El cáncer es, según las cifras recabadas por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) para 2023, la segunda causa principal de muerte entre la población española, siendo la principal causa de mortalidad para la población masculina con 67.884 muertes en 2021 y la segunda, para el género femenino con 45.818 muertes registradas en el mismo año, según los datos de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los casos de cáncer han aumentado en las últimas décadas y si bien intervienen muchos factores, uno de los principales es la densidad de la población. Ha habido un aumento de enfermos porque también ha aumentado la población, seguido del propio envejecimiento poblacional y la constante exposición a factores de riesgos como el humo del tabaco o la contaminación. 

Es difícil prevenir el cáncer porque hay muchas circunstancias que se escapan del control de las personas. Sin embargo, hay maneras de prevenir o, por lo menos, contribuir a retardar su aparición y están incluidas en los hábitos de vida más cotidianos. Veamos cuáles son: 

Dieta Equilibrada

Una dieta rica en frutas y verduras ayuda a la prevención del cáncer ya que muchos de estos alimentos contienen antioxidantes que favorecen la neutralización de los radicales libres que desarrollan las células cancerígenas. La dieta tiene que ser variada e incluir también alimentos ricos en grasas saludables como el aceite de oliva y los pescados grasos. Por contra, las grasas de los ultraprocesados ayudan a la aparición de cáncer.

Mantener un peso saludable

El exceso de grasa fomenta el aumento del peso corporal el cual es un factor de riesgo para varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama, de colon y de riñón. La alimentación equilibrada contribuye a mantener el peso adecuado para la anatomía física de la persona.

Actividad física

El ejercicio físico te ayuda a mantener un peso saludable, fortaleciendo el sistema inmunológico y reduciendo la inflamación. No hace falta que sea una actividad intensa, ni que trabajes mucho en el gimnasio. Es suficiente con hacerlo moderadamente como, por ejemplo, con caminatas, natación o paseos en bicicleta.

Evita el tabaco y alcohol

Son los principales detractores de la salud. De hecho, el tabaco es responsable de hasta un 33% de cánceres a nivel mundial y de hasta el 22% de las muertes por esta enfermedad. Así que tener estos hábitos tan nocivos potencia el riesgo de enfermar de cáncer como el de pulmón, boca, garganta, esófago y vejiga.

El alcohol también hace su función nociva. Según la SEOM, se calcula que en 2020 en España, el alcohol fue responsable de unos 4.500 casos de cáncer de colon, unos 2.100 casos de cáncer de mama y alrededor de 1.500 casos de hepatocarcinoma y tumores de la cavidad oral, entre otros. 

Protégete del sol

El sol es bueno tomarlo en su justa medida, a horas en las que los rayos son más suaves y es beneficioso para la salud ya que aporta vitamina D, muy necesaria, entre otras cosas, para el fortalecimiento de los huesos. Una exposición excesiva al sol y sin protección aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel.

Es aconsejable tomar el sol bajo una protección solar adecuada, como mínimo del factor 50, usar ropa suave, holgada, que no oprima y protegerse la cabeza con sombreros o gorras en el caso de que no puedas evitar exponerte al sol en los picos más altos de radiación ultravioleta. Hay que hacer lo propio con los menores.

Realiza pruebas de control regular

Estar pendientes y hacerse revisiones regulares también ayuda a una posible detección precoz de los tumores.

Reducir el estrés

El estrés crónico está estrechamente relacionado con el cáncer ya que cuando vives en un estado de estrés constante, el sistema inmunológico se debilita y el cuerpo se inflama, por lo que se abre la puerta de entrada al cáncer.

Es recomendable hacer técnicas de relajación como la meditación la cual puedes practicar de muchas maneras y con la que ayudas a reducir los impactos negativos que puedan llegar a tu cuerpo de manera agresiva. Un sistema inmunológico saludable ayuda a detectar y destruir células anormales antes de que se conviertan en tumores.

Ante cualquier cambio, acude al doctor

Todas las precauciones son pocas con respecto a una enfermedad con tantos frentes abiertos como es el cáncer. Es una patología que nadie puede definir su gravedad hasta que se empiezan a hacer pruebas y a analizar los valores tumorales. En muchos casos, incluso, hace falta la intervención quirúrgica de la que salen sorpresas, generalmente, poco agradables; bien por el panorama de la propia operación, bien por los resultados del análisis posterior a la extracción del tumor.