Fanta de naranja rumbo a Arabia Saudí

Las estadísticas de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) arrojan datos muy curiosos sobre los productos concretos que desde Algeciras parten vía marítima hacia todo el mundo, que se alejan de los fríos datos de toneladas de mercancías y miles de contenedores. Por ejemplo, desde el 1 de enero hasta el 31 de octubre se enviaron a Arabia Saudí, entre otros productos, un total de 65 partidas de de tubos de patatas Pringles de cebolla y otras 70 de latas de 33 centilitros de Fanta de Naranja.

El tráfico de import/export ha crecido en el puerto de manera muy considerable tras la puesta en marcha de Total Terminal International Algeciras, que sirve de puerta de entrada al continente a mercancías procedentes 43 países más Europa, y de salida al mundo de productos que han ido este año a 15 países diferentes más Ceuta y Melilla. Según los últimos datos facilitados por la Autoridad Portuaria, el tráfico de importación creció hasta octubre un 17,3%, mientras que el de exportación, un 5,7%. Cifras muy buenas que están moviendo cada vez más contenedores por carretera y ferrocarril hasta su destino desde hace un mes, pero ¿qué llevan dentro esos recipientes?

La AEAT es el organismo oficial encargado de controlar qué llevan los containers precintados que cada día llegan a Algeciras, hacia dónde van y desde dónde llegan. Si se habla de importación, las mayores partidas que han llegado al sur de la península durante el periodo señalado han sido pescado y cables procedentes de Marruecos, y asientos procedentes de China. Estos dos países son los principales importadores con puerta de entrada en Algeciras, si bien es llamativo conocer que desde Argentina se traen ajos frescos y langostinos; de Bangladesh, camisetas y pantalones de algodón; de Cabo Verde, caballa y melva en conserva y desde Camerún, bananas.

Las estadísticas del tráfico comercial con China desde la comarca son tan variadas como un bazar de los que proliferan en la zona. Sus partidas se reparten entre plásticos, neumáticos, bolsos, maletas, hilos, telas, mantas, toallas, paraguas, alambres, agujas de coser, linternas, tijeras, candados, peines, cojines o luces para árboles de Navidad. Esto y más, hasta sumar 6.262 partidas en diez meses. Desde Algeciras se manda a oriente aguardiente y desperdicios de metal.

Marruecos suele enviar tanto productos frescos -entre los que está todo tipo de pescado, caracoles, marisco, frutas y verduras- como ropa, pieles curtidas, calzado sin terminar, grifería o partes de automóvil. La balanza comercial se nivela con la exportación que le ha llegado desde Algeciras desde enero, con colmenas de abejorros, uvas y aguacates, colonias, maquillaje, embalajes, tejidos, ropa, calzado, electrodomésticos, coches o plumas estilográficas.

Entre los importadores que mueven sus mercancías por Algeciras, Mauritania suele traer pescado; México ha importado aguacates y chatarra de acero inoxidable; Mozambique, langostinos congelados; Pakistán, ropa de cama y Panamá, melones y sandías. Los muebles y el café llegan de Vietnam y Uruguay trae naranjas.

En el otro lado está la exportación que usa el Estrecho para llegar a todo el mundo, dado que Algeciras está en el paso obligado de las grandes rutas marítimas de comercio internacional. Lejos de las grandes rutas, a apenas 16 kilómetros, los vecinos de enfrente, Ceuta y Melilla, son las principales receptoras de mercancías desde el puerto.

Hasta allí se transportan sobre todo, alimentos y bienes de consumo como carnes, pescados, lácteos y huevos, verduras frescas, congeladas, legumbres, frutas, aceite de oliva, conservas, productos de panadería y pastelería, medicamentos, ropa, muebles, material informático y juguetes, entre 12 páginas de estadísticas de partidas. Ellos, por el contrario, sólo mandan a la península sus residuos para ser destruidos en la comarca. Cabe tener en cuenta los productos que viajan a Ceuta y Melilla pueden utilizar el tráfico ro-ro.

Contenedores y más contenedores que, en seco o refrigerado, al conocer lo que contienen, se puede uno imaginar que algún barco que partió desde los muelles de Isla Verde pudo surtir de aperitivos y refrescos los ratos de ocio en Arabia Saudí. Desde el Campo de Gibraltar al resto del mundo.

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