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El Campo de Gibraltar no guarda el paraguas todavía

"La fase B es el complemento ideal para que TTI Algeciras sea rentable"

Hanjin Shipping busca acuerdos con los que operan en la terminal semiautomática para dar estabilidad al proyecto y pensar en el futuro. Luque vuelve a la ciudad con el objetivo de consolidar la empresa

Alonso Luque, frente a una maqueta de una grúa STS de TTI Algeciras.
Araceli Muñoz / Algeciras

26 de febrero 2012 - 01:00

La Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras concedió el jueves a Hanjin Shipping una nueva prórroga de dos meses para optar a la ampliación de Total Terminal International (TTI) Algeciras en la fase B de Isla Verde Exterior. Alonso Luque, un conocido del puerto, regresa procedente de Sudamérica para afrontar la que pretende ser una fase de consolidación del proyecto de la surcoreana en el Estrecho de Gibraltar.

-¿Qué supone para su carrera TTI?

-Es un salto cualitativo importantísimo porque yo he estado trabajando toda la vida en terminales multipurpose, tradicionales. TTI es semiautomatizada. Aunque hay partes que todavía siguen siendo tradicionales, el hecho de ser semiautomatizada le da un plus a la operación y hay que tratarla de una manera diferente. Estoy empezando a familiarizarme con este modelo, a tratar de desgranar donde tenemos los puntos débiles y fuertes para a partir de ahí implementar los planes que yo considere importantes junto con mi equipo para poder lanzarlo.

-¿Cómo ha encontrado el puerto de Algeciras a su vuelta?

-Aparte de construcciones por todos lados, la verdad es que ha sido una suerte porque en 2011 aparentemente la cosa no iba demasiado bien, a mediados empezó a repuntar y ahora los volúmenes son bastante interesantes. La Autoridad Portuaria ha hecho un trabajo comercial buenísimo, y sigue haciéndolo. Ahora nos queda intentar focalizarnos en la fase A de este proyecto, tratar de rentabilizarlo, porque hasta el momento la rentabilidad es prácticamente nula. Lo hemos entendido como una inversión, pero a partir de ahora hay que intentar sacarle provecho para poder pensar en otras inversiones futuras.

-¿Cómo va la empresa?

-TTI el año pasado movió 650.000 teus. Este año pensamos que podríamos llegar a mover alrededor de 1.200.000 teus, casi el doble. De momento, estamos un 7% o así por debajo de las expectativas que teníamos. Pero bueno, nos estamos manteniendo. Estamos haciendo una campaña comercial agresiva porque no podemos hacerlo de otra manera con la competencia que tenemos ahí en Tánger, que son nuestros competidores reales. Estamos acercándonos mucho a los clientes, intentando conocer sus necesidades, ver dónde tienen sus puntos débiles en la cadena logística para ofrecerles una solución y vamos a continuar en ese camino. No hay otro. El equipo comercial acaba de volver del Lejano Oriente, ha hecho una ronda de visitas, y ya estamos preparando otra ronda por Europa porque no pueden parar. Esto es es un negocio que está en movimiento continuo las 24 horas. Tienes que estar muy cerca de los clientes y más en estos momentos en que están sufriendo una crisis galopante. Si los puertos no se acercan a los clientes a ofrecerles proyectos que sean viables para ellos no van venir, simplemente.

-¿Difieren mucho las cifras que planeaba la empresa a las actuales?

-Nuestra capacidad está cerca del millón de contenedores, aquí en la fase A. De momento, no es posible. Entre otras cosas porque algunos clientes no están aceptando nuestras condiciones y son las mismas que necesitamos para ir moviendo el proyecto. Tenemos que ser conscientes de que Tánger-Med está en frente y que va a ser una competencia abismal, sobre todo cuando Tánger-Med 2 se ponga en funcionamiento. Tenemos que estar enfocados a que nuestro competidor natural es Tánger y ahí tenemos que ir abocados.

-¿Se ha notado la vuelta a Tánger de los servicios desviados hacia aquí durante su conflicto laboral?

-De momento, no. Algunos clientes que vinieron con mucho volumen se han ido pero han sido sustituidos por otros, quizá no con el mismo volumen, pero bueno, en mayor número de clientes. Estamos muy ilusionados con el futuro e ilusionados con llevar adelante el proyecto.

-¿Qué nota le daría a la productividad de TTI Algeciras?

