Verano

Los vecinos de Tarifa, preocupados por la falta de aparcamiento y el ruido derivados del turismo

Dos turistas duermen en un banco del casco antiguo de Tarifa

Dos turistas duermen en un banco del casco antiguo de Tarifa / Jorge del Águila

Miércoles a las once de la mañana en Tarifa. El simple acto de aparcar resulta una quimera para todos los que buscan un espacio para su vehículo y disfrutar de uno de los destinos turísticos más reconocidos de España y de la zona sur de Europa. No hace falta que sea un gran día de playa, ya que miles de personas abarrotan la ciudad y complican aún más la ya de por sí difícil tarea de estacionar. Es una de las situaciones más recurrentes del verano tarifeño, entre otras incomodidades, a las que el nuevo gobierno local busca poner remedio.  

Si para un visitante o un turista que pasa unos días en este paraíso campogibraltareño aparcar es un engorro, no resulta complicado imaginar lo que implica para los vecinos ver cómo la bolsa de aparcamiento en la que estacionan en invierno sin apreturas permanece saturada durante casi tres meses. Un giro de guión para el que no todos están preparados.

Los propios tarifeños han aprendido a convivir con el turismo. Entienden que es necesario en la ciudad y no hay un gran número de quejas, aunque en algunas ocasiones sus palabras suenan más a resignación, ante la necesidad de adaptarse, especialmente entre los más veteranos. Uno de ellos, Francisco, recuerda mientras desayuna en el mercado que antes "no existía apenas turismo, solo el día de la Feria" y asegura que hay "demasiados para este pueblo, no hay sitio para tanta gente". Por su parte, José contrapone que a él no le molestan, especialmente sobre la falta de aparcamientos, ya que aunque vive lejos del centro, se desplaza andando. "No saco el coche del garaje", confiesa.

Aparcamiento abarrotado en Tarifa Aparcamiento abarrotado en Tarifa

Aparcamiento abarrotado en Tarifa / Jorge del Águila

Dando un paseo por las calles anexas al centro y por el propio casco antiguo de la ciudad se comprueba la realidad del día a día del verano en Tarifa. Aun con nubes en el cielo y una temperatura moderadamente baja para esta época del año, algunos intrépidos bañistas enfilan el camino hacia la playa de Los Lances embutidos en sus neoprenos con unas tablas para aprovechar las olas que el viento mueve.

Resulta difícil caminar sin esquivar turistas mientras se recorren las calles. La zona del mercado tiene todas las mesas llenas de personas de variopintos orígenes desayunando o, según su procedencia, empezando a pensar en el almuerzo. Aunque se respira un ambiente ciertamente tranquilo, sin demasiado ruido, casi todos los comercios situados en el perímetro interior atienden a algún cliente, en muchos casos extranjeros.

Cajetines de llaves de un piso turístico en Tarifa Cajetines de llaves de un piso turístico en Tarifa

Cajetines de llaves de un piso turístico en Tarifa / Jorge del Águila

"Vienen muchos turistas y la mayoría compran cosas típicas de la zona", comenta Manuel, dueño de una tienda de alimentación que lleva casi 30 años en el mercado y que despacha enlatados con sello tarifeño que hacen las delicias de los visitantes. "El resto del año está muy tranquilo, pero en julio y agosto se pone muy aglomerado, no se reparten en más meses", asegura. Frente a su negocio se ubica el de Isabel, que vende productos de hogar. "Llevamos más de seis años con más turismo del que puede absorber Tarifa", sostiene. Como vecina, comparte las preocupaciones por el lugar de aparcamiento y la masificación en las calles: "Hay demasiados coches y gente, no puedes ni andar ni comer en ningún sitio".

Jaime lleva casi medio siglo regentando su bar en el mercado de Tarifa, al que acuden muchos visitantes, especialmente españoles, además de población autóctona. "El pueblo es chico y se satura por la falta de aparcamiento, pero lo sobrellevamos", asevera. En las mesas frente a su local, una pareja que está pasando unos días visitando a la familia protesta también por los archiconocidos estacionamientos. "Es el principal problema que hay en la ciudad", coinciden.

