Algeciras se reencontró anoche con el Nazareno y su madre la Amargura tras la decepción, en forma de lluvia y suspensión, del año pasado. Había muchas ganas de volver a ver a Jesús cargando con su cruz y cientos de personas se dieron cita en la Plaza Alta a las nueve de la noche para contemplar la salida de los pasos.

La noche de Jueves Santo, como manda la tradición, se tornó morada con los hermanos y su Nazareno. Jesús abandonó la iglesia de La Palma a las nueve y cuarto. Una operación cuidadosa y delicada. Como es sabido, las dos partes superiores de la cruz y la corona son desmontadas para la salida y, aun así, los costaleros deben bajar para no tocar con el dintel de la entrada del templo. Un aplauso, ya fuera, cuando fueron repuestos los elementos.

La agrupación musical La Expiración vino desde Salamanca para acompañar a Jesús. La emoción embargó a la Plaza Alta cuando el Nazareno se apresuró decidido en su paso hacia la carrera oficial. Ahí tenía Algeciras a su venerada imagen.

Una media hora después salió María Santísima de la Amargura, siguiendo a su hijo con lágrimas derramadas por el rostro. El paso de palio franqueó el pórtico de La Palma con la habilidad que da la experiencia.

La primera levantá estuvo dedicada a la banda sinfónica algecireña Amando Herrero, que hizo el recorrido con la Amargura.

Bonita, como es habitual, fue la singladura del Nazareno y de su madre por el parque María Cristina. Los pasos tenían previsto mantenerse en la calle hasta algo más de la una de la madrugada.