Como sucede en tantas otras ocasiones en la vida, un asunto es lo que nos gusta, lo que nos apetece, incluso lo que nos hace soñar, y otra lo que nos conviene, lo más razonable, por lo que sea. Y así funciona también el Festival de Eurovisión. Una estridencia o un verso suelto puede ser acogido (al cabo de los meses, con todo lo que se fragua en la previa) con sorpresa agradable, con rechazo o, peor siempre, con indiferencia. Es lo que sucedió con el público europeo el pasado año con el Eaea de Blanca Paloma.

Y es el problema que afronta María Peláe para ser elegida este año en el Benidorm Fest. Las bulerías de Remitente son rotundas, unas raíces flamencas más académicas (y conseguidas) que la canción enviada el pasado año y una letra con mensaje bien calado de nuestras madres y abuelas como víctimas de un sistema, con sombras de la Guerra Civil y del hambre. Remitente es poderosa y compleja, el mejor tema flamenco enviado nunca al festival. Una buena razón para intentarlo de nuevo aunque surja el pensamiento fácil, y casi lógico, de que en Europa no terminan de valorar nuestro folclore. Y a su vez esta sería una buena justificación para intentarlo de nuevo. Es lo que le mueve a la malagueña Mariquilla.

Para la pulsión musical de los eurofans el tema más idóneo es el Here to stay de Sofía Coll, un ídolo en la audiencia catalana. Va creciendo su primera posición por lo pegadizo de su pop urbano y una letra donde se funden inglés, español y catalán, lo que es ya sólo anécdota en 2024, aunque cierta inercia política le puede empujar.

Aún queda mucho contar y cantar. Con las puestas en escena en Benidorm todo puede cambiar (ojo, entonces, a Jorge González, a Miss Cafeina). Almácor y sus Brillos Platino es el representante de la música que oyen los más nuevos y después está el tema que más se oye, el himno Zorra, entre Rigoberta y Vicco, entre las tetas y Nochetera. Sería una buena elección.

Y después, en el debate de lo que nos gusta y lo que nos conviene, el bolerazo Dos extraños.