EL desfile procesional de la Venerable Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora de los Dolores llenó anoche las calles del centro de Tarifa de bellas estampas cofrades y de maestría a la hora de ejecutar el avance los pasos por las enrevesadas callejuelas de la ciudad.

La procesión partió puntual, a las 20:30, desde la parroquia de San Mateo. Tras la cruz de guía y el primer grupo de nazarenos -con túnica roja y abotonadura blanca, antifaz negro y capa blanca-, que ganaron la calle un cuarto de hora antes, la imponente imagen del Cristo crucificado partió desde el templo mayor de Tarifa cargado por una veintena de personas. Minutos después, la cuadrilla de la Virgen fue recibida entre aplausos. La de anoche fue la segunda procesión de la actual junta de gobierno, después de que en 2016 la entidad no procesionara por falta de órganos de gestión.

Las dos son imágenes de gran valor escultórico, puesto que la talla del Cristo, representado clavado en la cruz, es de autor anónimo y data hacia 1682. La imagen se vincula con el entorno del taller de los Roldanes y, en particular, al escultor sevillano Felipe Martínez. Desde su restauración, en 2000, luce en todo su esplendor. La Virgen, por su parte, fue esculpida en 1907, igualmente de autoría anónima.

El cortejo avanzó hacia el itinerario habitual de las cofradías que parten desde San Mateo, tomando las calles Privilegios, la plaza Hermanos Costaleros y la calle Guzmán el Bueno como primeros metros de la estación de penitencia que recorrió las principales calles tarifeñas hasta volver a la iglesia al filo de la medianoche.