La familia de un marinero tarifeño pide la declaración de su muerte tras 24 años
Desde 1984 se considera como "desaparecido" y sus allegados quieren que se corrija el error
El buque congelador Montrove con base en puerto gallego partió un 19 de julio de 1984 totalmente pertrechado desde el puerto de Las Palmas de Gran Canarias en dirección al banco de pesca sahariano. Otro buque gallego el Borneira lo tuvo avistado durante tres días de navegación. 27 días más tarde de su salida, el patrón de la embarcación denunciaba su desaparición. Nada se supo ya ni del barco ni de sus 16 tripulantes, uno de ellos, tarifeño. Cuando pasan 24 años de aquel fatídico día, el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Algeciras y a instancias de la familia del tarifeño ha solicitado la declaración de fallecimiento del marinero. Un trámite con el que la familia quiere dar por zanjado tan espinoso asunto.
Enrique Pérez Varela tenía tan sólo 23 años y se encontraba enrolado en el Montrove un barco frigorífico con base en el pequeño pueblo costero de Bueu en Pontevedra. 16 hombres, la mayoría gallegos, junto a dos marroquíes -porque así lo demandaba el convenio pesquero firmado entonces con Marruecos- y el tarifeño. Su hermano mayor estaba enrolado en el mismo barco, pero meses antes abandonó la pesca porque encontró trabajo en tierra.
Su hermano José asegura que reclamar su condición de fallecido es un derecho que le corresponde a la familia y que su condición de "desaparecido" ha provocado a lo largo de los últimos años numerosas trabas burocráticas para la gestión de la familia. Pero además, es un final de una historia ocurrida hace casi un cuarto de siglo.
José recuerda el incidente con tristeza y rabia pues cree que las autoridades políticas no hicieron lo necesario para aclarar el asunto. Él viajó hasta Bueu intentando buscar alguna pista que le devolviese a su hermano. "Algunos de los familiares estuvieron tres días en el Ministerio de Marina, esperando alguna noticia o aclaración y nadie nos decía nada. El Gobierno se portó muy mal con las familias y no hizo realmente nada para aclarar ese drama", dice José que cuestiona las informaciones de aquellos días señalaban distintas actuaciones como la participación en la búsqueda del pesquero de 300 barcos y aviones de la Fuerza Aérea. O las líneas de investigación que abrió el gobierno. "No me creo la hipótesis de un acto de pirateo. Estoy convencido de que un gran barco los echó al fondo y nada más se supo", asegura José que niega que se cobraran indemnizaciones millonarias como entonces se publicó en prensa. "Lo único que mi padre cobró por mi hermano fueron unas cuatrocientas mil pesetas de entonces y nada de millones como se dijo", dice.
Ahora, la familia del marinero tarifeño confía en que cuanto antes la Justicia reconozca a su hermano como fallecido sin necesidad de rebuscar en causas o explicaciones que ya no tienen importancia para su familia. La historia del Montrove puede ser causa de la piratería. Una piratería alejada de hazañas épicas y aventureras y realmente más salvaje y triste. La historia del Montrove, es la historia de una desaparición de trabajadores donde hay detrás varias familias destrozadas por la incertidumbre y con una esperanza casi ahogada, la de que un día el hijo, hermano, sobrino, primo o cuñado, llame a las puertas del hogar que siempre y a pesar de la certeza, mantendrán abiertas para ellos.
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