Puntuales y resueltas. Así se presentaron en el escenario de Concert Music Festival este pasado viernes Nancys Rubias, que en poco menos de una hora calentaron el ambiente de una noche que se prometía fiestera de cabo a rave en el poblado de Sancti Petri.

La formación, liderada por un carismático Mario Vaquerizo a tope de transparencias, tiró de fantasía kitsch en la puesta en escena y melodías pop-rock vertiginosas en lo melódico, presentando nuevo disco, Orquesta Nancy, y temas de sobra conocidos. Hablemos de amor y Tu novio está loco –sendas versiones que no aparecen en el álbum pero sí en gira– Pedro –la primera invocación a la Carrà de la velada–, Rey del glam, Causa y efecto, Mi vida rosa, Me duele el corazón y Llámame cumplieron la cuota de este trabajo más reciente. Por su parte, Alfabeto Nancy, Yo sí bailo, Peluquitas – “ahora lo que nos gusta, el universo peluquería”, expresaba Vaquerizo sobre uno de sus clásicos–, Me encanta (I love it) y Se acabó mostraron retazos de la trayectoria del grupo, que en 2024 cumplirá 20 años en activo. “Ha sido un placer volver a casa. Gracias por hablar el mismo idioma”, se despedían Vaquerizo y su troupe de entretenedoras de Cádiz hasta la próxima.

Las Nancys Rubias sobre el escenario

Hedonismo sacramental

Alaska, durante la actuación de Fangoria en Chiclana la noche de este pasado viernes.

Como en un continuo trance parecía moverse Alaska sobre el escenario principal de Concert Music Festival, engullida en un túnel del tiempo refulgente de purpurina que dio brillo a un repertorio que no necesita ningún tipo de presentación. Pero, por si las moscas, la hizo: “Buenas noches, somos Fangoria y es la tercera vez que estamos en este festival, que es una maravilla”, introducía el show Olvido Gara, junto a su inseparable Nacho Canut (teclados), Rafa Spunky y Jesús Horror (guitarras) y un cuerpo de baile formado por Peiteado Twins (Lois y Adam) y Andrés y Audrey que le hubiera hecho temblar las canillas a Eva Nasarre a base de acrobacias, voguing y actitud.

La propuesta de Fangoria consistió en diversión bebida a morro, en carpe diem inyectado en vena y, por momentos, en una sesión de club infinita, un deliciosa rave de neón y confesiones nocturnas que hizo disfrutar de lo lindo al público congregado en Sancti Petri, porque para eso venían y esa es su función: otorgarle al hedonismo, a través de una de sus múltiples manifestaciones como es la música, pátina de sacramento.

Mario Vaquerizo y Alaska, juntos en Sancti Petri.

Alaska, en plena actuación.

Y como en una liturgia pagana, Fangoria se entregaron a su oficio con enorme pasión, con una Alaska muy intérprete, camaleónica, coreografiando el aire gaditano, con varios cambios de vestuario durante el espectáculo y no dejando hueco entre temazo y temazo para el respiro colectivo. Sonaron Fiesta en el infierno, Iluminados, Electricistas, Momentismo absoluto, Espectacular, ¿Qué sería de mí sin ti?, Mi burbuja vital, Un poco todo, Un boomerang, Miro la vida pasar, Geometría polisentimental y los bises de Héroes y No sé qué me das.

El público pidió al unísono la interpretación de '¿A quién le importa?', uno de los himnos del pop español

Canciones por doquier e himnos insustituibles. Fangoria no quiso irse de Cádiz sin regalar ¿Cómo pudiste hacerme esto a mí?, Bailando, Retorciendo palabras, Dramas y comedias y Ni tú ni nadie. Pero al público hay que dárselo todo sin atajos. “¿A quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga?”, coreaban. Sin ambages, Fangoria se dejó querer y entregó también el mítico tema.

“Gracias por estar aquí y ser tan totales”, anunciaba el adiós Alaska al público gaditano invocando de nuevo -la segunda y última ocasión en el espectáculo- a Raffaella junto a las Nancys Rubias con Rumore, apagando por todo lo alto la última chispa del éxtasis común.