El joven fallecido en la calle Góngora recibió un total de diez puñaladas

El joven de 27 años que murió el lunes por la noche recibió diez puñaladas. Se llamaba Luis Miguel Fernández Jiménez y era padre de dos hijos. Vivía en la calle Ter, de La Atunara.

Según ha podido saber este diario, la víctima recibió cuatro puñaladas en la espalda, dos en el pecho y otras cuatro en los brazos y las manos al intentar defenderse de su agresor. A este joven le conocían como El Chaqueta y sus familiares y amigos velaban ayer su cuerpo en su domicilio, a donde acudieron además numerosos vecinos.

El hombre que resultó detenido poco después del suceso es Miguel Ángel G. C., de 39 años y carece de antecedentes penales. Según la información a la que tenía acceso este diario, vivía en la calle San José y estaba en tratamiento psiquiátrico. Cuando fue detenido ya se había duchado y metido la ropa ensangrentada en un cubo con lejía, intentando eliminar pruebas.

El juez ha decretado el secreto de sumario, por lo que no ha trascendido aún por qué se produjeron estos hechos, apunta a que se debió a una pelea entre ambos.

Aunque desde la comisaría no se facilitó ayer información alguna de este homicidio debido a que el caso está bajo secreto sumarial, esta redacción ha sabido que hubo un registro domiciliario.

Los hechos se produjeron sobre las once de la noche del lunes. Tal y como publicó ayer Europa Sur, testigos presenciales alertaron al Cuerpo Nacional de Policía de que se había producido una agresión y que había una hombre herido. Su agresor le propinó varias puñaladas y aunque el servicio de emergencias sanitarias del 061, que acudió al lugar de los hechos, no pudo hacer nada por salvar la vida de este hombre, la víctima sí pudo intercambiar sus últimas palabras con agentes del Cuerpo Nacional de Policía y decir quién le había propinado las puñaladas. En concreto dijo que había sido "Miguel el de las papeletas" según ha averiguado esta redacción.

Luis Miguel Fernández Jiménez fue apuñalado en la calle Sócrates aunque caminó algo menos de cien metros hasta caer desplomado en la calle Góngora entre dos vehículos estacionados en la vía pública. En su último recorrido dejó un reguero de sangre.

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron también efectivos de la Policía Local, que desviaron el tráfico rodado. La Policía Nacional peinó además la zona en busca del arma homicida aunque por el momento se desconoce si pudo ser localizada.

La zona fue precintada y el levantamiento del cadáver se produjo sobre las dos de la madrugada.

Se trata de la primera muerte violenta en lo que va de año en La Línea. El año 2009 fue especialmente trágico en lo que agresiones por arma blanca se refiere. Así, un joven falleció el Domingo de Ramos de varias heridas de arma blanca así como un hombre, que fue atacado por un menor en la calle Sevilla.