El pantalán de Moeve, una instalación clave para la transición energética
Las instalaciones portuarias del parque energético canalizan más de 24 millones de toneladas de productos y 1.600 escalas cada año
"El incidente de hace 40 años provocó cambios en toda la industria. El pantalán de hoy solo conserva el nombre", explica Rosendo Rivero, director del parque energético de San Roque
El recinto posee reforzadas medidas de seguridad anti incendios y operacionales
El Valle Andaluz del Hidrógeno Verde de Moeve evitará la emisión de 6 millones de toneladas de CO2 al año en España
Más de 24 millones de toneladas de productos entran y salen cada año por el pantalán del parque energético de Moeve en San Roque. La transición energética y la evolución de la industria han hecho que, además del petróleo, trasieguen por las instalaciones portuarias de la factoría químicos con los que se producen fibras textiles, disolventes o material médico; las fuentes de biomasa que se agregan a los combustibles para hacerlos más sostenibles o la parafina que protege a muchos alimentos antes de llegar a los hogares.
Los muelles, los atraques y el entramado de tuberías y conducciones que parten desde el pantalán, formando una suerte de cordón umbilical para el parque energético de la antigua Cepsa, distan mucho de ser las instalaciones que hace ahora 40 años sufrieron el accidente más grave en la historia reciente del Campo de Gibraltar. El 26 de mayo de 1985, la explosión durante labores de descarga de productos petrolíferos de los buques Petragen One y Camponavia provocó más de 30 muertos y 70 heridos. Toda una sacudida para la comarca y un hecho que llevó a repensar el diseño de las instalaciones industriales -que ya de por sí tenían unos elevados estándares de seguridad-, los protocolos de carga y descarga de productos inflamables e incluso el diseño naval.
"El incidente que ocurrió en 1985 es algo que siempre sentimos en nuestro fuero interno. Lamentamos aquel episodio y aquella situación. Indudablemente, aquello fue algo que no solo hizo reaccionar a Moeve (entonces Cepsa) como organización y al sector marítimo. También provocó cambios en toda la industria en general. En 40 años, del pantalán lo único que se conserva es el nombre. Los importantes adelantos, tanto en la parte terrestre como en la marítima, han supuesto una gran mejora en la seguridad de las operaciones. Y también hay una reseñable evolución en los medios de lucha contra la contaminación marítima y de lucha contra los incendios", explica Rosendo Rivero, director del parque energético de Moeve en vísperas del fatídico aniversario.
Seguridad y comunicación
Las instalaciones portuarias de Moeve en San Roque están formadas por siete atraques para la carga y descarga de productos (1.467 metros de pantalán) y una octava terminal que se dedica de forma exclusiva a la actividad de las gabarras que suministran combustibles en el área del Estrecho. El sistema se completa con una monoboya flotante anclada a 60 metros de profundidad en la que pueden amarrar petroleros de hasta 350.000 toneladas de peso muerto con una capacidad de descarga de hasta 12.000 metros cúbicos a la hora. Cada año, la instalación atiende unas 1.600 escalas de buques de todo tipo gracias a sus condiciones de abrigo, versatilidad y flexibilidad. "Podemos atender esloras de hasta 200 metros y calados del orden de 10 metros en una distancia relativamente corta a la línea de costa. La cruz del pantalán está a unos 130 metros de la línea de costa y aún así se pueden atender estos grandes buques", explica Rivero. La plantilla dedicada al pantalán está formada por unas 80 personas con trabajo a turnos para las operaciones de amarre, acoplamiento de los brazos y mangueras de carga y supervisión.
El pantalán de 2025 posee unas condiciones técnicas y de seguridad que en 1985 eran poco menos que ciencia ficción. Sí hay algo en común. Entonces, como ahora, todo el personal de Moeve atesora formación en materia de extinción de incendios, además de la brigada propia de la instalación. "Todos somos bomberos" es una expresión que la plantilla de la firma energética lleva a gala desde su llegada a la comarca, hace casi 60 años.
"Nosotros tenemos una brigada propia. Pero además hemos ido implementando mejoras tecnológicas como el UEX, un cañón que es capaz de lanzar agua a razón de cuatro millones y medio de litros de agua por minuto. Nuestro sistema interno de tuberías de defensa contra incendios está mucho mejor dotado y además, en la actualidad, estamos en condiciones de aspirar agua de mar. Incluso en el peor de los escenarios en el que se perdiera el suministro eléctrico, podríamos seguir teniendo capacidad de impulsión de agua del mar", expone el director de la planta sanroqueña.
