Fleur, la hija de Hassan

Su Majestad Británica consiente que no se permita que judíos ni moros habiten en Gibraltar

Maya Siminovich, una periodista española que desde hace años trabaja en Israel, entrevistó un día en Tel Aviv a la vicealcaldesa de Jerusalén, Fleur Hassan. Maya es una reportera de vanguardia y la entrevistada, pues eso: una política de ámbito municipal; eso sí, de una ciudad cuyo nombre resulta familiar a pesar de tener algo más de un siglo de vida, pero absorbió a Jaffa, la vieja ciudad judía cuya antigüedad se remonta a miles de años antes de nuestra era. Nada especial, salvo la singularidad en los nombres y el exotismo de esos lugares tan bellos como peligrosos, donde la convivencia parece condenada al ostracismo. Lo estamos viendo estos días en los que algún descerebrado señor de la guerra, ha ordenado el toque de arrebato sembrando la tragedia entre propios y extraños.

Tiene que ver lo ocurrido con la rememoración de una esfera armilar de hace casi exactamente tres años. Pequeña flor se publicó el día 8 de octubre de 2020, cuando sufríamos las consecuencias de la terrible pandemia que azotó nuestras vidas. Maya entrevistaba a Flor y la vicealcaldesa decía literalmente: “España era colonialista con Gibraltar, Israel no lo es con Palestina”. Nuestra Flor es hija del recordado Sir Joshua Abraham Hassan, el viejo escultor del nacionalismo gibraltareño al que en casa llamaban Salvador, no tanto por tenerlo por tal, sino más bien porque es lo que significa su nombre. Flor es hermana de Marlene, la otra hija del segundo matrimonio de Joshua. Se ve que a Sir Salvador le gustaban los nombres franceses, bien que dado que en el inglés son muy raras e innecesarias las tildes, decidieron quitar la de Marlène. Dedicada a la política local, la joven yanita no ha tenido hasta ahora mucho éxito.

Estos días, Flor está saliendo mucho en los medios, dejando al personal con la boca abierta al escuchar su acento andaluz de bajo registro, con el que se expresa tan divinamente. Flor, como Marlene, nacidas y criadas en Gibraltar, son las hijas que Sir Salvador tuvo con su segunda esposa, Marcelle, marroquí, nacida en Larache, de confesión y familia judía. Marcelle y Salvador, ambos judíos de origen marroquí, habrían hecho las delicias de los redactores del Tratado de Utrecht, según el cual, como ya escribí en su día: “su Majestad Británica, a instancia del Rey Católico consiente y conviene en que no se permita por motivo alguno que judíos ni moros habiten ni tengan domicilio en la dicha ciudad de Gibraltar”.

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