La Asociación Andaluza de Supervivientes por Suicidio de un Ser Querido (Ubuntu) celebra este sábado un encuentro formativo-participativo con motivo del Día del Superviviente, que marca el tercer sábado de cada mes de noviembre. Una cita que celebra su tercera edición y que coincide con el nacimiento de la asociación -de ámbito autonómico, pero surgida en Cádiz-, hace ya tres años. 

La prioridad de la reunión es la formación de las personas asociadas, indica su presidenta, Susi de León. La jornada se organiza con la colaboración del Ayuntamiento de Cádiz, que cede el espacio ECCO, aunque este año no ha habido ayuda por parte de las administraciones y todo ha tenido que ponerse en marcha, indica la portavoz, "con mucho esfuerzo". 

El hecho de tener una oportunidad de encontrarse con asociados y personas que estén pasando por un proceso de duelo similar tiene también -añade Susi de León- un importante papel terapéutico: "Lo que te ayuda a superar este tipo de pérdidas tan traumáticas es hablar con otros a los que les ha pasado lo mismo -explica-. La gente se queda fuera del mundo, no te lo esperas: pero también para quienes te rodean es algo difícil, no saben como reaccionar, se bloquean y luego, lo mismo pasa el tiempo y se acercan y te lo dicen, que les superaba, cuando el tratamiento tiene que ser como si fuera por una muerte más. Todavía queda mucho estigma social y, al final, quien sufre la pérdida por suicidio de un familiar o un amigo cercano se siente muy sola. A mí me hubiera encantado que todo esto hubiera existido cuando en 2010 perdí a mi marido, porque te sientes más cómodo y pierdes la tensión que puedes tener frente a cualquier otra persona". 

Bajo el gran paraguas de las necesidades de las personas supervivientes, la cita acogerá distintas intervenciones y talleres y pondrá el foco en el papel que juegan los medios de comunicación "en el tratamiento de este difícil tema".  Así, se contará con la presencia de los periodistas Guillermo Córdoba y Yaiza Perera, premiados por su contribución al buen tratamiento del suicidio en medios. También intervendrá en la cita Daniel López, presidente de Papageno; así como otros profesionales miembros de esa asociación, como Francisco Rodríguez y Nuria Moncayo, facilitadores ambos de nuestros Grupos de Ayuda Mutua. 

Por cuestiones deontológicas, el tratamiento del suicidio se reducía hasta hace poco a "la nada" en los medios mientras que, en los últimos años, afectados y especialistas han ido transmitiendo la idea de que es necesario hablar del suicidio como pandemia, porque mientras no se visualice, parecerá que no existe: entre los 15 y los 19 años, según datos del Observatorio del Suicidio en España, el suicidio es la principal causa absoluta de muerte. 

"Ocurre que, en algunos casos, se pasa de un extremo a otro -comenta Susi de León-, y hay que tener mucho cuidado de no caer en el sensacionalismo, en lo morboso, en dar demasiados detalles... Primero, decir que es una realidad que existe; segundo, transmitir un mensaje de esperanza, de soluciones, de grupos de ayuda para todos los que hayan experimentado esto con un ser querido". 

Ese es precisamente su caso, ya que así fue como perdió no sólo a su marido, sino también su hermano, "cosa que digo para que se vea de dónde vengo. Lo que procuramos con todo esto, en fin, es que las cosas se vayan aclarando y concienciar en la responsabilidad a los profesionales". 

"Queremos que la gente sea más consciente cuando se informa o pide una entrevista -continúa De León- Creemos que es importante, también, subrayar el viaje personal de los supervivientes, transmitir esperanza y fuerza. Al menos, siempre intento que vayan por ahí las cosas". 

Conforme empieza a calar el mensaje de visibilidad de la lacra social y de cómo tratar correctamente a nivel informativo los casos de suicidio, se abre otro frente por la hemorragia de las redes sociales, "donde queda muchísimo más trabajar". 

Junto con las charlas, esta III edición también verá el montaje de la muestra Que tu nombre no se borre, una exposición con "vocación itinerante" que recuerda a los fallecidos a través de la técnica del bordado, en piezas de 40x40 con la foto del protagonista. Un símil perfecto "con la cicatrización: además, el bordado es una actividad muy terapéutica y, a medida que han ido elaborando las piezas, los participantes han ido conectado de nuevo con su ser querido".