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Conceden una mención honorífica a un funcionario de la prisión de Botafuegos

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias distingue a Francisco Javier Barainca Rojo por salvar la vida a un interno

Francisco Javier Barainca Rojo, ayer, en la cárcel de Botafuegos.
R. Montes / Algeciras

13 de noviembre 2010 - 01:00

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha concedido una mención honorífica al funcionario de la prisión de Botafuegos Francisco Javier Barainca Rojo por salvar la vida a un interno. Los hechos ocurrieron el pasado 24 de septiembre, Día de la Merced, y la intervención de este encargado de departamento -de 38 años y natural de Ciudad Real- evitó que el recluso falleciera por asfixia.

Barainca -que agradeció a la dirección de Botafuegos el que le propusiera para esta distinción- explicó ayer que el percance se produjo en el comedor del módulo 6, destinado a presos con largas condenas y multireincidentes. El funcionario observó que un interno estaba tumbado, con el rostro ya de color azulado, y que algunos compañeros intentaban socorrerle. De inmediato supo que no tenía tiempo para llevarlo a la enfermería o que acudieran los sanitarios, ya que si pasaban más minutos sin llegarle oxígeno al cerebro podía sufrir daños irreversibles. Por ello, lo colocó de pie y le realizó una fuerte presión sobre el abdomen -maniobra de Heimlich- lo que permitió al reo expulsar el trozo de carne que se le había atragantado.

El interno se recuperó de inmediato y puso en conocimiento de la dirección la acción del funcionario en agradecimiento. Barainca, que lleva siete años en Botafuegos, señaló que este tipo de situaciones se da con frecuencia en las prisiones y lamentó que sólo trasciendan los incidentes. "La sociedad cree que sólo nos encargamos de la custodia. Pero tratamos con personas, muchas de ellas con problemas físicos o psíquicos, lo que requiere de una gran preparación para poder prestarles cualquier tipo de ayuda", indicó.

Barainca afirmó que la relación que mantiene con los reclusos es de normalidad y que no los ve como enemigos. Sin embargo, reconoció que ha llegado a sufrir agresiones y que la situación es cada vez más difícil debido a la saturación -actualmente hay en Botafuegos 1.700 internos y 480 funcionarios- y al aumento de presos extranjeros con diferentes culturas, lo que juega en contra de la comunicación.

Pese a ello, Barainca abogó por que cambie la imagen que se tiene de las prisiones, destacando la labor que desempeñan los trabajadores de Botafuegos para solventar todo tipo de situaciones que se da con los reclusos.

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