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Miguel Ángel Revilla habla en 'El Hormiguero' del estado de salud de su mujer

Miguel Ángel Revilla con Pablo Motos este miércoles

Miguel Ángel Revilla con Pablo Motos este miércoles / Atresmedia

Miguel Ángel Revilla, el invitado más recurrente de Pablo Motos a lo largo de estos años en El Hormiguero, con permiso de Dani Martín y Mario Casas, acudía este miércoles al plató del programa de Antena 3 y por primera vez lo hacía en calidad de amigo solamente. Revilla perdió las pasadas elecciones y no es el presidente de Cantabria. A sus  80 años se merece también dar un paso al lado sin más traumas. Pablo Motos siempre le va a tener en cuenta.

Y el octogenario dirigente mantiene todas sus cualidades, su incontinencia dialéctica y su trato cercano. Su actual situación le permite ver la actualidad y la vida desde una posición mucho más mullida.

En su anterior visita al espacio de Trancas y Barrancas el entonces dirigente cántabro dio una mala noticia: su mujer, Aurora Díaz, estaba siendo tratada de un cáncer de colon. Mantuvo la emoción y fue un revés que asumió con entereza.

Meses después de aquella confesión, la pareja se encuentra feliz. y Miguel Ángel Revilla anunciaba que la enfermedad parece totalmente controlada y que Aurora había superado la enfermedad. El tratamiento fue un éxito. "La última vez que vine  estaba hecho polvo porque al día siguiente operaban a mi mujer de un cáncer", recordó el político, quien reconocía que fue difícil sentarse en el plató como si nada, como en cualquiera de sus anteriores intervenciones en un lugar que considera un punto de encuentro de amigos.

Aurora se ha recuperado y la cara de alivio y satisfacción se percibe en ambos. Ella volvía a estar en el plató contemplando el programa. "Está para un concurso de belleza, espectacular", ha jaleado Miguel Ángel Revilla, ufano de que todo haya ido bien. Había mucha incertidumbre.

Ahora le corresponde a la pareja mantener hábitos saludables y tener vigilada la enfermedad. Aurora Díaz fue sometida a un tratamiento de quimioterapia que ha sido efectivo. "Fueron días duros", como relata su marido, pero la esperanza nunca se perdió. Sin tener las responsabilidades ejecutivas de la política, Revilla puede estar así más cerca y pendiente de su mujer y de su hija, Lara, que parece haber heredado la pasión política paterna.

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