-Quiero ser agresivo en ese tema. Estamos en un siete, seis y medio, siete. Nuestra productividad actual está en 26,5 contenedores por hora, pero deberíamos ser capaces de llegar por encima de 30. Es verdad que tenemos que ajustar algunas funciones de nuestro modelo actual de gestión de la terminal y eso nos va a permitir ir dando saltitos en la productividad.

-¿Qué porcentaje de su tráfico es de import/export?

-Llegó a ser hasta del 14%, ahora estamos rondando el 10%. Queremos darle mucha importancia a ese tipo de tráfico, ser un apoyo para la Autoridad Portuaria en cuanto a la atracción de tráfico de importación y exportación. De hecho, cualquier oportunidad que nos enteremos en el mercado ahí vamos para tratar de convencerlos de que vengan a Algeciras, que sigue siendo atractivo desde el punto de vista geográfico. Pero lógicamente le tienes que dar al cliente facilidades de precios, en cuanto al PIF, aduanas y demás para que la gestión se haga lo más rápida posible, de manera que un contenedor que salga de importación para Madrid esté allí en tres, cuatro días, como mucho. Actualmente Valencia tiene ese beneficio, que lo está sabiendo explotar. Nosotros tenemos que tratar también nuestro hinterland, que no sea solo Andalucía, que sea un poquito más arriba.

-¿Usted apuesta por el Corredor Central o por el Mediterráneo?

-Central 100%, para mí, Central. Se lo he dicho a todo el que me ha querido escuchar. Para mí el Corredor Mediterráneo es para turismo más que para la mercancía en sí. La mercancía tiene que ir por el Central porque el centro de consumo está en Madrid y de ahí para el sur de Europa, que es mucho más fácil. Ir por el Mediterráneo significa pasar por toda Andalucía, toda la zona de Levante, luego Barcelona y para arriba. Con el Central, desde aquí, lógicamente, los trenes tendrían mucha capacidad para llegar a Madrid llenos y salir para el norte llenos. Al volver podrían llegar cargados. Creo que es la mejor opción que hay. El Corredor Mediterráneo podría llegar a ser interesante, siempre y cuando tenga carga para poder ir distribuyéndola en los distintos puertos. Sobre todo desde el punto de vista del operador ferroviario, el que tiene que explotar esas vías.

-¿En qué ejes se va a basar la nueva etapa de TTI Algeciras?

-Yo no diría tanto una nueva era como una etapa de consolidación del proyecto y mirar al futuro. Nosotros tenemos una opción en la fase B, pero primero tenemos que poner en orden nuestra casa con la fase A. Eso lo intentamos llevar a cabo a través de un plan que estamos estudiando y del diálogo con todos los interlocutores para asegurar la viabilidad de esta parte del proyecto y luego dar el salto a la fase B. Nosotros queremos y apostamos por continuar en Algeciras, continuar en este proyecto, expandirlo, pero necesitamos la ayuda de los interlocutores que colaboran con nosotros todos los días.

-¿Qué hace falta para decir que sí?

-Debemos seguir trabajando en las iniciativas que tenemos encima de la mesa para llegar al punto donde realmente estemos convencidos de que vamos a la fase B, que tenemos la financiación y el volumen para poder llenarla. Lo más importante de todo este proyecto es que tengamos unas expectativas de volumen que nos permitan rentabilizar las inversiones que vamos a hacer.

-¿Qué se espera de cada uno de los interlocutores?

-Pues hay de todo. La Autoridad Portuaria está colaborando muchísimo y nosotros también con ellos en todo el aspecto comercial, gestión con la Administración, con los clientes. Luego la parte social: paz laboral, adecuación de costes y hablar absolutamente de todo. Tenemos un modelo novedoso y eso significa que necesitamos poner encima de la mesa nuestras necesidades para el futuro. Y si concuerdan con la idea de los representantes sociales, de Marapie, pues perfecto, vamos adelante. Necesitamos tener ese acuerdo laboral si queremos ir adelante con la fase B. Si no, la fase B no tiene viabilidad, simplemente.

-¿Se habla de la composición de las manos?

-Por ejemplo. Hay muchos otros puntos que hay que discutir, porque el volumen que esperamos para este año junto con el que APMT estima que va a mover probablemente nos haga reorganizar la mano de obra que tenemos en Marapie. Eso formará parte también de las discusiones. Hay que hablar de todas las posibilidades, de qué modelo de estiba queremos para el futuro. Tenemos que ser abiertos de mente para llegar a un punto en común. Nosotros no queremos nada malo para los trabajadores, lo único que queremos es que el modelo funcione para traer más trabajo a Algeciras, más contenedores y más jornales de trabajo. Simplemente, no buscamos otra cosa. Todos los pasos que damos son a favor del proyecto pero también a favor de los trabajadores.

