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Inmortales

In memoriam | Marián Díaz López

Marián Díaz López deja un legado de entrega y visión que convirtió a la EOI de San Roque en un referente educativo

Marián Díaz López. / E.S.
Víctor Benavides

San Roque, 04 de septiembre 2025 - 17:42

La Escuela Oficial de Idiomas de San Roque llora la pérdida de su directora, Marián Díaz López, fallecida en la madrugada del miércoles, 3 de septiembre, tras una larga lucha contra el cáncer. Referente indiscutible en el ámbito educativo, trabajó incansablemente incluso durante su tratamiento, manteniéndose siempre al frente de los proyectos que consolidaron a la EOI como un centro pionero en España y en Europa.

Su entrega, capacidad de unión y visión innovadora dejan una huella imborrable en profesorado, alumnado y personal de la Escuela. Compartimos a continuación el obituario escrito por Víctor Benavides, exalumno y expresidente de la Asociación de Alumnos de la Escuela Oficial de Idiomas de San Roque, en memoria de su directora.

Inmortales

Y fue así, como en la quietud de sus últimos días, nos recordó la historia de los tres canteros. "Y tú, ¿qué haces?" —le preguntó al primero— "Yo, picando piedra como un condenado" —respondió. "¿Y tú?" —dirigiéndose al segundo— "Yo perfilo la roca dándole belleza y robustez" —contestó sin apartar la mirada de su obra—-. "¿Y tú, qué estás haciendo?" —interpeló con curiosidad al tercero que silbaba mientras trabajaba—. Se detuvo un instante el cantero, levantó la cabeza y mirando hacia el horizonte con entusiasmo, como si viera algo allí, contestó: "¿Yo?, construyendo la Catedral de Burgos".

Marián Díaz López, siempre se identificó con el tercer cantero: Una visionaria que construyó catedrales de conocimiento y puentes hacia Europa desde la Escuela Oficial de Idiomas de San Roque. Durante más de 15 años al frente de su dirección, transformó no solo una institución, sino la vida de cuantos la rodeaban. Bajo su liderazgo, la escuela se consolidó como un faro de innovación pedagógica y un referente en proyectos europeos, siendo la primera en Andalucía en recibir el reconocimiento a la calidad Erasmus+ en 2019. Su mirada siempre estaba puesta en el horizonte, en construir algo perdurable.

Era una mujer de una organización meticulosa y una trabajadora incansable, pero por encima de todo, una educadora que creía en las personas. Como directora, siempre estaba dispuesta a dar segundas oportunidades, incluso cuando eso suponía recorrer caminos más largos y tortuosos. Para ella, el equipo humano era el alma de toda organización, y su grandeza radicaba en extraer lo mejor de cada individuo, tejiendo una comunidad unida en torno a la excelencia.

Como docente, inspiró a los alumnos a crear una Asociación de Alumnos, una de las más productivas e influyentes de España que atraía a alumnos de toda la provincia. Los empoderó en la educación no formal, cuando apenas era un pensamiento en los rincones de Erasmus+. “Solo se aprende rápido lo que se enseña con emoción” nos decía. Cada logro profesional era, en el fondo, un acto de fe en el potencial de los demás.

Su legado no son solo los galardones o los programas implantados, sino las incontables vidas que tocó con su generosidad y sabiduría. Sus hijos pueden sentirse profundamente orgullosos de una madre que, entre piedras aparentes, supo esculpir un porvenir lleno de luz y oportunidades para su comunidad. Como ella bien enseñó, la verdadera excelencia no reside en lo que se construye, sino en quienes se elevan al hacerlo.

Inmortales son aquellas personas, como Marián, que comparten un trocito de su alma y lo siembran con amor en nuestros corazones. Ahí permanece su legado, como una luz que ilumina nuestro camino; mortal, puesto que es llama, pero infinita mientras dure.

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