Una mano para salir del bache

Pasó el temporal, pero sus efectos tardarán en quedar superados. Los vecinos de La Línea tratan poco a poco de recuperar la normalidad tras las inundaciones del primer fin de semana de diciembre en el que los más de 200 litros por metro cuadrado de lluvia acumulados en apenas 24 horas se llevaron consigo objetos personales, muebles y enseres. También dejaron un reguero de desperfectos en las instalaciones eléctricas y saneamiento de las viviendas anegadas, especialmente en las zonas de La Atunara, El Zabal y Santa Margarita.

"Prácticamente ninguna zona se salvó de sufrir los efectos. No recordábamos unas lluvias así en años", reconoce Bartolomé Heredia, técnico municipal del Ayuntamiento de La Línea que interrumpió sus vacaciones para ponerse al frente de la Oficina de Información de Ayudas por Catástrofes Naturales, habilitada por el municipio el 7 de diciembre para canalizar la entrega de las solicitudes para pedir las subvenciones del Gobierno para paliar los daños. Los dos primeros días atendieron a más de 200 personas, la mayoría aún con los nervios a flor de piel. En dos semanas han sido más de 350 solicitantes a título particular, una decena de comunidades de propietarios y cuatro comercios.

En el edificio que alberga la concejalía de Hacienda de La Línea siguen entrando vecinos preguntando por la oficina de ayudas, aunque dos semanas después del temporal el ritmo frenético de las primeras 48 horas se ha transformado en un constante ir y venir de personas. "Los dos primeros días atendimos un torrente de vecinos. Apenas nos dio tiempo a ponernos en marcha cuando ya teníamos la sala llena. Optamos por dar una primera información y repartir las primeras solicitudes anotando sólo de qué barriada venían para elaborar un primer mapa de los daños, dado que hay un mes para comunicar los daños. Ahora, en estas semanas, los vecinos están volviendo para aclarar las dudas y comenzar con la tramitación", resalta Heredia.

En total, cuatro técnicos municipales coordinados por la concejal de Participación Ciudadana, Ceferina Peño, se encargan de la atención y explican a los perjudicados la importancia de cumplimentar correctamente la solicitud, puesto que los datos serán cruzados con las compañías aseguradoras.

Los destrozos provocados por las precipitaciones se han dejado notar en prácticamente todos los rincones del término municipal. Desde la calle Gibraltar a Los Junquillos o las ya reseñadas zonas del extrarradio. "Colchones, muebles y sofás han quedado inservibles por todos los lados. Las cubas para recoger los muebles dañados han tenido que ser repuestas a diario en sitios como Santa Margarita, donde la riada hizo saltar las instalaciones eléctricas, lo que impidió que las bombas evacuaran el agua de los patios y garajes", explica Heredia conforme a los testimonios de vecinos que han ido a desahogarse a su mesa.

La concejal resalta que, a pesar de la existencia de estas ayudas del Gobierno, buena parte de los costes reales de los daños podrán quedarse sin cubrir. "La ayuda máxima por enseres es de 2.850 euros. Con que se haya anegado una cocina ese coste queda más que superado comprando muebles y electrodomésticos modestos", destaca la edil, quien asegura haber comprobado el nivel de ventas de muebles de segunda mano en varios negocios que se dedican a esta actividad en La Línea. "Efectivamente, todos aseguran que estos días han vendido más. Y es que la gente tiene que volver a hacer sus vidas. No existe una respuesta inmediata por parte de la administración para afrontar una catástrofe como ésta aportando, por ejemplo, colchones u hornillas para cocinar. Hay gente que lo ha perdido todo y que tampoco tiene ahorros para afrontar unas compras con las que nadie contaba", destaca la edil.

El Ayuntamiento ha encargado un informe a la secretaría e intervención para analizar si se podrán aplicar exenciones al pago de las tasas por licencia de obra para los perjudicados. "Sería nuestra aportación para los vecinos, aunque dependerá del escaso margen de maniobra que permite el Plan de Ajuste al que está sometido el municipio por su difícil situación económica", apostilla Peño.

El departamento municipal espera que tras la primera llegada masiva de vecinos en los primeros días, la situación se estabilice mientras recopilan toda la información requerida en los expedientes. Heredia estima que a partir del día 27, conforme se acerquen los últimos días del plazo para la entrega de la documentación -30 días naturales, que concluyen el próximo 5 de enero- la relativa tranquilidad de estos días dé paso de nuevo a un trabajo constante. "El próximo 5 de enero esperamos cerrar esta oficina y no tener que abrirla jamás", concluye Peño.