-¿Se plantea también que los trabajadores eventuales sean fijos?

-Esa es una de las posibilidades. Los eventuales llevan más de cinco años en la posición en la que están y probablemente sea el momento para dar ese paso. Siempre y cuando forme parte de un acuerdo global con los estibadores. Necesitamos darle estabilidad al modelo, a las relaciones laborales, a las necesidades de mano de obra y para eso necesitamos a los trabajadores, lógicamente. Y las conversaciones van encaminadas a esos objetivos.

-Según el proyecto inicial de TTI Algeciras, ¿cuánto debería moverse?

-Para entrar en rentabilidad hay varios factores. Sólo se conseguirá si somos capaces de bajar los costes o si le cobras a tus clientes un poco más. Los clientes no van a pagar más. Por lo tanto, la única medida que tenemos es bajar los costes. Los clientes están en una situación económica crítica muchos de ellos. Lógicamente, no podemos apretar al cliente porque darían el salto al otro lado del Estrecho y eso es lo que menos queremos en este momento. Estamos pagando una cuota de margen de precios que estamos cubriendo con nuestros fondos porque si subimos el precio, perdemos el cliente. Nos tenemos que ver abocados a rebajar el coste operativo que tenemos porque una terminal de este tipo necesita una inversión muy fuerte. En capital difícilmente vamos a poder rebajarlo, nos queda el coste operativo y ahí es donde tenemos que focalizarnos.

-Llegó usted en medio de una amenaza de huelga, ¿cómo se solventó la situación?

-No puedo hablar del pasado porque no estaba aquí. Yo tomé el tema en cuanto estuve y estuvimos conversando, intentando llegar a acuerdos. Firmamos lo que pudimos asumir y nos hemos comprometido a abrir dos mesas de negociación. Una ahora que va a empezar en marzo para hablar de organización del trabajo, y otra en septiembre para un posible convenio colectivo para el futuro. A mí me gustaría que ese convenio colectivo estuviera sujeto a los resultados de la compañía. Yo soy un partidario absoluto de las relaciones laborales y de mantener unas relaciones correctas, educadas y aceptables con la parte social. De eso no me escondo. Me gusta que en la otra parte de la mesa haya alguien con capacidad de representación del colectivo y que pueda acordar con nosotros algo que podamos asumir ambas partes. Es más, creo que he dado muestras durante todos los años que llevo negociando con los sindicatos que a veces no me han hecho falta papeles para asumir compromisos y cumplirlos. Creo que el colectivo de TTI ha entendido el mensaje. Lógicamente ellos tienen sus objetivos y tienen sus ideales a conseguir. Nosotros tenemos necesidades. Conforme esas necesidades estén más o menos cubiertas, nuestro margen de maniobra será mayor o menor.

-¿Qué haría falta para quedarse con la ampliación?

-Yo lo tengo muy claro. Es el momento de quedarse con la ampliación si hay un acuerdo con la estiba adecuado, razonable. Punto dos, que la Autoridad Portuaria nos ayude en algunos aspectos de la inversión. Punto tres, salir a buscar clientes como locos, que ya lo estamos haciendo, y ofrecer a los clientes paz laboral absoluta para que puedan venir con total tranquilidad. Si somos capaces de darle esos tres puntos, la empresa va a ir adelante sí o sí con el proyecto.

-¿Cómo quedaría TTI sin la fase B?

-Quedaría cojo, es el complemento ideal para que el proyecto sea rentable. Si un proyecto es rentable para la empresa también lo es para los entes y los grupos que están trabajando con nosotros, para todo el mundo aquí en el Campo de Gibraltar.

-¿Cómo lleva su coreano?

-Muy mal, muy mal. Espero que con el inglés me entiendan, que sea suficiente por el momento. Los coreanos tienen una cultura empresarial que no difiere mucho de la europea. Miran mucho por los valores, por la competencia en buena lid, por el medio ambiente y por ofrecer al cliente un producto que cubra sus necesidades. Lo que quieren es ser proveedores de servicios de buena calidad y a un precio adecuado. Esa es nuestra política, la política de Hanjin.

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