Gibraltar. Jugando a soldaditos

Llevamos más de dos años de negociaciones en la búsqueda de un encaje jurídico adecuado de Gibraltar con la UE

Me ha llamado mucho la atención una foto publicada en este diario en el que figura una curiosa fila de una veintena de diputados británicos con uniformes militares de camuflaje que se embarcaron en dos buques de la Royal Navy en aguas de Gibraltar hacia el sur de Punta Europa en lo que los medios de comunicación han informado como “operaciones de soberanía”.

Dentro de mi ignorancia del funcionamiento del sistema parlamentario británico me sorprende que ningún asesor les haya informado que los uniformes de camuflaje no les camuflan en el medio marítimo y que no parecen una prenda adecuada para los representantes de la soberanía popular británica en una visita a un territorio de ultra mar en un momento complejo de su historia reciente y con controversias jurídicas y políticas complejas con el país europeo vecino. Si de lo que se trata es de mostrar fuerza militar y hacer público un alarde de compromiso castrense en la defensa del territorio de ultramar, el momento y el lugar está totalmente equivocado.

Es cierto que existen unas importantes controversias en relación con las aguas que rodean Gibraltar, pero estos diputados deberían conocer que ambos Estados, incluso después de la salida del RU de la UE son aliados y comparten intereses y valores comunes y a pesar de varios incidentes una actuación de carácter militar como operación de soberanía (si es este el mensaje que querían transmitir) debe ser sencillamente impensable. La controversia sobre las aguas es fundamentalmente una controversia de carácter jurídico y entre aliados es a través de los cauces jurídicos donde debe tratarse y discutirse. Las partes deben ser capaces de encontrar métodos consensuados de solución de controversias, preferentemente a través de la negociación diplomática o bien, acudir a instancias arbitrales o tribunales internacionales llegado el caso, si son capaces de ponerse de acuerdo. El tratamiento de las disputas jurídicas entre aliados debería hacerse con toga de abogado no con un uniforme militar. Y lo paradójico es que RU tiene argumentos sólidos y bases legales consistentes de acuerdo con el derecho internacional del mar en relación con las disputas sobre las aguas en torno a la Roca.

Por otra parte, el momento no puede ser más desafortunado. Es bien conocido que llevamos más de dos años de negociaciones en la búsqueda de un encaje jurídico adecuado de Gibraltar con la UE después del Brexit y que no se logra cerrar el acuerdo en un momento de fuertes incertidumbres creadas por las elecciones generales previstas en España y que pueden motivar un cambio de Gobierno. Es difícil comprender como en este contexto diputados británicos se paseen con uniformes militares en aguas en controversia. Mal momento para jugar a los soldaditos.

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