También han cambiado las comunicaciones, del VHF de la radio a terminales blindados (ATEX) para minimizar el riesgo de explosiones. Todo el personal lleva en el hombro un explosímetro que avisa de los riesgos potenciales. E igualmente han cambiado mucho las conducciones en cuatro décadas. Un complejo sistema de válvulas es capaz de aislar en segundos posibles focos en las tuberías de cualquier punto de las instalaciones. No en vano, el pantalán recibe de 5 a 10 millones de euros anuales en inversiones para mejoras, gran parte de ellos para seguridad y medio ambiente, además de las revisiones periódicas en las que se aplica el sistema LOTO (Lock Out, Tag Out), un sistema que permite preparar y bloquear las unidades para su mantenimiento y aislarlas del resto de la factoría para trabajar con mayor seguridad.
En los atraques, las mangueras poseen el sistema break away que desconecta automáticamente el flujo en caso de incidencia. "Es otra de las piezas que en estos 40 años han cambiado la morfología del pantalán. Básicamente es una pieza parecida a una válvula que se coloca en el extremo de la tubería que ya conecta con la manguera de cargamento. Si se diera una situación anómala y el barco tuviera que zarpar a toda prisa, la manguera se desconectaría y ese dispositivo haría las veces de un fusible; se cierra por sí solo y no habría posibilidad de derrame de productos al mar", apostilla Rivero.
Al menos una vez al año, Moeve desarrolla un simulacro en coordinación con la Capitanía Marítima de Algeciras y la Autoridad Portuaria, al margen de los ensayos internos por parte de la compañía. Y si se produjera algún tipo de derrame, las barreras anticontaminación tienen capacidad para desplegarse desde un buque en menos de medio minuto.
Frente al pantalán, Moeve construye estas semanas una segunda unidad de recuperación de vapores. "Nuestra intención es ir por delante de la normativa, que exige una, y tener una segunda unidad en paralelo", subraya el director de la planta.
Además, Moeve resalta los canales de comunicación abiertos con la población del entorno, tanto a través del departamento de comunicación externa y relaciones institucionales de Fundación Moeve como desde la dirección de la planta industrial. "Unos cauces que favorecen la transparencia y el acercamiento a la sociedad. Tenemos establecido un comité de vecinos donde tenemos la oportunidad de explicar el devenir de la instalación e incluso cuando se produce alguna vicisitud, que estén avisados y formen parte de la solución", resume Rivero.
Biocombustibles en el presente y un futuro con hidrógeno
Las instalaciones portuarias de Moeve serán una pieza destacada en la transición energética. En la actualidad, por las tuberías del pantalán entran los residuos vegetales con los que se fabrican los biocombustibles que se mezclan en porcentajes variables con las gasolinas y gasóleos que ya se venden en las gasolineras. "Actualmente estamos rondando el 7% de material bio incorporado en nuestras líneas de producción, y subiendo", subraya Rivero.
La estrategia de cambio hacia fuentes energéticas sostenibles de la empresa busca cubrir una serie de hitos con el objetivo de la neutralidad en la huella de carbono para el año 2050. Así, el hidrógeno será el protagonista indiscutible de la actividad e inversiones de Moeve en el futuro más inmediato y el pantalán cobrará aún mayor importancia en la actividad de la compañía.
Moeve construirá la mayor planta de amoniaco verde de Europa en su parque energético de San Roque con una inversión que ascenderá a 1.000 millones de euros a los que se deben sumar otros 1.000 millones para la producción de hidrógeno verde. En total, San Roque copará 2.000 millones del plan de inversiones para el despliegue del hidrógeno verde y sus derivados tanto en el Campo de Gibraltar como en la planta de Huelva, dotado en total con 3.000 millones en Andalucía hasta el año 2030.
El pantalán será el punto de partida del primer corredor de hidrógeno verde entre el sur y el norte de Europa, entre la Bahía de Algeciras y el puerto holandés de Róterdam, que permitirá establecer una cadena de suministro entre dos de los principales puertos del continente. Moeve ya suscribió en 2023 los dos primeros acuerdos comerciales firmes para la exportación de parte del hidrógeno verde que se producirá a partir de 2027 en San Roque, a través de vectores energéticos como el amoniaco o el metanol, fácilmente transportables en buques, hasta Róterdam, en el camino de la compañía de pasar del petróleo a la energía del futuro.
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