El camello en la tienda

Que la lucha contra el narco es un éxito en la comarca es tan cierto como que presenta matices inquietantes

En la tarde del martes 6 de febrero de 2018, un grupo de encapuchados entró en el hospital de La Línea y se llevó a la fuerza a Samuel Crespo, un conocido narcotraficante que había sufrido un accidente de moto tras saltarse un control policial. La escena parecía sacada del guion de una serie de Netflix sobre la lucha contra el imperio de la droga en algún lejano país, pero no, era real y ocurría en el Campo de Gibraltar. Alguien había cruzado un límite.

Seis meses después de aquello, el Ministerio del Interior puso en marcha el mal llamado Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar, que hasta la fecha ha supuesto una inversión en refuerzos humanos y materiales de más de 40 millones de euros. Desde julio de 2018 y hasta diciembre de 2022, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han realizado un total de 14.010 operaciones, 11.679 centradas en los grupos dedicados al narcotráfico y el contrabando y otras 2.331 dirigidas contra las tramas de blanqueo de capitales y otros delitos anexos al tráfico ilegal de sustancias estupefacientes.

El episodio del hospital reveló que las organizaciones criminales que habían perdido hasta la vergüenza de serlo se habían introducido en el alma de una comarca que agachaba la cabeza sin explicarse cómo había llegado a ese punto. Y ahora, golpe a golpe, el narco ha vuelto a su cueva. Dicen que se ha desplazado a otros territorios con menos vigilancia para continuar con sus trapicheos. El que no, le ha visto las orejas al lobo. El caso es que, gracias a las actuaciones de la Policía Nacional, la Guardia Civil y Aduanas, hoy por hoy, el asalto al hospital vuelve a parecer algo impensable.

Desde 2018, el número total de detenidos o investigados por esos delitos de narcotráfico o contrabando son 13.411, y el volumen de droga incautada asciende a 1.359.112 kilogramos: 1.211.241 de hachís, 60.543 de cocaína y 89.775 kilogramos de marihuana y otras sustancias ilegales. Esa son las cifras que tranquilizan a la inmensa mayoría de los ciudadanos de la comarca cuando las oyen un par de veces al año por boca del político de turno. Lo que no tranquiliza es que en noviembre del año pasado, la sede algecireña de la Audiencia Provincial tuvo que absolver a 15 de los 16 acusados del clan de los Castañas por falta de pruebas. Y que el segundo macrojuicio contra este mismo grupo comenzó este mes con la retirada de 20 acusaciones. Es decir, que algo no marcha del todo bien. Cita Don Winslow en El poder del perro un viejo proverbio árabe que dice que cuando el camello mete la nariz dentro de la tienda, el camello está dentro de la tienda. Por si les sirve para sacar conclusiones.

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