Una preocupante falta de respeto

La reyerta en Barbate que acabó con tres guardias civiles heridos revela una llamativa falta de respeto por el cuerpo

Gran parte del éxito de la Guardia Civil se debe al respeto que suscita entre los ciudadanos. La gran mayoría de los españoles –excepto delincuentes o radicales– saben y aceptan que un agente de servicio es mucho más que una simple persona y que representa la autoridad, el orden y la ley. Faltarle al respeto a un guardia es hacerlo a la idea misma del Estado, de ahí que no se debe permitir bajo ningún concepto.

El pasado viernes, una reyerta entre dos familias en el cuartel de la Guardia Civil de Barbate provocó que tres agentes sufriesen lesiones leves, además de daños en la infraestructura. Como publicamos hoy en este periódico, una de las familias se llegó a permitir entrar en el cuartel a patadas y en actitud desafiante para agredir al clan enemigo. Es evidente que estamos ante un asunto menor, sobre todo si se tienen en cuenta los últimos sucesos registrados en esta localidad gaditana. Pero sí podemos decir que el enfrentamiento revela de forma muy gráfica que, en Barbate, se le ha perdido el respeto a la Guardia Civil, tanto que hasta unos delincuentes de poca monta se permiten entrar en uno de sus cuarteles de forma violenta.

Es urgente que, además de las actuaciones policiales contra el narco, el Ministerio del Interior y la Guardia Civil tomen las medias pertinentes para que se restaure el respeto perdido. Por supuesto, esto pasa por una Guardia Civil dotada de los medios y el personal necesario para hacer prevalecer el imperio de la ley y la autoridad del Estado. Pero también pasa por un trabajo pedagógico entre los más jóvenes que les explique que la Guardia Civil es un cuerpo que trabaja para su seguridad y bienestar. Que sus verdaderos enemigos no son otros que los delincuentes que agreden a los agentes.

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