También en el sector hotelero se hacen eco de esta reclamación. Jeanne Wambergue, de La Residencia Puerto Hotel & Spa, asegura, comparándolo con la demanda de desdoble de la N-340, que "el problema no es tanto una autovía sino que todo el mundo quiere ir en coche hasta el centro de Tarifa y los aparcamientos están saturados".

Turistas pasean por una calle de Tarifa Turistas pasean por una calle de Tarifa

Turistas pasean por una calle de Tarifa / Jorge del Águila

Más que coches

Aunque encontrar un aparcamiento es como buscar una aguja en un pajar, especialmente en la zona del centro de la ciudad, los vecinos del casco antiguo son los que padecen más la actividad turística. Cabe recordar que, más allá de ir a tomar el sol o darse un chapuzón en las privilegiadas playas de Tarifa, quienes pasan unos días en el municipio aprovechan la noche para salir a cenar y, especialmente los jóvenes, de fiesta. Algunos lo viven tanto que, a plena luz del día, se puede hasta ver a una pareja extranjera profundamente dormida en un banco.

Miguel, vecino jubilado que vive en pleno centro, muestra su disconformidad con el comportamiento que algunos turistas "españoles y extranjeros" tienen a altas horas de la madrugada. "Hay una discoteca en el casco antiguo que provoca ruidos hasta las 7:00, es un sinvivir desde hace muchos años y un pueblo como Tarifa no debería pasar por eso", protesta. Según relata, hay personas que hacen sus necesidades en plena calle -aunque él usa términos todavía más explícitos-, que va tocando las palmas o andando en ropa interior. Pese a todo, deja claro que, para él, el turismo no es un problema, sino que lo achaca a la falta de vigilancia.

Donde sí se nota una diferencia es en el perfil de cliente de los establecimientos más corrientes del centro de la ciudad. Por ejemplo, en el mercado, "aunque no es perfecto", Jaime muestra su conformidad con el tipo de turista que visita Tarifa. Manuel, de hecho, niega que sean problemáticos, incluso destaca que son "gente muy amable". También los establecimientos de hostelería se posicionan en esta línea. Yaiza, una joven barcelonesa que trabaja en un restaurante durante el verano, destaca la diferencia entre día y noche, cuando hay más movimiento, ya que el negocio se encuentra junto a dos discotecas. "Por la noche hay más movimiento, pero hay de todo entre los clientes".

Dos turistas comen en la terraza de un restaurante en Tarifa Dos turistas comen en la terraza de un restaurante en Tarifa

Dos turistas comen en la terraza de un restaurante en Tarifa / Jorge del Águila

Nuevos aires y retos

El nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento, formado por Partido Popular y Nuevos Aires Tarifa, asume el reto de aliviar los principales problemas que preocupan a los vecinos del municipio. Su alcalde, José Antonio Santos (PP), destaca que, en este mandato, sus prioridades son las Viviendas de Protección Oficial para paliar los desmedidos precios de los pisos, precisamente aupados por el turismo, y los aparcamientos. "Aunque somos nuevos, soy del pueblo y sé los problemas que hay para aparcar", reconoce.

Aunque llevan desde junio al frente de la ciudad, ya han comenzado a tomar decisiones como la de centralizar el tráfico de la OPE en un aparcamiento en la zona norte, junto a la entrada principal desde la N-340 y el cementerio. Allí se ubica a los vehículos que, en momentos en que el puerto está completo, llegan para embarcar rumbo a Marruecos.

"El problema es que, aunque se escolte a los grupos grandes hacia el puerto, tienen que bajar por el centro y por eso se colapsa la ciudad", comenta el regidor, que reitera la necesidad de un acceso directo a la dársena tarifeña que canalice el flujo de vehículos desde la carretera principal, aliviando la circulación de las calles céntricas.

En materia de seguridad y civismo, esta pasada semana anunciaron la intención de poner coto a las despedidas de soltero, que suelen ser grupos bastante ruidosos, así como que la Policía Local patrulle de paisano con el fin de detectar y frenar comportamientos incívicos que se produzcan en las calles de este municipio. En suma, medidas para evitar que Tarifa muera de éxito

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