Pilar Cernuda
La mayor corrupción jamás conocida
El patrullero de altura Vigía ha abandonado esta mañana de martes su amarre en la Estación Naval de Puntales con una misión clara: vigilar durante dos meses las aguas más estratégicas del sur peninsular. Bajo el paraguas del Mando de Operaciones, el buque recorrerá el golfo de Cádiz, el estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán en una operación que refuerza la presencia naval española en zonas de alta sensibilidad geopolítica.
La misión del Vigía no es un simple paseo marítimo. Su dotación, junto al Equipo Operativo de Seguridad embarcado, llevará a cabo Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD) coordinadas desde el Mando Operativo Marítimo (MOM) en Cartagena. El objetivo: garantizar la libertad de navegación y anticiparse a cualquier amenaza en aguas que España considera vitales para su seguridad nacional.
El patrullero centrará su actividad en un amplio arco que abarca desde el golfo de Cádiz hasta Málaga, pasando por Ceuta, Melilla y los enclaves españoles en el norte de África. Los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera, las islas Chafarinas, la isla de Alborán y la estratégica bahía de Algeciras figuran entre los puntos calientes de esta patrulla.
Durante estas operaciones de vigilancia marítima (MSO), el Vigía incrementará el conocimiento situacional del entorno mientras contribuye a mantener el orden en aguas de soberanía e interés nacional. Una labor que, aunque discreta, resulta esencial en un contexto de creciente complejidad en el Mediterráneo occidental.
El patrullero forma parte de la Fuerza de Acción Marítima (FAM), el componente de la Flota especializado en proteger y controlar los espacios marítimos españoles. Desde un enfoque integral, la FAM mantiene una cooperación constante con otros organismos de la administración, materializando lo que se conoce como Acción del Estado en la Mar: la coordinación de todos los recursos públicos para garantizar la seguridad marítima.
Quien dirige estas operaciones desde tierra es el vicealmirante Vicente Cuquerella Gamboa, Almirante de Acción Marítima (Almart) y responsable del MOM. Desde Cartagena, su equipo planifica y supervisa estas OPVD permanentes, diseñadas para detectar amenazas antes de que se materialicen y facilitar respuestas rápidas ante crisis.
Las Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión no son exclusivas de la Armada. En ellas participan los cinco Mandos Operativos permanentes de las Fuerzas Armadas: Terrestre, Marítimo, Aéreo, Espacial y Ciberespacial. Una estructura conjunta que refleja la naturaleza multidimensional de las amenazas actuales.
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