¡¡Algeciras con 'La Pepa'!!
El día 19 se conmemora el bicentenario de la Constitución de Cádiz en la que Vicente Terrero, diputado por Algeciras, participó activamente · El sacerdote de La Palma colaboró en la lucha contra los franceses
El próximo día 19 es la fecha exacta para la conmemoración del bicentenario de la Constitución de Cádiz de 1812. Efemérides que, con sobrados fundamentos históricos, se está celebrando -a lo largo del presente año- en Algeciras, teniendo como protagonista de los mismos al conocido en las sesiones constituyentes como: "El Cura de Algeciras" Don Vicente Terrero Monasterio. Siendo por tanto la voz de este sacerdote afincado en Algeciras, el encargado de llevar la voz de la comarca al importantísimo encuentro histórico, que comenzaría a desarrollarse, en un primer momento en la isla de León y posteriormente se trasladaría a la propia ciudad de Cádiz.
Vicente Terrero vio la luz por primera vez en la ciudad de San Roque, estando nuestro país bajo el reinado de Carlos III, el 18 de marzo de 1776. Pocos años después ingresaría en el seminario para desarrollar su gran vocación: el sacerdocio. Una vez ordenado, se hace cargo del templo mayor de Algeciras en 1793.
El sacerdote Vicente Terrero, cura párroco de la iglesia de La Palma de Algeciras, vino a sustituir al también sacerdote Bernardo Pérez, el cual estuvo a cargo de la misma desde 1777 hasta 1792; éste último a su vez, fue el sustituto del mítico presbítero que vio erigirse el templo mayor de la ciudad, Pablo José de Rossas.
Sin duda, para el joven párroco sería también una gran sorpresa encontrarse el templo al que había sido destinado, aún sin terminar, con una imagen muy diferente a la que años después, él dejaría en la estructura del citado edificio religioso. A caballo entre el siglo XVIII y el XIX, el Padre Terrero afrontaría con ayuda de las autoridades locales, la construcción -entre otras-, de la torre campanario de la iglesia de La Palma.
En 1802, el Padre Vicente Terrero sería -dada su responsabilidad como Párroco del templo Mayor de la ciudad-, una de las personalidades que darían la bienvenida al Comandante General del Campo de Gibraltar, Francisco Javier Castaños Aragorri; al decidir éste -posiblemente por motivos estratégicos-, el trasladar la comandancia, desde la vecina población de San Roque -cuna del Padre Terrero- hasta Algeciras. Difícilmente ambos personajes -en aquel momento-, podrían imaginar que serían testigos y protagonistas de unos hechos que marcarían de un modo u otro el futuro de la historia de España. Al primero le esperaba Bailén, y al segundo las Cortes de Cádiz. El general Castaños -sobre la base de sus competencias civiles-, mandó construir la Plaza Alta, siendo testigo de las obras y posterior inauguración (1805), el cura de La Palma, Vicente Terrero.
En 1808, se inicia la guerra de la Independencia contra la ocupación francesa, y el padre Terrero, al igual que otros sacerdotes de la nación, también se enfrenta a las tropas de Napoleón.
En 1811, el brigadier y diputado a cortes por la provincia de Jaén, Francisco González Peynado, publica un manifiesto en el que relata su vida militar, haciendo especial hincapié en su participación en la guerra de la Independencia. En el citado manifiesto, el brigadier autor del mismo expresa en la página 28, lo siguiente: "Y meditando las ventajas que podría atraer, a la causa general de la nación, el sublevar a los pueblos de la serranía de Ronda […], lo puso por obra[…], y me estimularon, para llevar a cabo tan heroica y bizarra empresa, y proponiendo mi plan al comandante general del campo de San Roque D. Adrian Jácome, obtuve autorización para realizarlo […], sin tener más apoyos que mi mismo deseo y la colaboración de mis amigos los patriotas […], y D. Vicente Terrero, cura párroco mayor de Algeciras". En la pagina 36, nuevamente hace referencia al que él llama cura párroco mayor de Algeciras, en los siguientes términos: "Impidiendo que se enviasen las municiones que incesantemente necesitaba […], sin embargo de las diligencias que practiqué para obtenerlas, comisionando para ello, hasta al mismo cura D. Vicente Terrero". En el apéndice número 1, de la misma obra, se recoge: "D. José del Pozo y Sucre [comandante general interino del Campo de Gibraltar, concedo seguro pasaporte al brigadier D. Francisco González, que con D. Vicente Terrero, cura párroco de esta ciudad […], y otras personas que le acompañan pasan a recorrer todos los pueblos de esta comandancia general a fin de reconocer los puntos de defensa y sostenerlos contra toda invasión de enemigos […], dado en Algeciras a 6 de febrero de 1810". Al final de la obra, expresa: "Lista individual que comprehende los jefes y oficiales y comandantes de los pueblos de la serranía, con expresión de los que me acompañaron en el principio de la sublevación y quienes contrajeron más méritos. Que subieron conmigo a la sublevación de la serranía: (En primer lugar), D. Vicente Terrero, cura de la ciudad de Algeciras".
