin obviar que se recomienda tomar tres centilitros tres veces al día.
Ríos y Fernández desvelan que la empresa para la que distribuyen ha crecido un 40%. "En España hay mucho paro y los EREs están al orden del día pero hay algo que funciona, esto", concluyen.
Aunque la fruta de mangostán existe desde hace miles de años, no es muy conocida en el mundo. Cultivada típicamente en el sudeste asiático y en otros climas tropicales, su sabor no tiene comparación. Contiene una cáscara color púrpura oscura, presenta una pulpa blanca y dulce y tiene aproximadamente el tamaño de una mandarina.
La razón por la que José Antonio Ríos se fijó en el jugo XanGo es porque su madre es diabética e investigando qué podría ser bueno para ello cayó el mangostán en sus manos. Así le hincó el diente y gracias a que movió ficha ya hay 1.200 distribuidores en España. "En el resto del mundo hay dos millones de personas vendiendo el producto en 35 países y lo mejor es que el volumen de negocio sigue creciendo", celebra. Asimismo, revelan que el pericarpio del mangostán, lo que la gente conoce como cáscara o piel, no se desperdicia. De hecho, es en el pericarpio donde el mangostán contiene sus beneficios. Por eso el jugo que ponen en el mercado incluye la fruta entera.
Como sucede con tantos productos, aunque el jugo sea el producto estrella la compañía ha incluido el fruto en cremas e incluso en jabones. Los defensores del mangostán no dudan de los múltiples beneficios para la salud que tiene pero la empresa subraya que el producto no pretende diagnosticar, tratar, curar ni prevenir ninguna enfermedad.
En mayo la empresa visitó Madrid donde presentó un estudio realizado por ellos mismos del que se deriva que el 93% de los españoles considera que debería mejorar su salud. José Antonio Ríos y Pedro Fernández inciden en que según la encuesta, el 72% consume al menos una pieza de fruta al día, mientras que sólo un 28% declara no probarla.
Ríos y Fernández defienden una teoría, si el jugo del mangostán no funcionara no habría dos millones de distribuidores en el mundo.
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