Crosscomar asiste la sustición de un robot en el buque 'Larissa' en Algeciras

El muelle Este de Isla Verde Exterior acogió esta semana la sustitución de uno de los robots del buque multiusos en alta mar Larissa. Una operación para la que contó con la asistencia de Crosscomar, compañía que apuesta por el desarrollo de trabajos para la industria off shore en el puerto Bahía de Algeciras. El barco, dedicado a la investigación y capacitado para prospecciones en aguas profundas, recaló en el puerto consignado por Wilhemsen Ship Services.

El director de ventas de Crosscomar, Adán Márquez, explicó que la asistencia de su compañía sirvió para la sustitución de uno de los dos Remote Operable Vehicles (ROV) con los que cuenta el barco, uno a babor y otro a estribor, y para la renovación de los spooling machines para que el robot pueda trabajar a mayor profundidad. Así, pasa de 2.000 a 3.000 metros, y será capaz de operar con utensilios de más peso.

Márquez y el director técnico de Crosscomar, José Manuel Núñez, atendieron ayer a este diario junto al muelle, donde la actividad seguía siendo incesante para prestar servicio al Larissa. Contaron que robots de este tipo se utilizan para prospecciones submarinas dedicadas a la industria petrolífera, para inspeccionar plataformas, examinar grietas y espesores de tuberías, entre otras múltiples tareas. Prácticamente toda la maquinaria necesaria en esta operación llegó procedente de Noruega, que también es la bandera del barco.

El Larissa tiene una eslora de 98,6 metros y una manga de 19 y desde Crosscomar contaron que cuenta con todos los avances tecnológicos de última generación, que le hacen destacar como uno de las piezas punteras de la industria off shore. Es capaz de acomodar hasta 78 personas a bordo, entre tripulación y personal técnico, cuenta con una grúa de 150 toneladas y dos hangares para alojar sus dos ROV más todos los equipos necesarios para hacerlos trabajar de forma autónoma desde la cubierta. Mientras se realizaba este reportaje, el buque se separó del muelle silenciosamente, se dio la vuelta sobre sí mismo, y volvió a atracar, sin necesidad de remolcadores, gracias a un sistema de propulsión creado para que sea capaz de mantener la posición hasta con fuerte marejada.

Márquez destacó la importancia de la llegada de este tipo de proyectos al puerto, ya que supone trabajo para el consignatario, provisionistas, suministros e incluso para el comercio y los servicios de la ciudad. El director comercial de Crosscomar agradeció la cooperación mostrada por las autoridades portuarias, así como por la Capitanía Marítima y Wilhemsen Ship Services.