La Línea

La Lotería de Navidad deja en La Línea más de 1.500.000 euros con tres quintos premios

Una agraciada muestra el anuncio que incitaba a comprar el número premiado en El Piojo de la Suerte

Una agraciada muestra el anuncio que incitaba a comprar el número premiado en El Piojo de la Suerte / Andrés Carrasco

El Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad dejó este viernes 22 de diciembre más de 1.512.000 euros en La Línea. Esa cifra se corresponde solo a los tres números que resultaron agraciados con el quinto premio. Como es obvio, habría que sumar a la misma las cantidades menores que no tienen apenas repercusión más que para el propio agraciado. La jornada llegaba señalada desde la jornada anterior, cuando poco antes de la medianoche se conoció que un boleto de la Primitiva sellado en la Librería Gallardo (Avenida María Guerrero) había dejado en la ciudad 677.263 euros. En lo que se refiere a premios de relevancia la Lotería de Navidad se olvidó prácticamente del Campo de Gibraltar. Un décimo en la administración de la galería comercial del Carrefour de Los Barrios y otro en la del Centro Comercial Puerta Europa de Algeciras, cada uno de ellos recompensados con 6.000 euros, fueron la excepción que confirmó la regla.

Pocas mañanas habrá conocido La Línea con más abrazos, más besos y más achuchones como la de este viernes 22 de diciembre de 2023. Es lo que tiene la Lotería de Navidad. Puede que haya otros sorteos con mayores premios (de hecho en la ciudad cayó la noche anterior un pelotazo de la Primitiva cuyo beneficiario se desconoce), pero pocos, o ninguno, provocan la explosión de júbilo de este previo a la Nochebuena. “No hay mayor alegría para un lotero que dar un premio en Navidad” asegura José María Peralta, el responsable de la administración número cuatro, en plena calle Carboneros, uno de los epicentros de la felicidad linense en esa soleada mañana.

En Loterías Peralta se vendieron diez series del número 92.023, dotado con 60.000 euros la serie (6.000 al décimo). Nada menos que 600.000 euros que el responsable del establecimiento sostiene que está “muy repartido” y que de él que se habían beneficiado “muchos clientes habituales”, aunque recuerda que lleva “vendiendo décimos desde el verano” y que por lo tanto es complicado identificar a los agraciados.

El premio tiene su propia intrahistoria. “Los décimos nos los intercambiamos con una compañera de Tenerife. Ellas nos envió los suyos y nosotros hicimos lo propio”, recalca Peralta, que recuerda que su administración lleva “desde 1925 proporcionando felicidad a los linenses”.

“De verdad que no tenemos ni idea de quienes son los propietarios de esos boletos, porque por suerte vendemos mucho y llevamos desde junio entregando décimos de Navidad”, subraya. “Si hubiese sido una asociación o un club sí lo sabríamos, pero por ventanilla es imposible”.

A esa hora ya se conocía que otro quinto premio, el 88.979, había dejado 12.000 euros en la comarca con dos décimos adquiridos en la terminal. Uno había sido vendido en la administración 22565 de la calle Padre Pandelo, esquina con Ríos Rosas, también de La Línea. El otro en la 22730 del Carrefour de Palmones, en Los Barrios, donde la propietaria, Rosarío Benítez, se preguntaba “a quién le habrá correspondido el pellizquito”.

Casi sin solución de continuidad, a las 10:39 los Niños de San Ildefonso cantaron otro quinto premio, el 01568... y con ese sí que se armó el Belén. El Piojo de la Suerte, en la calle Doctor Villar, a la altura casi de la Plaza Fariñas (donde de toda la vida se hacían colas para sellar las quinielas de fútbol) había vendido 15 series y un décimo (151 décimos): 906.000 euros. De este mismo número se expendió un décimo en el Centro Comercial Punta Europa de Algeciras, a través de terminal.

La fiesta en La Línea se convirtió en un binomio indivisible entre dos puntos que están distantes entre sí apenas 50 metros. La propia administración y el Bar Los Primos, donde se habían vendido la mayor parte de los boletos premiados, algunos de ellos, entre los propietarios y los trabajadores del mismo.

“Hoy no se trabaja, hoy no se trabaja”, entonaban los primeros premiados en aterrizar en la terraza del bar, donde Dunia Godino, la responsable de El Piojo de la Suerte, era poco menos que manteada a su llegada. “Para mí que está muy repartido, no creo que haya nadie que tenga más de dos décimos”, afirmaba la lotera, que se reconocía muy feliz porque era la primera vez “después de quince años” que había dado “un premio gordo”.

“Jose, quillo, escuchamé, pero escuchamé hombre por una vez”, gritaba Manolo a través de su móvil, tratando de tapar el tumulto con sus palabras. “¿Tu llevas encima el décimo que te regalé. Pues son 6.000 pavos compadre. No veas la Navidad que nos vamos a pegar”.

Sofía, a la que sorprendió la noticia mientras tomaba su habitual café en Los Primos y no dudó en cambiarlo por una copita de anís, ironizaba: “No veas el poderío que tiene Juan Franco. Se ha traído todo el dinero de la Diputación y ahora también el de la lotería. Esta tarde alguno revienta”.

Y abrazos, y abrazos. Y más abrazos. “Niño llama a tu padre hijo y dile que deje de trabajar y que se venga para el bar, que porque un día dé de mano no le va a pasar nada. Que con seis mil euros ya tiene para los Reyes. No es fatiga ni nada”, se oye dentro del local, donde los cánticos y hasta las lágrimas se suceden.

Entre los agraciados, numerosos miembros de la familia Boza, un apellido que el inolvidable periodista Rafael Boza trajo desde La Palma del Condado (Huelva) y que echó raíces para multiplicarse con linenses de primera. Entre ellos, una colaboradora de Europa Sur, la escritora y exfutbolista Rocío García Boza, hija del exjugador de la Real Balompédica Antonio García.

“Yo me reúno con frecuencia con mi familia en un bar que se llama Los Primos, donde nos encontramos precisamente los primos, que en el caso de los Boza somos muchos, todos hemos comprado un décimo”, explicó Rocío García. “Una de mis primas me llamó por la mañana para decirme desayunamos allí a ver si nos toca y así ha sido y hemos sido las encargadas de transmitirlo a la familia. Son seis mil euros por décimo. Un pellizquito”.

Después llegó el descorche de champán y más abrazos y más besos y muchas invitaciones (“tomaté algo hombre, que nos ha tocado la lotería”), hasta bien entrada la tarde y es fácil aventurar que casi la noche. Ya hay quien hace previsiones para el sorteo del Niño.

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