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Peligro en las cárceles gaditanas: Drones que llevan droga hasta las ventanas de las celdas y narcóticos de efectos devastadores

El narcotráfico se reinventa en prisión con sustancias indetectables que llegan impregnadas en cartas

La pericia de los pilotos de drones lleva los envíos hasta las propias ventanas de las celdas

CSIF alerta de la entrada de una droga muy adictiva en Puerto III

Un dron incautado en un centro penitenciario andaluz de los que se utilizan para meter droga. / D.C.
Pedro M. Espinosa

Cádiz, 26 de diciembre 2025 - 06:01

Es noche cerrada en la Bahía de Cádiz. Las luces brillantes del segundo puente dibujan la silueta de un árbol de Navidad inmenso. Cerca, en El Puerto de Santa María, un puntito rojo va tomando altura en la oscuridad. El ruido de sus pequeñas hélices apenas si rompe el silencio nocturno. Se acerca hasta una ventana enrejada de la prisión de Puerto III y hace una nueva entrega de droga. Servicio a domicilio.

Las nuevas tecnologías están convirtiendo en misión imposible evitar la entrada de nuevas drogas en las cárceles españolas. Sustancias cada vez más adictivas y peligrosas. Incluso indetectables. Llegan por drones o impregnadas en papel. Un funcionario de Puerto III comentaba esta misma semana a este medio lo complicado que está resultando poner coto a estas nuevas prácticas. “El asunto de los drones se está disparatando. Ya no se conforman con llevar la droga al patio, es que directamente van hacia las celdas con pequeñas ventanas hasta donde son dirigidos con precisión quirúrgica”, dice.

Comenta que desde algunos sindicatos incluso se ha valorado la posibilidad de solicitar a Instituciones Penitenciarias que dote a las prisiones españolas de telas metálicas que cubran sus cielos para evitar que sean sobrevoladas por estos artefactos, “aunque nos han dicho que el desembolso sería tremendo y que, además, se pondría en riesgo la vida de aves que chocarían contra estas barreras invisibles”.

Pero las amenazas no sólo llegan del cielo. La pasada semana el sindicato CSIF, mayoritario en las prisiones gaditanas, puso el foco sobre una nueva droga, conocida como del papelito, que está circulando por las prisiones españolas y que ha sido declarada como altamente peligrosa. “Hay internos que lo han probado todo, absolutamente todo, y que cuando se meten esto reconocen que es lo más brutal que han experimentado en sus vidas”, dice otro funcionario.

Esta droga llega a los presos impregnada en folios, lo que la hace prácticamente indetectable. Asegura este funcionario que “puede costar en torno a los 1.000 euros el pliego y que se rompe en muchos pedacitos que son vendidos, según el tamaño, a 8, 9, 10 o 12 euros. Se fuma enrollada junto a un cigarrillo y sus efectos son inmediatos, pudiendo causar incluso la muerte”. De hecho, ya hay constancia de un par de fallecimientos en cárceles gaditanas por sus efectos.

Según CSIF existen unos pocos reactivos para la comprobación de las sustancias que pueden impregnar estos papelitos, pero que la mayoría son indeterminadas. En algunos casos se reconoce que llevan restos de ketamina, y no se descarta el fentanilo o derivados de éste.

Otro de los problemas con el que se topan cuando se produce una sobredosis es que apenas saben qué remedio utilizar. “Cuando existen indicios de que estamos ante una sobredosis de heroína se administra naloxona, un fármaco que puede salvar vidas al bloquear rápidamente los efectos de los opioides. Sin embargo, en este caso, al ser drogas sintéticas, no hace efecto y el interno puede morir en cuestión de minutos”.

Desde CSIF alertaron igualmente de que esta nueva droga se está traduciendo en incidentes graves entre internos o contra funcionarios. Las agresiones han aumentado debido al control sobre este asunto, derivando en peleas y agresiones directas. El pasado lunes 15 de diciembre, varios funcionarios resultaron contusionados de diversa consideración tras el forcejeo y agresión de un interno que se oponía a un registro motivado por la ingesta de estas sustancias.

Desde la Central Sindical reclaman a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias mayor dotación de medios materiales para la incautación de esta nueva droga, así como la inclusión de pistolas táser que evitarían en gran medida incidentes con compañeros lesionados. Y mientras, la población reclusa sigue creciendo.

El peligro de la masificación carcelaria en Cádiz

Las prisiones de Puerto III y Botafuegos (Algeciras) llevan años soportando una sobrepoblación crónica que agrava cualquier problema de seguridad y convivencia. Módulos saturados, plantillas insuficientes y recursos desbordados convierten cada incidente en un riesgo mayor para internos y funcionarios. En este contexto, la entrada de nuevas drogas y el aumento de episodios violentos encuentran un terreno propicio para su proliferación. Lejos de ser un problema puntual, la masificación penitenciaria en la provincia evidencia una gestión que llega tarde, improvisa soluciones y deja a los centros al límite de su capacidad.

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