En las vicisitudes expresadas, se encontraba el popular cura de Algeciras, cuando es llamado a participar en las elecciones para las futuras cortes. El proceso de la elección de Terrero se llevó a cabo el 24 de agosto de 1810.
El Diario Mercantil de Cádiz, en su número del martes, día 25 de septiembre de 1810, publica: "CORTES. Con arreglo a la real instrucción de enero se publica los nombres de los señores diputados electos por la provincia provisional de Cádiz […], El Sr. D. Vicente Terrero, cura de la ciudad de Algeciras". El día 24 de septiembre de 1810 Vicente Terrero, tomo posesión de su cargo de diputado en las Cortes.
En la ciudad de Cádiz, nuestro cura-diputado, se instaló en casa de un familiar de profesión médico, llamado Diego Terrero, domiciliado en la calle Mateo de Alba, número 166.
Vicente Terrero tuvo una amplia participación en las sesiones, fue miembro de varias comisiones, participó en la confección del Reglamento de las Cortes, en los Expedientes y en las Proposiciones Preferentes. Defendió la persuasión como herramienta, para la propagación y conservación de la religión, y el decreto sobre la libertad de imprenta. Expresar que el presbítero de La Palma, fue partidario de dotar a las Cortes de facultades para modificar cualquier texto constitucional. Sobre la esclavitud, se pronunció a favor de que los esclavos liberados pudieran alcanzar la ciudadanía. El periódico El Redactor General, recoge la intervención en los siguientes términos: "Lleno de un celo y amor a la humanidad, dignos de elogios, clamó el Sr. Terrero contra la exclusión que se quería hacer, para ciudadanos originarios de África".
Su participación en el proceso constitucional no pasó desapercibida para reconocidos personajes de la cultura como: Rafael Comenge, Juan Rico y Amat, Menéndez Pelayo o Benito Pérez Galdós.
El día 19 de marzo de 1812, se procedió a la proclamación de la nueva Constitución. Se elige el día de San José, por dos razones: primera, fue la fecha en la que Carlos IV abdicó en su hijo Fernando; y en segundo lugar, por ser la onomástica de José Bonaparte. A partir de ese momento el pueblo bautizará al nuevo texto constitucional con el apodo de La Pepa. En la ciudad de Algeciras, la proclamación oficial de la Constitución se celebró el día 14 de julio, con gran alegría por parte de la población en general; produciéndose la destitución del cabildo municipal, pasando éste a estar integrado por personas afectas al movimiento liberal, siendo nombrado alcalde del Ayuntamiento D. Manuel Miciano.
Una vez vuelto a sus obligaciones parroquiales en nuestra ciudad, Terrero será testigo de la vuelta a nuestro país de Fernando VII y de la represión contra los partidarios de La Pepa. En 1820, es testigo así mismo de la presencia del general Riego por las calles algecireñas. En 1821, se hace cargo de la parroquia de Nuestra Señora de La Palma el sacerdote, José Cayetano de Luque. Para entonces, todo apunta a que Vicente Terrero decide trasladarse a vivir a la ciudad de Cádiz. Quizás harto del periodo revolucionario que le tocó vivir, tal vez por enfermedad o quizás huyendo de las represalias políticas que posteriormente vendrían con la victoria del Duque de Angulema; lo cierto es que el cura diputado por el distrito de Algeciras, se trasladaría a la ciudad en la que ejerció como doceañista; y allí, cuatro años mas tarde, le sorprendería la muerte, concretamente el 18 de junio de 1825, contaba con 51 años de edad.
Esperemos que la celebración del bicentenario, bajo la denominación "Algeciras por la Constitución de 1812", sirva -entre otros objetivos-, no sólo para rescatar del olvido a tan importante figura del Campo de Gibraltar durante la primera parte del siglo XIX, sino para que definitivamente, ocupe el sitio que merece dentro de la historia contemporánea de nuestra comarca.
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