La Enciclopedia de La Línea recoge en el tomo III las biografías de 329 personajes linenses o muy vinculados a la ciudad. Están representados casi todos los estamentos y profesionales. Contiene historias de literatos, pintores, docentes, sacerdotes, médicos, cantaores, cantantes, bailaores, compositores, músicos y toreros, además de psicológicos, locutores, deportistas y actores.

Juan Valenzuela García, sacerdote

Nació en La Línea el día de la festividad de la Virgen María, el 12 de septiembre de 1939. Acude al parvulario del Colegio Providencia del Sagrado Corazón, llamado popularmente Escuela de las Monjas. De ahí pasó al colegio que existía en la Plaza de la Iglesia y luego a la escuela de don Andrés Parra, maestro particular que tenía su clase en la esquina de la calle San Pablo con la calle Granada.

A los doce años ingresó en el Seminario Conciliar de San Bartolomé de Cádiz, donde cursó el Bachillerato. Luego, estudió tres años de filosofía y cuatro de teología. Recibió la ordenación sacerdotal en San Pablo de Buceite, el día de San Pedro y San Pablo, el 29 de junio de 1963 y al día siguiente, celebró su primera misa en la parroquia de la Inmaculada de La Línea.

Juan Valenzuela (sentado el primero por la izquierda) con el obispo Añoveros y resto de sacerdotes.

Su primer destino sacerdotal fue en San Fernando (Cádiz), concretamente en la Parroquia de Santo Cristo, donde permaneció un año. El segundo destino fue la Parroquia del Santo Ángel de Bolonia (Tarifa), donde estuvo dos años y medio. En el año 1967, le envían a la Parroquia de San Pedro, en La Línea, con una estancia de un año. De allí pasó a la Parroquia de San Bernardo Abad. Estando en dicha parroquia, el Sr. obispo Añoveros le encarga que creara una parroquia entre San Bernardo y San Pío X, la actual Parroquia de San José, en la barriada del mismo nombre y popularmente conocida por barriada Periáñez, donde permaneció destinado durante 32 años de su vida.

Posteriormente fue nombrado párroco del Santuario de la Inmaculada, donde se bautizó, recibió la Primera Comunión, hizo la Confirmación y celebró su primera misa como sacerdote. Ejerció de arcipreste de la ciudad durante dos etapas y formó parte de la Delegación Diocesana del Clero.

Además de los estudios eclesiásticos, era profesor en la especialidad de Ciencias Humanas y licenciado en Filosofía y Letras, especialidad de Historia. Fue profesor de Religión durante muchos años en los institutos Laboral, Menéndez Tolosa y Mar de Poniente, todos ellos ubicados en La Línea.

Juan Valenzuela fue nombrado hijo predilecto de La Línea el 18 de febrero de 2014 en una petición respaldada por todos los grupos de la corporación municipal. Ese día, en su discurso, bromeó con su nombramiento. "Este tipo de homenajes se lo suelen hacer a la gente que está a punto de irse, que ya se han ido o que quieren que se vaya, pero yo no me quiero ir", contó.

El padre Valenzuela falleció en La Línea el 10 de diciembre de 2014.

Rafael Segovia Ramos, dramaturgo

Nacido en la provincia de Málaga en 1902, Rafael Segovia Ramos se formó en La Línea. En la prensa linense publicó sus primeros trabajos periodísticos; en ella y en la de Gibraltar aparecieron sus primeras poesías. Y en los teatros locales se estrenaron las obras con que se inició su carrera de dramaturgo, con La mala yerba, Espinas y otras.

Rafael Segovia Ramos.

Para estrenarlas, formaba su propia compañía, contando siempre con la colaboración de Pepe Padilla-Orrán, y en muchas ocasiones con la de Amelia Deceno y Esteban Aragón.

Después de cada estreno, las obras eran representadas por el propio grupo organizado por Segovia Ramos, quien actuaba al mismo tiempo como director y primer actor en Gibraltar, San Roque, La Línea y Campamento.

Buscando campo adecuado a sus aspiraciones como autor, Segovia Ramos se trasladó a Madrid y allí tuvo oportunidad de estrenar en colaboración con don Juan Mullor, actor profesional y autor, varias obras.

Fue el único que trascendiendo las fronteras de nuestro rincón, llegó a recibir el espaldarazo del profesionalismo, estrenando en Madrid, incluso dos obras en la misma noche y en diferentes teatros, algo nada frecuente en aquella época de los años 30 y 40 del pasado siglo.